Se acabó el primer turno de estas elecciones marcadas por el desánimo de trabajadores y jóvenes hacia el proceso electoral. Ellos tienen toda la razón, estas elecciones no cambiarán la vida de aquellos que son oprimidos por el capitalismo.
Dilma, Aécio y Marina no tocaron los problemas reales que vive el pueblo. Por el contrario, los principales candidatos buscaron convencer, en los programas y debates, que serían los mejores administradores del capitalismo, los que harían más obras, que defenderían y ampliarían la Bolsa Familia etc. Marina, la mostrarse cada vez más igual a todo lo que estaba ahí, se desplomó y fue substituida por Aécio en la disputa para el segundo turno.
Lula, frente a la posibilidad de la derrota electoral señalada por las encuestas, vistió la camiseta roja con la estrella del PT, hizo discursos con rasgos de clase. Sin embargo discursos e imágenes no son nada sin medidas prácticas y reales. Medidas que son realmente incompatibles con la política de colaboración de clases defendida con uñas y dientes por el propio Lula y la dirección del PT.
Las jornadas de junio de 2013 evidenciaron la distancia entre el partido y las movilizaciones de la juventud. Los resultados de este primer turno, a pesar de toda la propaganda y el empeño de la dirección del PT de Lula, muestran el enflaquecimiento electoral del PT en los principales centros económicos y políticos del país.
La Esquerda Marxista siempre alertó que esta política destruiría al PT como partido de clase. Este no es un proceso acabado, aunque sin embargo se acelera, junto con la llegada de la crisis económica y la falta de soluciones bajo el capitalismo.
El proletariado y la juventud castigan fuertemente al PT
Veamos algunos números de los resultados de este primer turno. La bancada del PT fue reducida de 88 a 70 diputados federales, y de 13 a 12 senadores. En todo el Brasil el número de diputados estatales cayó de 149 a 108. En la carrera presidencial en 2010 Dilma consiguió al primer turno el 46,91% de los votos válidos, ahora obtuvo el 41,59%.
En la disputa para los gobiernos estatales el candidato del PT para la reelección en el Distrito Federal, Agnelo Queiroz, quedó tercero con apenas un 20,07% y está fuera de la segunda vuelta. Tião Viana y Tarso Genro han pasado a la segunda vuelta donde intentar ser reelegidos respectivamente en los Estados de Acre y Rio Grande do Sul, siendo que Tarso quedó segundo con un 32,57% de los votos en el primer turno. El único Estado actualmente gobernado por el PT que ha conseguido elegir un sucesor en el primer turno fue Bahía. Sin embargo lo que llama la atención es el resultado insignificante de los candidatos petistas al gobierno en Rio de Janeiro (10%), en Paraná (14,87%), Santa Catarina (15,56%) y Sao Paulo (18,22%). En el sur y sureste el único Estado donde el PT ganó al primer turno fue en Minas Gerais, donde el voto fue evidentemente para echar al PSDB del gobierno.
Lo que estamos viendo es que en los principales centros políticos y económicos del país, donde hay mayor concentración de la clase obrera y de la juventud, el PT ha perdido fuerza. En la región del ABCD [región tradicionalmente industrial del Estado de Sao Paulo originariamente conformada por los municipios de Santo Andrés, Sao Bernardo do Campo, Sao Caetano do Sul y Diadema, NdT], en la grande Sao Paulo, Dilma solo ganó en Diadema. De las ciudades de este importante polo industrial, Alckmin (PSDB) le ganó en todas al candidato petista Padilha.
¿Ha habido un giro a derecha del electorado? El caso de Sao Paulo
La prensa burguesa va cantando y alardeando la “esplendida” victoria del PSDB en Sao Paulo. Que el sentido común acompañe esta campaña de desinformación, se entiende. Que la gente que se dice de izquierda esté diciendo las mismas cosas solo muestra su impresionismo y como se dejan llevar por la propaganda burguesas institucional.
Para los marxistas la vida no está decidida por el voto, sino por la lucha de clases y esta se expresa solo de manera deformada en las elecciones, celebradas con padrones millonarios y con las reglas nada democráticas que sirven a salvar las instituciones. Por esto, para trazar las grandes y profundas líneas de la situación política en desarrollo, es necesario tomar en cuenta a la población y no a los “electores”.
