Chipre: Después del rechazo del plan de salvación por el parlamento, ¿qué solución hay a la crisis?

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laiki-bankMarx escribía en El 18 Brumario que la historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. Esto es lo que pasa actualmente en Chipre. Asistimos a una situación similar a la griega de hace un par de años cuando la Unión Europea metía presión a los griegos para que aceptasen el ‘plan de socorro’.

[Nota: Después de la publicación de este artículo el Ministro de Finanzas, Michael Sarris, dimitió. Dicho ministro era un tecnócrata del Banco Mundial que había sido Presidente del Banco Laiki, que bajo el gobierno precedente de AKEL (Partido Comunista) fue ‘nacionalizado’. De la misma forma que llegó, el anterior presidente de Chipre, Chrsitofias, lo despidió de su puesto. Finalmente, el gobierno del actual presidente de derecha, Anastasiades, aceptó un “plan de salvación” de 23.000 millones de euros para evitar la quiebra del Estado (10.000 millones de préstamos de la Unión Europea y 13.000 millones de la confiscación de una parte de los depósitos bancarios de 100.000 euros en adelante, además de medidas de ajuste). Este plan introduce también privatizaciones, pérdida de la cuantía de las pensiones, planes de despidos masivos, más de 4.000 en el sector público, y un control de capitales].

Esta vez, los 56 diputados chipriotas han puesto en una grave posición a los capitalistas europeos. El banco LAIKI (popular), el segundo más importante de Chipre, y que ya fue salvado el año pasado, será absorbido por un banco de propiedad estatal. El plan de salvación que Chipre formalmente demandó en la última cumbre europea (por parte del entonces recientemente elegido Nicos Anastasiades) se contentaba con seguir el modelo de los cuatro planes anteriores. De hecho, Chipre ya es la quinta economía de la Eurozona en pedir la ayuda, después de Irlanda, Grecia, Portugal y España. Pero el voto contrario del parlamento chipriota hizo sonar las alarmas en todas las capitales europeas y en los mercados financieros. Chipre ha estado en el punto de mira de todos desde hace un año cuando el gobierno anunció medidas de austeridad y la necesidad de un préstamo. Y esto se hizo justo antes de las elecciones que tuvieron lugar en febrero de 2013.

 

Los resultados electorales

La primera vuelta de las elecciones presidenciales chipriotas fueron el 24 de febrero de este año. En ellas el candidato de la derecha Nicos Anastasiades (DISY) ganó con el 45% de los votos. El resultado fue un tipo de referéndum sobre la política del partido comunista (AKEL), que gobernaba hasta la fecha. AKEL obtuvo un resultado relativamente bueno, con 27% de los votos [sólo algo inferior a la primera vuelta de las elecciones presidenciales pasadas], mientras que el partido nacionalista DIKO obtenía un 25%. Pero la indicación real del ambiente social se encuentra en el aumento de la abstención. En Chipre el voto es obligatorio, con riesgo de multa, y pese a ello la abstención aumentó un 7% en la primera vuelta con una participación total de 83%. Los trabajadores y los jóvenes fueron a votar a regañadientes, esto tuvo como consecuencia una reducción de los votos del partido comunista en la segunda y decisiva vuelta. ¿Cuál es el interés de votar si todos los partidos decían que era necesaria la austeridad y que todos deben pagar su parte de responsabilidad?

La cuestión a debate era cuál iba a ser la parte que la población debía pagar para ‘salvar al país’. Fue prácticamente imposible para AKEL movilizar electores con un programa que dejaba a Chipre en el marco capitalista. Y en particular en medio del capitalismo de casino. El discurso pronunciado por el ahora expresidente Christofias (AKEL) en diciembre de 2012 diciendo que ‘la píldora iba a ser amarga’ ponía la alfombra roja a la derecha para llegar al gobierno. Muchos electores se debían de preguntar para qué sirve un partido comunista si no defiende los intereses de los trabajadores.

Ya el 3 de agosto 2011, el partido nacionalista DIKO (que apoyó a Christofias en su elección) se retiraba de la coalición, justificándolo con sus divergencias en la resolución del conflicto turco- chipriota, dejando así al partido comunista con un gobierno en minoría, muy débil políticamente y en necesidad de acuerdos con otros partidos de derecha para continuar gobernando. Desde entonces, el gobierno chipriota ha saltado de una crisis a otra, por ejemplo votando una amnistía fiscal varias veces. Las líneas de clase de la política gubernamental se borraron hasta el punto que dejó a AKEL sin capacidad de movilizar más allá de sus militantes y simpatizantes, como muestran los resultados electorales.

