El gobierno de Evo Morales y del MAS (sub-producto del proceso revolucionario que tuvo apertura en Octubre de 2003), se encuentra en una situación crítica. Los dramáticos acontecimientos de la guerra por los ricos yacimientos de estaño en Huanuni (16 muertos y decenas de heridos), han generado una nueva crisis política que ha desemboscado en la caída del Ministro de Minería. El imperialismo ha dado luz verde a la oligarquía para derrocar al líder indígena. La Federación de Choferes ha llamado a una una huelga general contra el alcalde de La Paz. Algunos hablan de un golpe de Estado para los próximos días. El gobierno de Evo Morales y del MAS (sub-producto del proceso revolucionario que tuvo apertura en Octubre de 2003), se encuentra en una situación crítica. Los dramáticos acontecimientos de la guerra por los ricos yacimientos de estaño en Huanuni (16 muertos y decenas de heridos), han generado una nueva crisis política que ha desemboscado en la caída del Ministro de Minería. El imperialismo ha dado luz verde a la oligarquía para derrocar al líder indígena. La Federación de Choferes ha llamado a una huelga general contra el alcalde de La Paz. Algunos hablan de un golpe de Estado para los próximos días. De esta manera nos encontramos en un nuevo estadio de la lucha de clases donde la contrarrevolución ha salido a la ofensiva producto de las vacilaciones políticas de la administración evista y su tesis del capitalismo andino.
La Nacionalización y la Reforma Agraria
Estas medidas se llevaron a cabo producto de la presión de las masas. Sin embargo, hay seriasa debilidades en ambos casos. En la primera medida se plantea la recuperación del derecho propietario del 51 % de las acciones sobre el gas (legalizando los contratos neoliberales). Y en el segundo, solamente la distribución de las tierras improductivas. En realidad son medidas políticas tibias y conciliadoras en aras de la tesis de la remozada "revolución por etapas" del vice presidente García Linera. Sin embargo, con todas sus limitaciones, estas medidas levantaron la ira de las multinacionales y de la oligarquía.
Es así como se entiende que después de la gran victoria electoral del 54% de votos, la administración de Morales se ha entrampado. El escándalo político que produjo el caso de Jorge Alvarado, presidente de Yacimientos Petrolíferos de Bolivia (YPFB), fue la primera crisis del gobierno. Luego, la renuncia irrevocable de Andrés Solís Rada hace un mes atrás, al Ministerio de Hidrocarburos, ante la imposibilidad de retomar las refinerías del gas, fue el resultado de las vacilaciones del gobierno ante la presión de las multinacionales, especialmente de la brasileña Petrobrás.
La debilidad invita a la agresión dice el dicho. Y esta es, lamentablemente, la política del MAS. Cada victoria ha sido acompañada por el diálogo y la conciliación con el enemigo.
La Asamblea Constituyente y las Autonomías
Esto también se expresó en concesiones a la oligarquía en la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente (AC) y en el referéndum por las autonomías.
Es por esta razón que se originó una fuerte crisis en la AC debido a las reglas de juego de la misma. Cuando el MAS (que tiene 130 asambleístas de 230) se dio cuenta que no podía lograr los dos tercios para aprobar las leyes de la nueva carta magna, propuso la aprobación de las medidas por mayoría del 50% más uno.
De igual manera, en el asunto de las autonomías (que el gobierno cedió sin necesidad de hacerlo), donde ganó el referéndum por el NO, en la suma del país y en las 5 provincias occidentales (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca); la derecha interpreta la ley a su antojo diciendo que basta con que haya ganado el SI en las otras 4 provincias para que estas sean autónomas. A lo que el gobierno respondió negativamente.
De esto se han valido la oligarquía y sus agentes políticos de Poder Democrático y Social (PODEMOS) para acusar al gobierno de "totalitario", conspirando y preparando las condiciones para el golpe de Estado contra el gobierno democrático del líder cocalero. Es así como el Comité Cívico, organizó paros regionales exigiendo la aprobación de las leyes constituyentes con los dos tercios de los asambleístas y el respeto a las "autonomías departamentales". Esto último con una perspectiva secesionista que desconozca las leyes del gobierno central.
Ya en anteriores oportunidades Julio Santa Cruz y Alberto Melgar, dirigentes del Comité Cívico de Santa Cruz y el Beni, han hablado de una república oriental, (diario El Deber).
