He aquí el punto de partida del libro Anarquismo y Comunismo de Preobrazhenski. Un libro que aclara las principales diferencias entre ambas tendencias dentro del movimiento obrero. También trata de cómo organizar la economía después de la caída del capitalismo y la propiedad de los medios de producción., así como la desaparición de las clases y, por supuesto, la cuestión del Estado; junto a otros temas que igualmente son tratados con rigor y claridad magistrales.
Crítica de Libros
Los socialistas perseguimos la desaparición de las clases sociales y también del Estado, que tiene su origen precisamente en la existencia de aquéllas. Pero para llegar al comunismo, la clase obrera debe organizarse, responder, resistir y, por último acabar con la violencia que opone la burguesía a la pérdida de sus privilegios.
Una clase que quiera responder a la violencia organizada de otra deberá tener un cuerpo de hombres armados y organizados bajo una dirección única, si pretende ganar la partida. Ese cuerpo de hombres armados, si no queremos utilizar eufemismos, recibe el nombre de Estado; y si está al servicio de los intereses de los trabajadores recibirá el nombre de Estado obrero.
A diferencia de cualquier otro Estado existente, un Estado obrero es el instrumento de violencia de la mayoría de oprimidos contra una minoría de opresores, que además tiende a desaparecer en la medida en que desaparezcan las clases sociales y el capitalismo sea reemplazado por una economía planificada y gestionada democráticamente por toda la sociedad.
Con el triunfo de la revolución rusa en octubre de 1917, bajo la dirección del partido bolchevique, el Estado obrero ya no es un asunto teórico sino una realidad práctica, sobre la deben posicionarse los anarquistas que creen innecesario un Estado obrero como transición al comunismo.
El Estado soviético tuvo que combatir a su burguesía y a 21 ejércitos extranjeros que vinieron a aplastar el nuevo régimen.
He aquí el punto de partida del libro Anarquismo y Comunismo, de Preobrazhenski. Un libro que aclara las principales diferencias entre ambas tendencias dentro del movimiento obrero. También trata de cómo organizar la economía después de la caída del capitalismo y la propiedad de los medios de producción., así como la desaparición de las clases y, por supuesto, la cuestión del Estado; junto a otros temas que igualmente son tratados con rigor y claridad magistrales.
El autor quiere acercar a las ideas del marxismo al sector obrero del anarquismo, que se da cuenta de las contradicciones de éste. Al mismo tiempo que denuncia a la pequeña burguesía que utiliza el anarquismo para defender sus intereses, al oponerse a cualquier tipo de Estado sin distinciones, incluido el naciente y precario Estado obrero soviético. De manera que se sitúa directamente al otro lado de la barricada.
Experiencias revolucionarias posteriores, especialmente la revolución española del 31 al 39 en la que los anarquistas jugaron un papel determinante, demostraron la necesidad de tener una postura clara respecto a la cuestión del Estado y el partido.
Hoy, las revoluciones en Bolivia y Venezuela ponen en el orden del día la toma del poder por la clase obrera. Clarificar y sacar todas las lecciones necesarias de las experiencias revolucionarias anteriores es una tarea urgente que este libro cumple a la perfección; al mismo tiempo que abre la mano al honesto espíritu revolucionario de muchos anarquistas que no dudaron ni dudan en hacer grandes sacrificios por la causa revolucionaria.