Chipre ha vivido dos años de dificultades financieras, que conjuntamente con accidentes han provocado grandes problemas, como el estallido de la burbuja inmobiliaria o el incidente de una central eléctrica que ha tenido un impacto enorme en la economía de la isla. Con el anuncio de medidas de austeridad -en el marco de la renegociación del préstamo acordado con Rusia- fueron muchos los que perdieron la confianza en el partido comunista, pero se debe precisar que sólo algo menos del 25% de todos aquellos que apoyaron a AKEL en 2008 lo han abandonado esta vez. Muchos se quedaron en casa sin querer votar por las “soluciones” de la derecha chipriota ni apoyar al chauvinismo del partido nacionalista.

Durante las elecciones, EDEK, el partido socialista, continuó su descenso al olvido. Todo esto abrió la posibilidad de la victoria de DISY en la segunda vuelta, que es lo que finalmente pasó. AKEL tiene una base militante y fiel en la clase obrera que sabe que el partido de la burguesía (DISY) atacará a los trabajadores y jóvenes el día después de las elecciones. ¡Y tienen razón! Pero el simple hecho de votar por AKEL no es suficiente y para una fracción de la clase obrera, el votar por AKEL como medio de parar a la derecha no es suficientemente convincente. Lo que haría falta es una oposición en el seno del partido contra las equivocadas políticas de AKEL en los últimos meses, para evitar el desastre al que nos enfrentamos hoy.

El resultado de la segunda vuelta de las elecciones, da la victoria a DISY con el 57% de los votos. El nivel de abstención ha sido el más elevado de la historia de las elecciones presidenciales del país. El candidato de AKEL, Stavros Malas, obtuvo un 42%.

El nuevo gobierno salido de las elecciones decidió seguir la línea de los gobiernos irlandés, griego y portugués. Acogieron con los brazos abiertos a la troika en Chipre, pero el pueblo chipriota tenía una opinión diferente.

Anastasiades es percibido por los diferentes gobiernos y altos funcionarios de Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI como un hombre con quien se puede hacer negocios, y en ese sentido tienen razón. Está determinado a ignorar la presión de la calle contra las medidas impopulares, pero Chipre es una pequeña isla y los diputados saben que la gente no olvidará lo que pase en esta época de austeridad. En el primer plan de salvación, en su primera versión, se debía hacer pagar a la mayoría de la población a partir de sus ahorros. Frente a las protestas, se decidió tasar sólo las cuentas bancarias superiores a 100.000 €. Esto rompió el mito de que los ahorros eran intocables. Se convino el 15 de marzo que los depositarios perderían hasta el 10% de sus ahorros en el marco de un plan de salvación de 10.000 millones de euros. Al principio, todos aquellos con menos de 100.000 € debían pagar un 6,75%, los que tuvieran más, un 9,9%.

Así se justificó la salvación de otro país pese a las promesas de que Grecia sería el último país de la zona euro en recibir una ayuda europea. El ministro socialdemócrata holandés de finanzas, Jeroen Djisselbloem, que preside el eurogroupo (los países de la zona euro), declaró que ‘como se trata de una contribución a la estabilidad financiera de Chipre, parece justo pedir una contribución a todos los que tengan un depósito”. El parlamento chipriota reunido en sesión extraordinaria, comenzó el 22 de marzo un examen de las primeras ocho leyes vinculadas al plan de salvación que Nicosia debe concluir con sus socios europeos antes del lunes [25 marzo] para evitar la bancarrota. Pero esto no sirvió más que para exponer la ‘debilidad’ de los países ‘del norte’ de la zona euro y reforzar la voluntad de los diputados del parlamento chipriota de rechazar el acuerdo y renegociarlo. Incluso el partido del gobierno, DISY, se abstuvo en la votación. El plan no obtuvo ni un solo voto a favor.

De hecho, el presidente renegoció las condiciones iniciales, el lunes 25 de marzo. En una reunión extraordinaria del eurogrupo se cambiaron las condiciones. Así se tasaría un 30% a los ahorristas de más de 100.000 € y las cuentas bancarias de menos de 20.000 no recibirían tasa impositiva ninguna. Los bancos -cerrados después el 16 de marzo por el gobierno que intenta evitar el pánico bancario- deberían abrir el 21 de marzo. Pero la realidad es que el voto no hizo más que reforzar el sentimiento de inseguridad en el conjunto de la población. [Nota: Finalmente los bancos no abrieron hasta el 26 marzo con control de capitales, aún vigente]

El ministro de finanzas intentó dimitir, pero el presidente rechazó la dimisión. Inmediatamente después salió para Moscú para intentar negociar un acuerdo con los oligarcas rusos que tienen su dinero depositado en los bancos chipriotas. Los miles de chipriotas que rodearon el parlamento corearon el rechazo al plan esperando el siguiente episodio de esta tragedia. Lo que es seguro, es que esos miles de chipriotas no quieren ver a su país desmontado como han visto que se está haciendo con Grecia, donde la población está noqueada a causa de los efectos de la crisis capitalista.

