La fuerza de los hechos demostró sin más la desesperación de una burocracia que ha llegado a límites insospechados. El zanolismo se resiste a dejar el escenario político sindical y está dispuesto en su descomposición apelar a cualquier recurso que tenga a mano, como a la convocatoria unilateral y fraudulenta a las elecciones del 8 de octubre.
La fuerza de los hechos demostró sin más la desesperación de una burocracia que ha llegado a límites insospechados. El zanolismo se resiste a dejar el escenario político sindical y está dispuesto en su descomposición apelar a cualquier recurso que tenga a mano.
Una burocracia descompuesta
Acorralado por un sin número de denuncias que lo implica directamente en la adulteración de los medicamentos y el desfalco a la Obra Social bancaria, se ha convocado a elecciones para el día 8 de octubre por parte del Consejo Directivo de la Asociación Bancaria. También demuestra para el que quiera ver, cómo un modelo de sindicalismo, antidemocrático, patotero, empresarial, ante la desesperación de quedar sin fueros sindicales, ya que el 10 de octubre vence su mandato, llama a elecciones desconociendo el fallo de la Juez Tarbuch que retrasaba hasta febrero las elecciones convocadas inicialmente para el 23 de septiembre.
Se redobla la apuesta del zanolismo en un acto de desesperación y el fraude sigue adelante. Zanola ha convocado a que los Secretarios Generales de Seccional tomen las sedes sindicales "para defenderlas" de la posible intervención del gobierno o la justicia. Apela también a las elecciones, y por este medio lograr un "aval político" con el resultado -fraude- para presionar a la justicia y gobierno, utilizando a los empleados de Banco como fuerza de presión.
No solamente está en juego un grupo de jefes sindicales bancarios ante la opinión pública, y fundamentalmente los trabajadores, con la corrupción de los medicamentos, adulteración, falsificación de troqueles e historias clínicas, vaciamiento de la Obra Social, etc. sino, que además salpica a otros caciques sindicales como a Moyano o Cavallieri, de Comercio. Se ha puesto en el tapete un gran negociado que llega hasta las esferas del gobierno y de la vinculación de políticos de todos los colores.
Este es el escenario para las elecciones del día 8 de octubre, que desconoce la resolución de la Juez Tarbuch. Estos sucesos ponen al desnudo el debilitamiento de Zanola y sus seguidores.
Ahora sí, abstenerse
En este sentido, desde la Lista 9 llamamos a los compañeros y compañeras a desconocer el fraude del día 8, absteniéndose de ir a votar.
Esta posición en modo alguno justificaba el boicot a las elecciones convocadas inicialmente para el 23 de septiembre, como defendieron algunos sectores de izquierda y antiburocráticos, y desde la propia dirección de la CTA. En aquellos momentos, la formación de la Lista 9 y su presentación en 25 de las 52 seccionales del país (podían haber sido más si estos compañeros nos hubieran acompañado), actuó como un polo de reagrupamiento del activismo bancario, estimuló la reafiliación al gremio de trabajadores de base, y dio una moral y una bandera de combate a miles de compañeros, todo lo cual precipitó la crisis de la burocracia zanolista que culminó con la anulación judicial de las elecciones y la intervención de la Obra Social. De haberse celebrado las elecciones del 23 de septiembre, y cualquiera que hubiese sido su resultado, la oposición habría alcanzado una base muy sólida dentro del gremio y en condiciones muy propicias para desalojar al zanolismo en un tiempo corto.
Pero ahora la situación es diferente, y la convocatoria trucha e ilegal del zanolismo del 8 de octubre es un manotazo de ahogado que lo desacredita mucho más la base bancaria y la sociedad, por lo cual no tomamos parte en ella.
En esta nueva etapa de la lucha contra los jefes sindicales que colaboran con las patronales, debemos forjar aun más la unidad de todos los sectores antiburocráticos, clasistas y combativos. Confiar en nuestras propias fuerzas y acciones, ya que el gobierno o la justicia pueden o no soltar la mano a estos mafiosos. Trabajar para una nueva convocatoria hacia febrero, con padrones depurados y elecciones limpias, es la tarea por delante.