En la violenta represión a los guaraníes de Takovo Mora tenemos dificultad en decir, si sentimos más indignación ante el uso desproporcionado y brutal de la fuerza pública o por las declaraciones que pretenderían justificarla. Pero de una cosa estamos seguros: la mano que en su casa espera reconquistar la defensa de sus privilegios sobre la lucha social es ajena, enemiga de lo que llamamos “proceso”.
La capitanía guaraní de Takovo Mora había ocupado la carretera internacional que une Bolivia a la Argentina demandando consulta previa y la declaración de inconstitucionalidad de los decretos supremos que autorizan actividades de exploración y explotación hidrocarburífera en parques y territorios indígenas. Además cuestionan que se haya aplicado de manera retroactiva un DS (2195/2014) promulgado en diciembre de 2014 que establece nuevos mecanismos de cálculo de compensación por actividades extractivas, considerado desfavorable por los indígenas.
Noticias no desmentidas por el Ministerio de Gobierno refieren que en el operativo de desbloqueo de la carretera se ha utilizado media tonelada de gases. Hay 4 heridos de diferente gravedad entre los cuales un anciano de 70 años y hubo 27 detenidos entre los cuales 2 menores, al parecer todos liberados hoy [20/8/15]. El resto lo hemos visto todos: hombres y mujeres ensangrentados y amanillados, empujados a golpes de toletes en los blindados, policías entrando en una comunidad cazando a sus habitantes. Un espectáculo repugnante.
De verdad el Ministro Romero debe pensar que nadie en Bolivia sabe de suma y resta como para creer que sólo hubo una reacción de la policía a una actitud “agresiva” de los guaraníes. Ha habido un despliegue masivo de la policía con el objetivo evidente de desbloquear a la fuerza. Romero y su Viceministro de Régimen Interior Pérez deberían dimitir por la vergüenza.
Álvaro García Linera dice que los guaraníes de Takovo Mora no son asistidos por la ley ni la razón porque las actividades hidrocarburífera por las cuales pedirían consulta no serían parte de su territorio. El presidente de YPFB Achá acusa a los capitanes guaraníes de haber malversado los 7 millones de bolivianos que recibieron de la estatal por compensación y de haber promovido la movilización para encubrir estos desfalcos. Dejando de lado fáciles ironías sobre la impunidad unilateral en el Fondo Indígena, queda por preguntarse: si no le correspondía consulta previa ¿por qué se ha “compensado” la capitanía de Takovo Mora? O es por derecho o porque el Estado Plurinacional sigue practicando una política de espejos y marfiles a falta de auténticas capacidades de integración de lo indígena.
De todas formas, el discurso sobre la legalidad de la protesta busca camuflar y ocultar las primeras señales de oposición de un sector indígena contra la ampliación de la frontera hidrocarburífera. En virtud de cuatros decretos de reciente promulgación multinacionales como Petrobras, Repsol, Total y British Gas, de manera exclusiva o en asociación con YPFB y sus subsidiarias, penetrarían en parques y áreas protegidas. La disponibilidad del gobierno a remover los obstáculos para la actividad y el lucro de las multinacionales no se limita a esto y se viene plasmando desde hace tiempo con una serie de incentivos económicos a la producción, mientras sigue sin transparentarse el tema de la devolución que se les hace como “costos recuperables”.
La violencia utilizada contra los guaraníes es el reflejo de la determinación con la cual el gobierno ha decidido movilizar a todo el aparato ideológico y represivo del Estado para buscar el conseguimiento de objetivos de crecimiento económico dando las más amplias garantías de lucro a la inversión privada nacional y extranjera.
Al mismo efecto, se ha creado también una polarización, que los hechos demostrarán siempre más imaginaria, entre defensores de “santuarios verdes” y defensores de las posibilidades de emancipación de Bolivia a través de su progreso económico. Como si este último fuese socialmente neutro o igual para todos en un Estado capitalista.
La verdadera polarización es entre quienes dirigen a empresarios nacionales y extranjeros el viejo y empolvado “enriquézcanse” para enriquecer al país, y quienes sostenemos que la crisis deben pagarla las multinacionales, banqueros y empresarios que la provocaron, para que la crisis sea oportunidad de avanzar. Entre quienes defienden que la soberanía es un Estado fuerte (de sus toletes) que consulta sólo cuando ya tiene asegurada la respuesta y quienes sostenemos la soberanía de obreros y campesino-indígenas ejercida a través de sus formas tradicionales y directas de democracia, como asambleas, consejos etc. Entre quienes defienden el extractivismo como opción irrenunciable de progreso y quienes defendemos la transformación revolucionaria de la agricultura y el aparato productivo a través de la administración obrero-campesina de la economía, que las manos privadas – incluso con la masiva intervención estatal – no han podido ni podrán diversificar. El proceso molecular de ascenso de las luchas populares lo demostrará con claridad.
Evo Morales ha acusado a la capitanía de Takovo Mora de ocultar detrás de la consulta un chantaje para extorsionar más dinero. Antecedentes habría, como cuando la Asamblea del Pueblo Guaraní de Itika Guasu (APG IG), con el asesoramiento de una ONG, hizo un acuerdo que permite a la multinacional Repsol el aprovechamiento del Campo Margarita. En aquel entonces la denuncia vehemente fue de la Izquierda Nacional y del ex Ministro Andrés Soliz Rada, pero el gobierno no hizo nada más que bendecir el acuerdo con su silencio. De ser como dice el Presidente lo único que quedaría demostrado es el fracaso del proyecto “plurinacional” que, como proyecto democrático-burgués, resulta incapaz de ofrecer a las comunidades alternativas reales a su aislamiento y a la administración formal de sus territorios en beneficio de agroindustriales, soyeros y multinacionales.
Sin duda los hechos de Takovo Mora servirán para crear analogismos con lo que ocurre en Ecuador y reforzar la imagen de un continente bajo la amenaza imperialista de la desestabilización. Es positivo que el pueblo pobre y trabajador siga en vigilancia ante los peligros de injerencia imperialista. Demuestra que no quiere volver atrás y representa un importante recurso para la defensa de las razones del proceso. Pero hay que decir las cosas con claridad. Si hay una renovada capacidad de iniciativa del imperio a nivel continental es porque el “progresismo” al imperio no le hizo ni cosquillas, es porque los gobiernos “progresistas” perdieron la iniciativa, o mejor dicho su iniciativa son los ajustes y es afrontar la crisis borrando con el codo lo que escribieron con la mano.
En Takovo Mora se ha cruzado otra línea roja pero por atrás y no hacia adelante. La lucha no es sólo a la derecha sino a las políticas de colaboración de clases que el gobierno implementa pescando con las dos manos en el repertorio de la derecha. Es lucha por la recuperación de la autonomía sindical y porque, en los diferentes frentes sociales que se abren, los trabajadores, la juventud y el movimiento campesino-indígena encuentren una alternativa económica y política a la camisa de fuerza del mercado, una salida por la izquierda a la crisis que las burocracias del MAS y la COB le niegan. Es con este empeño que expresamos nuestra solidaridad a las víctimas de la brutal represión policial de ayer.