La crisis minera
El problema de la minería es otra expresión de las vacilaciones del gobierno del MAS. Por un lado pacta una alianza política con las "cooperativas" mineras (en realidad empresas privadas con trabajadores asalariados en condiciones de explotación extrema) para privatizar algunas minas (Evo nombró a un cooperativista como ministro de minería). Y por otro, se compromete con los mineros asalariados reactivar la Corporación Minera de Bolivia para que el Estado juegue un rol administrador.
Al final, esta política conciliadora desembocó en una masacre generada por los "cooperativistas" que querían apoderarse de los yacimientos de estaño más ricos del mundo que se ubican en el cerro Posokoni, Huanuni, en Oruro. Se calcula que en las entrañas de este cerro hay 948 mil toneladas de estaño valuadas en 4000 millones de dólares. Huanuni produce entre 500 y 600 toneladas mensuales; según el Instituto Nacional de Estadística, la tonelada métrica pasó de 4890 dólares en 2003 a 7385 dólares en 2005.
"…Entre 2002 y 2006, Huanuni produjo 96 millones de dólares con utilidades netas de 27 millones de dólares. El centro minero bajo control obrero se convirtió en el ejemplo perfecto -aunque casi nunca publicitado- de una buena administración en manos de los trabajadores", redacta bolpress.com.
La masacre que dejó 16 muertos y decenas de heridos se hizo bajo los ojos del gobierno que anteriormente cedió a los "cooperativistas" las minas de Colquiri y Caracoles. Los mineros de Huanuni, organizados en la poderosa FSTMB, habían advertido al gobierno de la inminencia de los enfrentamientos. Por lo tanto, la administración Morales es indirectamente responsable de este penoso acontecimiento. Sin embargo, no podemos descartar que detrás de este enfretnamiento estén las manos de los capitalistas bolivianos. Esto porque, como decimos anteriormente, en Huanuni, el control social de la producción minera ha demostrado ser un éxito. También porque en el mes de septiembre la alianza obrera-campesina logró doblarle la mano al gobierno consiguiendo 1500 empleos para la Empresa Nacional Huanuni. Además, porque Huanuni representa la fortaleza de la clase obrera boliviana. Fue este mismo sector que en los momentos insurrecciónales de Octubre del 2003 definieron la caída del gobierno de Sánchez de Lozada.
Actualmente, el gobierno ha nombrado un nuevo ministro ligado a los mineros asalariados, pero esto no va a resolver el problema. Alex Contreras explicó que el Gobierno ha manifestado en líneas generales que la política de este sector "fue la reactivación minera que comprende tanto a los trabajadores sindicalizados como a las cooperativas, pero no existe otro tipo de compromisos que algunos sectores están señalando al Poder Ejecutivo"(diario La Razón, 09-09-06).
Los "cooperativistas" (que cuentan con cerca de 60 mil obreros), no se van a quedar con los brazos cruzados. Por ahora han dicho que no se sienten representados por el gobierno. Lo más probable es que bajen el perfil momentáneamente y luego salgan a desestabilizar al gobierno campesino. Sin embargo, esto les podría restar el apoyo de su base social de "cooperativistas" oprimidos.
¿Por qué la oligarquía y el imperialismo quieren derrocar a Evo Morales?
Si bien es cierto que en un principio el imperialismo trató de cooptar a Evo Morales, a través del Club de Madrid y algunas dadivas del BM-FMI, a la arena de la izquierda "moderna y realista", de Lula, Kirchner, etc., las medidas reformistas y vacilantes a favor de los trabajadores, mencionadas anteriormente, han puesto a la derecha con los pelos de punta. Estos parásitos capitalistas han entendido que la administración Morales no les garantiza el "orden y la paz social".
Bush, el imperialismo europeo y la oligarquía latinoamericana entienden muy bien lo que las sectas ultra izquierdistas no pueden: La lógica subyacente del proceso revolucionario. Cada discurso del líder campesino arengando por la nacionalización, para que la tierra sea del que la trabaja, abajo la oligarquía, que "mueran los yankees", etc. en vez de apaciguar los ánimos de los trabajadores los entusiasman a realizar acciones revolucionarias.
En toda la tierra de Tupac Katari se llevan a cabo toma de tierras o de predios urbanos, se exige la nacionalización total del gas, la nacionalización de los ferrocarriles y de todas las empresas privatizadas, etc. Toda esta dinámica tiene su propia lógica que conlleva a cuestionar la "sagrada propiedad privada" en camino a una revolución socialista.
Es por esta razón política que el imperialismo ha dado luz verde para derrocar a Evo Morales. Es así como se entiende las declaraciones Bush y de Benita Ferrero, de la Comunidad Europea, cuando declaran que la democracia en Bolivia "es muy frágil". Por otro lado, Alejo Vidal Quadras, vicepresidente del Parlamento Europeo expresó su solidaridad con las demandas regionales de los departamentos de Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz (diario El Mundo, 09-090-06).
