“Son peligrosas las ollas. A su alrededor se tejen lazos de empatía, de vecindad, de mirar al otro y a la otra y a le otre a los ojos, y reconocer el mismo hambre, la misma rabia o el mismo dolor.
Huelen a revolución las ollas. Y a verdad. A esa verdad que nos quieren ocultar con topadoras, cuadernos y discursos grabados, pero que se les escapa cada vez que unas manos tienden un plato y otras manos lo llenan, y las miradas se cruzan por sobre el borde de la olla y se dicen que no, que así no, que con el hambre no se jode y con la dignidad menos.” CS
Nos encontramos ante una colosal trasferencia de ingresos de nuestros bolsillos a las arcas de un puñado de capitalistas. Por lo tanto, la formidable capacidad creadora de millones de obreros y trabajadores se volatilizan a través de una serie de mecanismos para que se beneficien un puñado de empresarios. Este gigantesco operativo se da la mano y bajo la estricta supervisión de la dirección del Fondo Monetario Internacional.
Los capitalistas a través de una serie de mecanismos fugaron u$s13.600 millones, tan solo en 2018. La deuda pública y privada de argentina es más del 78% del PBI y lo han conseguido en solo 32 meses.
Desde el comienzo de su mandato en 2015, el gobierno de Cambiemos ha permitido la fuga de capitales que, sumada a la remisión de utilidades de las empresas multinacionales llega a u$s56.919 millones.
La economía cayó 4,2% en el segundo trimestre en relación al mismo periodo el año pasado, afectada por el derrumbe de las exportaciones por la sequía del agro y la baja del consumo público, informó ayer el Indec. Se trata del peor resultado desde el tercer trimestre de 2014. Página 12 20/09/18
Mientras se calcula que el salario se contraerá en 2018 en un 16%, sumado a los cientos de despidos y condiciones de trabajo a la baja, Paolo Rocca ha salido a pedir que se bajen aún más los salarios, pidiendo responsabilidad a los dirigentes sindicales.
El Presupuesto propuesto para el 2019, contiene una inusitada ofensiva capitalista hacia los trabajadores y sectores populares. Debemos tener la plena conciencia de que para que esto suceda, los capitalistas y su Estado deben infligir una derrota al movimiento de masas, a la clase obrera, sectores populares y a la juventud, para que aceptemos sin pestañar las peores condiciones de vida y trabajo, para que aceptemos sin pestañar que un puñado cada vez más ricos nos digan cómo vivir y trabajar.
El gobierno reaccionario de Macri y el régimen político de conjunto ha revelado su completa bancarrota e incapacidad para resolver la profunda crisis del capitalismo argentino, que amenaza sumir a millones de personas en la indigencia y miseria.
Pero tenemos un dato más que debemos prestar atención. Este gran operativo está dado bajo un Gran Acuerdo Nacional de todos los partidos del régimen político de sostener al gobierno de Macri para que llegue a como dé lugar al 2019 y así “derrotarlo” en las urnas.
¿Por qué sucede esto? Existe un gran temor por parte de la clase dominante a que se dé un nuevo 2001. La diferencia con aquella gesta es que no pesa sobre nuestras espaldas la derrota de los ’90.
Frente a esta ofensiva contamos con cientos de luchas, que venimos librando desde la Reforma Previsional, movilizaciones que asedian a la Ciudad de Buenos Aires día tras día; la lucha de la comunidad universitaria, demostró por su carácter nacional y su magnitud el camino para dar una respuesta unitaria a los problemas nacionales.
Como así también los obreros de Astilleros Río Santiago que movilizaron y demostraron con los métodos de nuestra clase que se puede imponer o arrancar a las patronales o al gobierno los objetivos que nos trazamos. La comunidad de Moreno que a partir de las ollas populares en puerta de escuelas se organizan con la comunidad.
Necesitamos la más amplia unidad, ya que los cientos de peleas en curso se encuentran desconectadas unas de otras, y lo que está en juego es la salud, la educación básica y superior, la vivienda, el trabajo de millones de trabajadores.
El Triunvirato Cegetista después de meses de ofensiva patronal y gubernamental se dignó a convocar el 25 de septiembre a un paro general de carácter dominguero sin movilización. Mientras que los trabajadores, la juventud y los sectores populares están dispuestos a luchar, la dirigencia sindical y política desactivan los conflictos con vistas al 2019. Por ejemplo, el levantamiento del paro universitario por parte de la dirección de CONADU, en manos de la dirigencia kirchnerista, a cambio de un aumento salarial irrisorio, pero, a pesar de esta dirección el conflicto tendrá una nueva edición de la mano de la discusión del presupuesto universitario. O como otro dirigente Sergio Palazzo, de la Corriente Federal de la CGT, cuando dice “Nos ganó la derecha porque perdimos la batalla cultural y debemos hacernos cargo y hacer la autocrítica respectiva, porque es inexplicable que un trabajador vote a quien va ser su verdugo, esa es la peor de las derrotas” revelando su propia derrota política sindical, lejos de ánimo de los trabajadores.
Entonces se trata de amplificar la experiencia de la lucha y de las asambleas, extenderlas y coordinarlas, es la tarea. Debemos dar un paso más y tomar en nuestras manos la convocatoria desde las organizaciones de bases, las juntas internas, los cuerpos de delegados, las asambleas y posibilitar que las mismas den un paso más para encontrarnos con otros trabajadores, como así también con la juventud para discutir y definir el plan de lucha para derrotar al gobierno de Macri y del FMI.
¡No es Macri – es el Capitalismo!
¡Fuera el FMI!
¡No al Parlamento del Ajuste!
¡Por un Gobierno de los Trabajadores!