Una izquierda confusa y desubicada, especialmente la reformista que en los últimos años apoyó y cometió todos los crímenes posibles contra la clase trabajadora y la juventud, está impresionada y, para salvar a sus propios jefes, echa la culpa al “pueblo reaccionario de Sao Paulo” o al hecho que las masas habrían dado un giro a la derecha. Este es puro impresionismo y caer en los cuentos de la burguesía y de su prensa. Culpar a las masas por sus propios errores y crímenes políticos es propio de gente que abandonó cualquier confianza en la capacidad de lucha por el socialismo de la clase obrera.
La verdad detrás del humo
Es necesario analizar los datos políticamente, correctamente y a fondo. El hecho es que los votos a Alckmin crecieron muy poco en relación al 2010, en total fueron apenas 713 mil votos más. En este periodo, cuatro años, el electorado creció de 1,9 millones de votos (6,19%). Alckmin solo ganó el 37% de estos votos. Es decir que no hubo, de hecho, un crecimiento porcentual y el perdió incluso por el crecimiento vegetativo del electorado.
En 2014 Alckmin recibió 12.230.807 votos de un total de 31.979.717 electores, es decir, apenas el 38,25% de los electores lo votaron. El sistema electoral antidemocrático hecho a medida para sustentar las instituciones burguesas es el que le ha atribuido el 57% de los “votos válidos”. En segundo lugar en Sao Paulo está el 33,25% de los electores que se negaron a apoyar a cualquier candidato. Estos suman los votos de los 6.242.936 electores que se abstuvieron (19,52%), los 2.020.613 electores que votaron en blanco (7,85%) y de los 2.374.946 que votaron nulo (9,23%), por un total de 10.638.495 electores, es decir un total del 33,27% del electorado.
Por lo tanto más de un tercio de los electores de Sao Paulo no votaron a nadie. Paulo Skaf, del PMDB, obtuvo el apoyo de apenas el 14,37% de los electores y Padilha, impuesto por Lula, obtuvo el apoyo de apenas el 12,12% de los electores. Es exactamente la misma cosa con relación a la votación de José Serra, del PSDB. El recibió 11.105.874 votos, ahora en 2014. Su predecesor, Aloysio Nunes, también del PSDB, había obtenido un total de 11.189.168 votos en 2010. Es decir que el PSDB perdió 83.294 votos en cuatro años, a pesar de que el electorado haya aumentado de 2 millones de votos aproximadamente en este periodo.
Y si esto no fuera suficiente, las abstenciones, los votos blancos y nulos en todo el país, en la votación para diputaciones federales, suman en promedio el 36% de los electores. Y en las votaciones en todo el país, la suma de abstenciones, votos blancos y nulos para el senado llega en promedio al 46% del electorado.
Para los marxistas es obvio que esta situación no tiene nada a que ver con un giro a la derecha y tampoco con una desmoralización. Lo que monta, sube de manera latente y cada vez más cerca de la explosión es la rabia y la insatisfacción generalizada con un sistema y sus instituciones y políticos que no representan a nadie a no ser sus propios intereses de casta y se aferran a defender los privilegios de los ricos y la represión contra los pobres.
Los responsables del resultado electoral y nuestras perspectivas
Esta es políticamente la verdad y la prueba de que no hay ningún giro a la derecha y mucho menos que el proletariado y la juventud, que un día hicieron de Sao Paulo y luego de Brasil el motor de construcción del mayor partido de nuestra historia, sean conservadores. Por el contrario, San Paulo y el Brasil de las jornadas de junio de 2013 van aprendiendo en el duro terreno de la lucha de clases y Alckmin y el próximo presidente deben esperarse de gobernar enfrentados con una real oposición popular y juvenil. Es esta oposición, en las calles, que marcará las pautas para el futuro.