Pero no solo con declaraciones desde el exterior van a poder derribar al gobierno. Para esa tarea contrarrevolucionaria necesitan del apoyo de sus amigos capitalistas bolivianos como el secretario general de la Confederación Nacional de Choferes, José Luis Cardozo, quien anunció una huelga de hambre y paro contra la nacionalización de los vehículos indocumentados, el desabastecimiento de diésel y en rechazo a que la Asamblea apruebe por mayoría absoluta la redacción de la Constitución Política (diario La Razón, 09-09-06).
¿Un Golpe de Estado ahora?
"Una descabellada teoría del primer golpe de Estado contra Evo -del cientista alemán Heinz Dieterich- el que se produciría el día miércoles (sin especificar hora) aparece como denuncia en un momento demasiado sintomático, por no decir sospechoso, sabiendo que Dieterich es un intelectual de los que apoyan a los gobiernos llamados populares", escribe el director del diario El Mundo.
Claro, es difícil que un "demócrata" del diario El Mundo pro-capitalismo pueda apoyar el golpe de Estado contra Morales. Sin embargo, lo más probable es que un golpe de Estado en unas circunstancias en que las masas están a la ofensiva, fortalecidas por algunas conquistas reivindicativas como el cato de coca personal, aumento salarial, la toma de predios de los franciscanos en Copacabana, etc. sea un fracaso.
Si se concretase un golpe de la contrarrevolución, las masas trabajadoras, como en Venezuela, saldrían en movilizaciones masivas a rechazar el mismo. Incluso, como decía Marx, "a veces la revolución para avanzar necesita del látigo de la contrarrevolución". Esta es una respuesta que la oligarquía también está presintiendo.
Lo más posible es que estén maniobrando para ver cuál es la respuesta del pueblo boliviano y latinoamericano. Por ahora, parece que se inclinan a dar una pelea legal de desacreditación del gobierno a nivel nacional e internacional. Para esta tarea tienen la consigna de un gobierno totalitario que no reconoce las "autonomías" y que quiere imponer una Asamblea Constituyente a su medida.
De hecho, los Comités Cívicos han llamado a otro referéndum para desconocer el carácter de la AC para noviembre próximo. "Todavía no se ha cerrado en la Constituyente el caso del primer artículo porque aún tiene que ir a revisión. Esperamos que el Gobierno deponga su actitud de ir contra la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, que establece su calidad de derivada y no originaria", declara Jaime Santa Cruz (diario El Mundo, 09-09-06).
Por una movilización nacional revolucionaria para profundizar el proceso hacia el socialismo
"Todos juntos, los movimientos sociales y las Fuerzas Armadas, debemos asumir la nueva tarea de dignificar Bolivia, de defender a la patria, porque no habría razón de ser de una nación si no tenemos Fuerzas Armadas, que son el alma para defender la unidad, la integridad, la soberanía de nuestra patria", declaró el gobierno de Morales el 7 de agosto, con el objetivo de ganar a sectores militares para la revolución democrática y cultural y concretar la alianza campesina-militar. Sin embargo, el gobierno masista debería ver la lección de Venezuela, donde fue el pueblo el que definió la resistencia de los sectores nacionalistas dentro de las FF.AA.
En este marco socio-político de recomposición de la contrarrevolución en todos los niveles, la única manera de enfrentar a la derecha es que la COB y el gobierno llamen a la movilización popular para concretar una verdadera nacionalización del gas y la minería. Estas medidas políticas deben estar acompañadas de la consigna "la tierra es para quien la trabaja" y la nacionalización de la banca bajo el control de los trabajadores.
Sólo rompiendo el poder de los parásitos capitalistas bolivianos es que se podrá resolver el problema de las naciones originarias.
Ante la ofensiva armada de la oligarquía, el pueblo debe organizar sus comités de lucha, que deben dotarse de una autodefensa armada como lo ha hecho la alianza obrero-campesina de Huanuni. ¡Aquellos que llaman al diálogo y la concertación con aquellos que como Bush y la oligarquía están decididos a derrocar al gobierno democrático de Evo Morales, son los peores enemigos de la revolución boliviana y latinoamericana!
¡Por una movilización nacional para nacionalizar el gas y las minas!
¡Por los Comités de Autodefensa Armados del pueblo!
¡Larga vida a la revolución boliviana!
¡Larga vida a la revolución andina y latinoamericana!