Es evidente que el gobierno de Kirchner sabe más de lo que dice. Pero se muestra impotente para enfrentar a estas mafias. El go-bierno no puede purgar a fondo el aparato del Estado porque encontraría una resistencia feroz en su seno y en la clase dominante. No puede apelar a la movilización popular para conseguirlo porque teme que se le escape de las manos y ponga en cuestión al mismo sistema capitalista, del cual es garante. El secuestro y desaparición de Julio López, además de ser una maniobra del aparato represivo para vengarse de los juicios a algunos de sus cabecillas y una extorsión para conseguir su amnistía, también señala el peligro que amenaza al activismo obrero y popular en sus luchas actuales y futuras contra el sistema capitalista y sus sostenedores.
Es evidente que el gobierno de Kirchner sabe más de lo que dice. Pero se muestra impotente para enfrentar a estas mafias. El gobierno no puede purgar a fondo el aparato del Estado porque encontraría una resistencia feroz en su seno y en la clase dominante. No puede apelar a la movilización popular para conseguirlo porque teme que se le escape de las manos y ponga en cuestión al mismo sistema capitalista, del cual es garante.
¿Qué hacer entonces? El secuestro y la aparición con vida de Luis Gerez nos revela el camino. Su liberación fue forzada por la presión de la clase dominante, a través de sus agentes más confiables dentro del aparato del Estado. Eran conscientes de que si continuaba la seguidilla de secuestros de testigos o denunciantes contra los genocidas eso podría conducir, tarde o temprano, a una explosión popular que sacudiría los propios cimientos del sistema.
Esto demuestra dos cosas: que esas tramas negras son perfectamente identificables y localizables; y que sólo el miedo a la movilización popular puede obligar a la burguesía y a sus agentes en el aparato del Estado a detener el accionar de estas mafias y, eventualmente, sacrificar a algunos de sus integrantes para que sean juzgados y castigados.
Las conclusión es clara: sólo la más amplia y contundente movilización popular puede obligar a que nuestros enemigos nos entreguen a los captores de López y desvelarnos su paradero. Y la lucha contra la impunidad, la represión y el desmantelamiento del aparato represivo debe estar vinculada a la lucha por la transformación socialista de la sociedad, terminando con el poder económico, político y represivo de la burguesía.
*Por el desmantelamiento del aparato represivo. Juicio y castigo a todos los culpables.
*Anulación de los indultos y las leyes de impunidad.
*Sólo la movilización popular puede derrotar a las bandas fascistas y dar con el paradero de Julio y sus secuestradores
Corriente Socialista El Militante