A continuación les presentamos el texto del volante de Lucha de Clases (CMI-Bolivia) para este 1º de Mayo.
Aprovechando el desacuerdo general a las alianzas sin principio de Mitma, el MAS ha impuesto la prórroga de dirigentes en confederaciones y CODes y ha tomado la dirección de la COB. Después de tan solo dos meses su gestión ya ha dado resultados nefastos.
El gobierno ha reemplazado ECOBOL con otra empresa para liberarse de trabajadores antiguos y del sindicato y la COB ha quedado firmando los finiquitos como si fuese un despacho del Ministerio del Trabajo. La policía se hace la burla de los compañeros mineros de Huanuni, barajando hipótesis sinsentido ante el tercer atentado terrorista seguido que enluta a Oruro.
Por último el gobierno ha promulgado un aumento de 60 Bs al mínimo nacional que es menos de lo que nuestros hijos gastan en recreo escolar, justificándose con una promesa de doble aguinaldo a la cual ni ellos creen, o no hubieran propuesto el 3,5%. Los dirigentes de la COB querían demostrarnos que con la alianza de la COB con el MAS se obtienen mejores resultados y el gobierno les ha hecho recuerdo que la alianza del MAS con la COB no es para esto.
Pero bajo esta superficie las cosas están incluso peor. La lista de empresas que violan los derechos laborales se hace cada día más larga. La patronal utiliza las normas del arbitraje que refuerzan la mediación del Estado en los conflictos sindicales para cansarnos y doblegar el sindicalismo combativo.
Nos chantajean con contratos a plazo fijo, como consultores en línea, por obra, a destajo etc. en el empleo público, las pequeñas empresas y también en las grandes empresas mineras o petroleras, inclusive del Estado. La mayoría de los jóvenes que ingresan al trabajo lo hacen sin estabilidad laboral y con salarios insuficientes. Pero ningún representante directo de los que enfrentamos estas situaciones a diario estaba sentado a la mesa con Evo.
La Ley de Empresas Sociales (rechazada por Evo en su versión original el año pasado) debía servir a defendernos de empresarios que no cumplen con salarios y aportes para estafarnos, amenazarnos y violar nuestros derechos. Pero en la versión promulgada corregida por los empresarios desaparecieron todas estas causales. Ahora si un juez lo permite y el Código de Comercio no lo prohíbe, los trabajadores podremos pedir de hacernos cargo solo de una empresa en quiebra… y de todas sus deudas. Así esta herramienta es inútil.
Los dirigentes de la COB se declararon satisfechos del acuerdo porque “podía ir peor”. Claro: ¡le podía ir peor a su dirección! De hecho el año pasado se obtuvo más con un entorno económico aún más desfavorable, pero sin acuerdos con los empresarios de por medio. Los mismos acuerdos que con seguridad el gobierno tratará de recuperar compensando de alguna manera a los empresarios privados. Esta es la necesidad de “equilibrio” y mediar entre las partes sociales a la cual se refería Evo anunciando el acuerdo.
De hecho con su “responsabilidad con la economía nacional” Huarachi y compañía sacrifican las expectativas obreras y su propio desgastado prestigio para cuidar las intenciones del gobierno de recomponer las alianzas con los empresarios y las multinacionales, como afirmado explícitamente por el ministro Guillén. El “realismo” de esta burocracia sindical se reduce a sacrificar la unidad y combatividad de la clase obrera por algunas reformas poco incisivas, como la Ley de Empresas Sociales y el aumento salarial promulgados desde arriba por el gobierno.
Y esto es aún más grave si consideramos lo que se viene. Una reforma laboral que, como el anteproyecto presentado en 2011, sigue limitando las luchas obreras para dejar cualquier reivindicación en las manos del Estado y un debate sobre el vínculo entre productividad y salario que intensificaría el grado de explotación laboral sepultando la unidad de los trabajadores a la hora de negociar los aumentos.
La subordinación de la COB al MAS y a un reformismo en crisis nos divide, nos deja más indefensos y transforma nuestras federaciones en estaciones de control policiaco sobre el sindicalismo combativo. Los trabajadores necesitamos extraer el balance de todo esto y prepararnos a las luchas futuras. Para precavernos de oportunistas de toda índole y recuperar nuestra independencia sindical necesitamos organizarnos y dar la batalla por una herramienta política propia y por la democracia sindical en nuestras filas.