El acuerdo de Bruselas no fue aprobado por el parlamento de Nicosia que lo rechazo el 22 marzo. Pero esto no para el terremoto bancario que Chipre inició. El eurogrupo exige otras reformas, que serán detalladas en un protocolo a principios de abril. Se prevén privatizaciones y aumento del impuesto a las sociedades del 10% al 12,5%, dicho impuesto, el más bajo de Europa era una de las armas de Chipre para atraer a capitales extranjeros. El eurogrupo espera así que haya una auditoria del blanqueo de capitales. Olli Rehn, el comisario europeo de economía, prometió al pueblo chipriota un futuro difícil. Es un buen momento para sacar concusiones. En realidad la elección no consiste en quedarse o salir de la Unión Europea, ni en la implicación más o menos importante de Rusia, incluso si el gigante ruso Gazprom, empresa del estado, se ofrece a reestructurar la deuda chipriota a cambio del control de las reservas de gas descubiertas recientemente, que por ahora son gestionados por empresas israelitas. La cuestión es diferente.

 

Espiral infernal

El gobierno precedente ilusionó, gracias a la solución al problema de la ‘frontera’ (entre el norte y el sur de la isla) y a la garantía que dieron a los chipriotas de salvaguardar los llamados ‘privilegios’ que los trabajadores chipriotas han conquistado (escala móvil de precios y salarios, el nivel elevado de salario mínimo, pensiones decentes…) Esto permitió al partido comunista un margen de maniobra. Pero cuando el expresidente comunista Demetris Christofias anunció las medidas de austeridad para ganar tiempo y renegociar el préstamo con Rusia y así mostrar su voluntad de hacer negocios con la UE y el BCE, AKEL perdió rápidamente la autoridad que había ganado estando en el gobierno.

El problema, en última instancia es que eso no era suficiente para los funcionarios de la UE, y que para muchos trabajadores chipriotas fue la gota que colmó el vaso. En ese momento la población se comenzó a movilizar contra las políticas del gobierno. Era una tarea difícil para Christofias presentarse como un comunista, evitando las críticas de los trabajadores, al mismo tiempo que se estaba en un gobierno minoritario. Además, el intento de
llevar a buen puerto las tareas de la presidencia de turno de la UE era un ejercicio para contorsionistas. Dicha maniobra acrobática destruyó su credibilidad a los ojos de amplias capas de la población. A fin de cuentas, intentar complacer a la vez a las burguesías europeas y a los trabajadores chipriotas no es posible. Esto es algo que debe de ser entendido por todos los dirigentes de izquierda de las organizaciones de los trabajadores de Europa. Una “tercera vía” es imposible.

Hace un año, el gobierno tuvo que salvar al banco Laiki (banco popular) con más de 1.800 millones de euros a causa de su política de compra codiciosa de obligaciones de deuda pública griega, que estaban baratas. Algunos meses después, y a causa de la crisis griega, dichas obligaciones no valían nada. En ese momento el gobierno hubiera debido nacionalizar el banco sin indemnización alguna. Aceptar las reglas del capitalismo significa que acto seguido se acepta su dinámica, las medidas de austeridad debían, lógicamente seguir al salvamento del banco. En ese momento el gobierno inició los ataques.

Ya hemos hablado de la ola de luchas sociales. Hace unas semanas el sindicato comunista PEO del sector de la construcción se puso en huelga contra el gobierno, enviando así un mensaje fuerte pidiendo un cambio de dirección, pero en ese momento ya era demasiado tarde como muestran los resultados electorales. Chipre es un paraíso fiscal. Se estima que los depósitos rusos en los bancos chipriotas son de 20.000 millones de euros, pagando pocos o ningún impuesto. El fraude fiscal es moneda de cambio en el país y AKEL ha hecho muy poco por lidiar con esos problemas. No desarrolló una política coherente para reducir el tamaño del sector bancario y de la especulación en el país, ¡ni desde un punto de vista socialdemócrata, ni desde un punto de vista comunista! Hoy las estimaciones más optimistas dicen que el PIB se reducirá un 3,5% este año. El año pasado ya disminuyó un 2.4% y la UE prevé una reducción del PIB de 1.4% para 2014. Esto, antes del rechazo del primer acuerdo por el parlamento chipriota.

