CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD HOSPITALARIA

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Mi nombre es Miguel Abelans D.N.I 10.327.367 legajo 194 me dirijo a la comunidad hospitalaria para denunciar que soy objeto de disposiciones que las asumo como manifiestamente arbitrarias y discriminativas hacia mi persona. Mi nombre es Miguel Abelans D.N.I 10.327.367 legajo 194 me dirijo a la comunidad hospitalaria para denunciar que soy objeto de disposiciones que las asumo como manifiestamente arbitrarias y discriminativas hacia mi persona.

Entendiendo que tanto la desinformación como los obstáculos impuestos en la comunicación son instrumentos muy útiles para que se justifique y se refuerce el sistema represivo institucional, es mi intención transmitir las circunstancias por las que estoy atravesando.

Hace 18 años que me desempeño como enfermero jefe del área de emergencias del hospital nacional de pediatría S.A.M.I.C “Juan. P. Garrahan” no contando en mi legajo con sanción disciplinaria ni observación alguna.

Los que me conocen como Miguel, el de la “guardia” especialmente con los que tuve la suerte de trabajar, saben de mi compromiso con los pacientes, con el personal a mi cargo, del mismo modo con todos los compañeros que por diversas circunstancias se acercaron a mi sitio de trabajo.

Compromiso con los compañeros que materialicé en mi adhesión pública a los justos reclamos salariales, cuestionamientos de condiciones laborales y en toda acción tendiente al logro del respeto de la dignidad humana de los que trabajamos. Y esencialmente no “colaboré“ como personal jerárquico, en el maltrato, la persecución y la discriminación de los trabajadores que constitucionalmente reclamaron.

Diferenciándome de la mayoría de los colegas de conducción, en los cuales el “poder” los convierte en obsecuentes, aceptando y realizando acciones o actos que denigran y vulneran los Derechos Humanos y no dudan en arrastrarse, “venden” compañeros y se resignan a vivir una vida personal indigna.

Compromiso con los pacientes, que tiene como origen notas elevadas (1.993) al consejo y a las direcciones, reclamando mejoras en las condiciones de interacción de los pacientes y su familia (pacientes en camillas duras varios días, hacinados, padres durmiendo en sillas o en el suelo, peligros generados de estas condiciones, etc.).

Por supuesto lo propuesto no interesó, como consecuencia de la consolidación en nuestro hospital de un sistema perverso resistente a los cambios, no respetuoso de la Constitución Nacional (los Derechos de los niños son constitucionales), donde se privilegian los intereses hegemónicos médicos y políticos, siendo los niños un pretexto para usufructuar un gran negocio: LA ENFERMEDAD. Un modelo médico biologista que minimiza el concepto de sujeto de derecho que posee todo niño, le resta importancia a la dimensión bio-psico-social, está más concentrado en el órgano afectado y en la utilización constante y habitual de tecnología y medicamentos, favoreciendo a la industria de la enfermedad.

En función del compromiso mencionado y la postura del sistema, siendo coherente con mis ideas, el día 20/07/05 presento una denuncia en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires (actuación 3784/5) manifestando que en el hospital Garrahan existían prácticas administrativas y organizativas, que a mi entender, impedían o limitaban el respeto de los Derechos de los Niños hospitalizados (ley 23.849). Practicas tales como “atender” varios pacientes simultáneamente en un “pasillo”, internar en reducidos lugares, en duras camillas durante varios días, en condiciones inseguras. Es decir, se estaban y están violando Derechos, fundamentalmente el de la Dignidad.

La veracidad de esta denuncia se comprobó, con la presencia en el área, de la Defensoría mencionada, exhortando dicho ente a subsanar las deficiencias constatadas. Las autoridades del hospital hicieron caso omiso al pedido.

Estas gestiones en defensa de los Derechos de los Niños Hospitalizados y el público reconocimiento formulado por mi parte de los Derechos de mis compañeros durante el conflicto gremial, constituyen el antecedente necesario y la única razón, que puedo encontrar a la disposición de la Directora Dra. Josefa Rodríguez, y “colaboradores”, que decide un sumario administrativo sin sustento alguno (mover un panel) y un arbitrario traslado, sacándome de mi sector, ordenándome pasar a Consultorios Externos. Todo con la excusa de “investigar”, lógicamente sin permitirme descargo alguno y, lo vital, sin haber sido causante de perjuicio alguno.

Compañeros, colegas, trabajadores de nuestro hospital, entiendo que soy victima de un accionar manifiestamente discriminativo, en los términos de la ley 23.592 y de una sistemática persecución laboral, que busca mi “desaparición” de la escena hospitalaria, haciendo gala de la impunidad de las autoridades políticas del hospital, por lo que sentía una enorme necesidad de comunicarlo públicamente.

Como una prueba mas de esto, el sumario no se mueve, pudiéndose resolver en escasos días y estarían intentando trasladarme a la U.T.M.O (unidad de transplante de medula ósea) que es un área cerrada muy especializada y que no tiene nada que ver con mis conocimientos de gestión con los que podría aportar al hospital.¿sólo se busca aislarme y castigarme?. El traslado es transitorio. Las autoridades, como no tienen ningún argumento para continuar el sumario, buscan hacerlo tortuoso y permanente, de forma ilegal.

Considero que todos los miembros de la comunidad tenemos que tomar una actitud activa contra la discriminación, la persecución, el autoritarismo y el abuso de poder. Hoy me toca a mi, mañana puede ser cualquier otro trabajador que quiera trabajar bien y dignamente.

Una reflexión final, si hay que elegir entre el “poder” efímero o mi Dignidad indiscutiblemente opto, tanto yo como mi familia, perder el “maquillaje” de jefe y que se me observe como una persona, un padre, un colega, un trabajador y un ciudadano honesto que desea como toda la comunidad, vivir dignamente.

MIGUEL ABELANS

Emergenciasiglo21@yahoo.com.ar