Se cumplen 3 años del "Argentinazo", esa maravillosa rebelión popular que, desafiando las balas de la policía y al duro precio de más de 30 muertos, derrocó a un presidente, aterrorizó a la clase dominante e hizo ver a las masas de trabajadores, jóvenes y del resto de las capas oprimidas de la sociedad el enorme poder de su acción colectiva. A pesar del tiempo transcurrido, las ascuas ardientes del "Argentinazo" aún están presentes y cada acontecimiento social o político importante nos lo recuerda.
La clase dominante, para conjurar la pesadilla de un nuevo estallido popular y tras fuertes pugnas internas, debió dejar paso a un gobierno, como el de Kirchner, que intentara reconciliar a las masas de la población con unas instituciones oficiales fuertemente cuestionadas, haciendo algunas concesiones por arriba para evitar un nuevo estallido popular por debajo.
Impunidad a los represores y genocidas, represión a los luchadores
Pero la política del gobierno de Kirchner tiene límites muy definidos porque responde a los intereses patronales que está obligado a defender, garantizando enormes ganancias a los empresarios y banqueros con largas jornadas de trabajo, empleo precario y salarios bajos para los trabajadores. Además, acepta las reglas de juego que le marcan los grandes empresarios, el FMI y el imperialismo, pagando la deuda externa, subiendo las tarifas escalonadamente, manteniendo la política de privatizaciones, reprimiendo selectivamente a los luchadores más activos, o enviando tropas a Haití. Se resistió todo lo que pudo, antes de verse obligado por las formidables luchas de los trabajadores, a conceder algunos aumentos en los salarios y en las pensiones y jubilaciones más bajas. Aunque a veces el gobierno de Kirchner confronte con el FMI y el imperialismo por el tema de la deuda o por la suba de tarifas con las privatizadas, siempre termina arreglando un acuerdo y cediendo.
A pesar de todas sus palabras sobre derechos humanos, los criminales y responsables de los asesinatos del 19 y 20, del Puente Pueyrredón, de la AMIA y del proceso militar siguen casi todos en la calle y sus juicios empantanados y paralizados. Cedió a las presiones de la derecha y de la burguesía endureciendo el código penal con la excusa de la “inseguridad ciudadana”, cuando la mayor fuente de delincuencia organizada es la propia policía y el aparato judicial. Los Menem, Cavallo, de la Rúa, la mayoría de los policías corruptos y de gatillo fácil, están libres e impunes, mientras que 30 luchadores sociales están presos y otros 4.000 están procesados.
Ganancias millonarias para los ricos, salarios de pobreza para los trabajadores
Al calor de la recuperación económica, los patrones están obteniendo ganancias millonarias y los trabajadores apenas unas migajas. Fieles a su tradicional parasitismo, los capitalistas argentinos están consiguiendo salir adelante no a través de la moder-nización de sus equipos, sino por medio de la sobreexplotación de la clase obrera con salarios bajos o congelados, con largas jornadas de trabajo y con la mitad de los trabajadores "en negro". Según el INDEC, la mitad de los trabajadores ganan menos de $435 al mes, y el ingreso medio está en $645, por debajo de la línea de la pobreza, cuantificada en $735. Por culpa de esta sobreexplotación inhumana 1.700 trabajadores mueren anualmente en accidentes laborales.
Avance de las luchas obreras: organizar una corriente sindical en la CGT y la CTA
Pero esta situación está provocando la progresiva irrupción en la escena de las luchas de la clase obrera por aumentos de salario y mejores condiciones de trabajo, lo que está transformando todo el eje de la situación social y política.
Las luchas de los telefónicos, del Subte, de los estatales y docentes y de otros sectores de trabajadores están demostrando que no existe clase o sector social oprimido más fuerte y poderoso que los trabajadores asalariados. Los patrones, el gobierno y la burocracia sindical están viendo con gran preocupación este incremento de las luchas obreras tras años de retrocesos.
Es por eso necesario que la tarea más importante y prioritaria para los trabajadores, gremialistas combativos y la izquierda debe ser organizar una corriente sindical unificada dentro de la CGT y la CTA para levantar una alternativa luchadora y clasista frente a las actuales direcciones sindicales burocratizadas.
Construir una herramienta política de clase y socialista
Que el capitalismo es incapaz de solucionar nuestros problemas es una realidad que se está abriendo paso en la conciencia de una cantidad creciente de trabajadores. Lo que hoy nos dan con una mano mañana nos lo intentarán quitar con la otra. En los últimos 30 años los trabajadores argentinos perdimos un gran número de conquistas y derechos y el poder adquisitivo de nuestros salarios hoy no alcanza ni la mitad del que teníamos en 1975. La lucha sindical, con ser tan importante, también tiene sus límites. Es por eso que debemos abrirnos a una perspectiva socialista.
Construir nuestra propia herramienta política de masas y socialista, diferente y opuesta al resto de partidos y corrientes patronales que durante décadas se disputaron el poder sólo para explotarnos mejor a favor de los capitalistas, y que agrupe a la mayoría de los trabajadores para luchar por estas ideas es una necesidad que se va a ir poniendo de manifiesto de ahora en más. Los sindicalistas y gremios combativos, las agrupaciones de izquierda, los trabajadores y los jóvenes luchadores debemos aunar esfuerzos para ayudar a hacer realidad esta perspectiva.
Sumate y organizate con El Militante para luchar por:
-Aumento inmediato de $250 en el básico para todos los trabajadores.
-Salario mínimo de $ 800.
-Subsidio de desempleo de $500 a todos los desocupados sin contraprestación, o un puesto de trabajo digno.
-Reparto del trabajo para acabar con la desocupación, sin rebajas salariales.
-No al empleo en negro. Blanqueo inmediato y efectivización de todos los trabajadores contratados y en precario.
-Jubilación a los 60 años con el 100% de los ingresos que recibía el trabajador en actividad.
-Basta de represión y persecución a las organizaciones piqueteras.
-Libertad inmediata y desprocesamiento de todos los luchadores populares.
-Juicio y Castigo ejemplar a todos los represores y genocidas.
-Nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios, sin indemnización y bajo control obrero, para planificar democráticamente los recursos en beneficio de la mayoría de la sociedad.