El triunfo de los telefónicos, ya no es sólo patrimonio de este sector de los trabajadores, sino de todo el movimiento obrero argentino. Sin duda fue una victoria que ha dejado grandes experiencias y enseñanzas para la lucha actual de los trabajadores.
Aumento salarial luego de un paro histórico
El triunfo de los telefónicos, ya no es sólo patrimonio de este sector de los trabajadores, sino de todo el movimiento obrero argentino. Sin duda fue una victoria que ha dejado grandes experiencias y enseñanzas para la lucha actual de los trabajadores.
Unidad y determinación de los trabajadores
Una de las claves fundamentales del triunfo fue la firmeza, la unidad, la predisposición y el grado de movilización que mostraron los compañeros, que desde las Asambleas Generales, pasando por los Plenarios de Delegados, mostraban un importante grado de deliberación y sensibilidad con el conflicto.
Estos compañeros, la mayoría enrolados en FOETRA Bs. As., fueron y son la garantía de obtener y resguardar las conquistas arrancadas a la patronal. Estos compañeros deben ser el ojo vigilante que haga respetar todos los acuerdos logrados por la lucha, y que garantice además que dichos acuerdos alcancen a todos los trabajadores, como son la recategorización y el 20% de aumento en el básico para todos los trabajadores.
Una lucha que pudo ir a más
Llegados a este punto es necesario destacar que, pese a la victoria obtenida, hay puntos flacos del acuerdo que pudieron ser mejor tratados, y que tal vez pese a la mejora material que representan, podía haber sido más significativa que la conseguida. Y es que si no se discute la recategorización, el aumento salarial termina siendo bastante escaso, ya que el mayor incremento (cerca de $350) se da en la categoría inicial que representa una porción ínfima de los trabajadores, y las categorías intermedias (que encuadran a la mayoría de los trabajadores) tendrán un aumento que rondará apenas los $100. Los $500 en efectivo prometidos finalmente quedaron en menos, etc.
Por eso insistimos que, al refrendar el acuerdo, todos estos matices será necesarios discutirlos hasta por el último compañero de base en los Plenarios o Asambleas Generales.
Pero sin duda es de destacar también el temor que propagó la huelga telefónica, que peligraba hacerse un solo conflicto junto al de Metrovías, Ferroviarios y los Estatales y Docentes, tanto que obligó a Moyano a hacerse presente a las puertas de Telefónica, y declarar en sintonía con la CTA un llamado a movilización para apoyar el paro.
En ese sentido creemos que la desconvocatoria del paro del lunes 6 y martes 7 y la cancelación del llamado a movilización anunciado por los dirigentes de la CGT y la CTA para el lunes 6 en apoyo a los trabajadores telefónicos, fue prematura y precipitada y que de haberse llevado a la práctica indudablemente hubieran debilitado todavía más las resistencias de la patronal y del Gobierno y habían permitido avanzar y obtener algunos puntos del reclamo que no se consiguieron o que se pospusieron para negociarlos en futuras paritarias.
Esto no se contradice con lo que marcábamos al principio: es una victoria de los trabajadores, que anima y agiliza los músculos de estos compañeros y de toda la clase obrera, pese a que se podía pelear condiciones más cercanas a lo que inicialmente fue el reclamo, algo que, con semejante experiencia a favor, se podrá repetir cuando sea necesario.