 

La verdadera naturaleza del sistema

Michalis Sarris, el nuevo ministro de finanzas [Nota: luego dimitió, en parte por el escándalo de la fuga de capitales horas antes del corralito griego], dijo que acepta contra de su voluntad el plan de salvación y “no estoy contento del resultado, en el sentido que me hubiera gustado no haber sido el ministro obligado a hacer esto”. “El sistema no nos deja ninguna otra opción” y añadió que ya no era posible retirar dinero de los bancos, en lo que era el primer corralito europeo, y dando lugar a escenas que nos recuerdan dolorosamente al crack de Wall Street de los años 20.

La crisis de Chipre demuestra que la crisis bancaria europea está lejos de su fin. Los bancos chipriotas tienen una gran cantidad de depósitos si uno tiene en cuenta la talla del país. El incremento masivo de depósitos rusos ha hecho que el sector bancario se multiplique en Chipre: Hoy es 8 veces superior a la economía de la isla (siendo el PIB unos 17.000 millones de euros). La crisis bancaria continúa extendiéndose y afectará de nuevo a los bancos griegos, así como a los rusos, ucranianos y de varios países más que han usado los bancos chipriotas, como la república checa, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia (cuyos bancos están ‘expuestos’ a las obligaciones chipriotas). Esto a su vez acabará por tener un impacto en el conjunto de la zona euro. O sea, que pese a lo que diga M. Draghi la crisis no está terminada ni en Chipre ni en ningún lado.

Lo cierto es que M. Sarris tiene razón sobre un tema fundamental. Bajo este sistema (capitalista) no había otra solución. Muchos son los que hoy discuten sobre salir del euro (de la eurozona) como una posible solución. Sobre esta polémica, sin la nacionalización del sistema bancario y de seguros, es como llamar a una enorme reducción de los salarios de manera incluso más importante que la impuesta por la troika. De hecho, los políticos burgueses chipriotas, que votaron en contra o se abstuvieron del primer plan de salvamento no quieren terminar con la política de austeridad, lo que querían es la renegociación y poder jugar la carta rusa contra la europea. El problema ahora es determinar qué tipo de capitalismo se desea… Pero en realidad es el sistema capitalista en su conjunto el que está podrido y es la raíz de la crisis que vemos. Las masas de Chipre comienzan a comprenderlo. Viendo el desarrollo de la crisis y su amplificación, buscan una forma de salir. Hay que ser audaces y explicar que dentro del sistema actual la única coyuntura posible es la austeridad y que serán los trabajadores los que particularmente van a pagar las consecuencias de los excesos del capitalismo.

El partido comunista AKEL ha cometido un error al no intentar resolver ni explicar esta cuestión. Pensar que había que ‘resolver el problema de la frontera’ con Turquía primero, y que sólo después sería posible llevar a cabo las aspiraciones socialistas no fue más que una quimera. La élite dirigente turca, llena de arrogancia, nunca estará de acuerdo en resolver de manera efectiva esta cuestión. La cuestión de la frontera chipriota es una herida infectada que le sirve a la clase dirigente turca para distraer la atracción de otros problemas internos en momentos de necesidad.

Las masas de Chipre, de ambos lados de la frontera, tienen un interés común de clase que no puede ser defendido más que retomando las riendas de la economía bajo el control de los trabajadores. Dicha perspectiva tendría un efecto espectacular en toda la región, incluyendo a Grecia, y es la única forma de avanzar hacia una resolución de la cuestión de la frontera. Los dirigentes comunistas deben aprender de sus errores. Su manera de ver el problema siempre ha sido ‘resolver’ la cuestión nacional primero, y en una etapa ulterior, subrayar el tema del socialismo. No han terminado de comprender que la cuestión nacional en Chipre no puede resolverse más que con la transformación socialista de la isla.

Al parecer, ninguna de estas lecciones ha sido comprendida por la dirección de AKEL. Pese a votar correctamente contra el acuerdo, han defendido un referéndum sobre la adhesión del país al euro. La solución no es un referéndum (las elecciones fueron hace pocos días). Deberían lanzar un llamamiento a nacionalizar los bancos bajo el control de los trabajadores. Los trabajadores, los pensionistas y los jóvenes de esta pequeña isla se han movilizado de manera masiva para parar la arrogancia de los ‘burócratas de Bruselas’ como se los llama aquí. Esto muestra el potencial que existe en las organizaciones de la clase obrera y también la voluntad que existe para luchar contra el plan de salvación, sus consecuencias y contra el capitalismo.

¡Ya es hora de hacerlo! No hay tiempo que perder. Gracias a sus movilizaciones, las masas de Chipre han conseguido hacer recular el plan de salvación. Pero esto no es suficiente, mientras que Chipre siga regida por las leyes del mercado y del capitalismo, los capitalistas encontrarán alguna manera de hacer pagar a la población la crisis. Esto es lo que los dirigentes de AKEL tienen que explicarnos. La ocasión existe, ahora hay que poner en evidencia la alternativa socialista. No hay otro camino.