El resultado en Sao Paulo y en Brasil es la expresión del descontento general con el sistema político vigente y estos políticos que todo prometen en las elecciones para hacer todo el contrario una vez electos. El PT fue construido para ser diferente, para cambiar el mundo, pero por su política y sus alianzas, se ha vuelto cada vez más igual a los otros. La culpa por las derrotas del PT y las victorias de la derecha no puede ser cargada sobre los electores paulistas o de cualquier otro Estado. El mayor responsable, como siempre hemos dicho, es la propia dirección del PT y su política de colaboración de clase.
¿Qué animo existe en votar en el partido que realizó la mayor privatización de la historia, del Campo de Libra, y reprimió a manifestante para garantizarla? ¿Qué voluntad hay para hacer campaña para el partido que primero anunció, con el alcalde Haddad a lado de Alckmin, el aumento de las tarifas del transporte y en seguida apoyó la represión de las primeras manifestaciones de junio de 2013? ¿No son para avergonzar a cualquier militante sincero los abrazos a Maluf, Sarney, Collor, Kassab y sus partidos burgueses?
La culpa definitivamente no es de la clase trabajadora. Esta está siendo bastante consciente para votar en el PT, a pesar de todo, e impedir un retorno del PSDB. Esta es también la posición de la Esquerda Marxista. Votamos PT, votamos Dilma como hicimos al primer turno, para barrer a la derecha, tanto en la carrera presidencial como en las disputas estatales del segundo turno. Donde el PT no tiene candidato en la disputa, nuestra posición es por el voto nulo, independientemente del apoyo del PT a cualquier candidato burgués.
Clase contra clase, abajo el capital y sus partidos, viva la revolución y el socialismo
La Esquerda Marxista cumplió su tarea en estas elecciones presentando candidatos marxistas que defendieron una plataforma revolucionaria y socialista. Explicamos abierta y claramente en nuestras campañas la necesidad de acabar con el capitalismo, sus instituciones podridas y construir el socialismo. Con una plataforma defendiendo las conquistas, las reivindicaciones, la independencia de clase, la ruptura con los partidos burgueses y el capital, por la revolución y el socialismo, nuestros candidatos obtuvieron cada uno en su región millares y millares de votos. La página web de la Esquerda Marxista obtuvo decenas de miles de accesos. Nuestro semanal Foice & Martelo (Hoz y Martillo) se desarrolló y se autofinancia con la venta militante. Nuestra influencia creció y crecimos también en número de militantes.
Esto es un resultado victorioso para campañas que se basaron sus recaudaciones en la contribución voluntaria de militantes y sostenedores, sin hacer acuerdos electorales por la mera búsqueda de votos. La Esquerda Marxista está construyendo el futuro que solo podrá ser concretizado con un instrumento político marxista que ayude la clase trabajadora y la juventud a realizar una revolución socialista y tomar el poder, expropiando el capital.
Las elecciones burguesas son un terreno deformado de la lucha de clases que los comunistas utilizan para difundir sus ideas y construir sus fuerzas. Pero la batalla decisiva pasará fuera de todo esto, acontecerá en las calles, en las fábricas, las escuelas, las universidades, los barrios. Ahí estamos y continuaremos en la lucha cotidiana de la juventud y de la clase trabajadora, construyendo la campaña “Público, Gratuito y Para Todos: transporte, salud y educación. ¡Abajo la represión!” y su acampamento revolucionario en enero de 2015, batallando por un frente único por la aprobación del PL7951/2014, de amnistía contra la criminalización de los movimientos sociales. Seguimos en lucha por una verdadera democracia, donde la mayoría gobernará para las mayorías, por un gobierno socialista de los trabajadores. ¡Únanse a nosotros en esta lucha!
¡Vote PT, Dilma, en el segundo turno de las presidenciales!
Ya derrotamos a Marina, que se vendió al capital sin rubor, ahora vamos a derrotar a Aécio y al PSDB en las urnas. Esta es la tarea de la clase trabajadora hoy. Mañana nuestra lucha independiente arrancará nuestras reivindicaciones y enterrará este sistema cruel y deshumano dejando atrás a todos los explotadores y opresores, así como a sus siervos.
¡Únanse a nosotros para derrotar al PSDB y a sus aliados!
¡Vote PT, Dilma, en el segundo turno de las presidenciales!
¡Únanse a la Esquerda Marxista!