LA POLÍTICA DE BUSH ESTÁ FOMENTANDO LA REBELIÓN

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Si eres seguidor de Bush y crees que EEUU puede llevar a cabo la “reforma” de los regímenes árabes, llevando el estilo norteamericano de “libertad y democracia” a “aquellos que lo merecen”, entonces estarás perplejo por los resultados de esta campaña. Si el estilo de libertad, democracia y paz de Bush es tan bueno, ¿por qué la población normal en lugar de apoyarlo se rebela contra él y Oriente Medio es tan inestable?

Oriente Medio

Si eres seguidor de Bush y crees que EEUU puede llevar a cabo la “reforma” de los regímenes árabes, llevando el estilo norteamericano de “libertad y democracia” a “aquellos que lo merecen”, entonces estarás perplejo por los resultados de esta campaña. Si el estilo de libertad, democracia y paz de Bush es tan bueno, ¿por qué la población normal en lugar de apoyarlo se rebela contra él y Oriente Medio es tan inestable?

Para los racistas la respuesta es que los árabes “primitivos” son sencillamente incapaces de vivir en democracia, va en contra de su inferior naturaleza humana. Pero en el mundo real, los racistas son incapaces de comprender que la depresión del miserable nivel de vida existente que tienen las masas, bajo la consigna de libertad y democracia, es lo último que necesitaban las masas en Oriente Medio.

Poco antes de comenzar a escribir este artículo explotó otra bomba en Beirut, esta vez en una zona industrial, un barrio principalmente cristiano, al noreste de la ciudad. Según la policía, una mujer libanesa y dos trabajadores indios resultaron heridos. Era la tercera vez en una semana que las explosiones golpeaban los barrios cristianos de Líbano. Estos atentados terroristas criminales reflejan la creciente inestabilidad existente en Líbano después del asesinato del anterior primer ministro, Rafiq Al-Hariri, el 14 de febrero de este año. El miércoles, una bomba asesinó a tres personas en Kaslik, cerca de la ciudad portuaria de Jounieh, en el corazón cristiano, cinco días después un coche bomba estalló frente a un apartamento e hirió a nueve personas.

Mientras que la oposición pro-estadounidense dice que Siria, al mismo tiempo que intenta demostrar que su presencia militar es el único factor que preserva la estabilidad e impide una nueva guerra civil, está detrás de estos atentados, los pro-sirios acusan a provocadores que están actuando en nombre de EEUU, Francia e Israel.

Nadie sabe quién está detrás de estos atentados, pero el peligro de una guerra civil está presente. Compartimos los sentimientos de la mayoría de los libaneses de que EEUU, Francia, Israel y la intervención de la ONU en los asuntos internos del régimen frágil de este país, es un factor importante en este proceso de creciente inestabilidad en Líbano.

Según los periodistas de Al Jazeera, han aparecido carteles en la carretera al aeropuerto de Bagdad desafiando la Resolución 1.559 del Consejo de Seguridad de la ONU, inspirada por Washington y París, que exige la retirada de las tropas sirias de Líbano. En un cartel se puede ver “1.559” junto a una señal de Stop, en otro se puede leer: “Resistencia: el verdadero camino”. Los motoristas en Beirut llevan carteles en los que se lee: “No a la interferencia extranjera”.

El ministro de exteriores sirio, Faruq al-Shara, en una carta dirigida a Kofi Annan, Secretario General de la ONU, se comprometía a que Siria, cuyas tropas se desplegaron por primera vez en Líbano en 1976 bajo presión de EEUU e Israel para “salvar” a los aliados cristianos de la zona occidental, sacaría a sus tropas antes de las elecciones parlamentarias que se celebrarán en mayo. Testigos presenciales dicen que el ejército sirio continua desmantelando sus instalaciones en el Valle Beca, como había prometido. Se han visto docenas de camiones y vehículos militares dirigiéndose hacia la frontera. Siria, para salvar la cara, ha dicho que se va por el Acuerdo Taif, que acabó con la guerra civil de 1975-1990, y no por la presión internacional.

Sin embargo, Líbano no es el único país de Oriente Medio que se enfrenta a la inestabilidad y la polarización. El miércoles pasado se manifestaron miles de personas en El Cairo, Alejandría y en la Universidad del Delta del Nilo, aunque un gran número de oficiales de policía impidieron que los manifestantes alcanzaran el parlamento en El Cairo, su principal objetivo.

Los medios de comunicación israelíes dijeron que fue una manifestación convocada por la Hermandad Musulmana. En realidad, los manifestantes, una coalición de Nasseristas junto con miembros de la Hermandad Musulmana, coreaba consignas contra el presidente Hosni Mubarak. “Ya es suficiente, ya es suficiente”, es lo que coreaban contra el dirigente egipcio que lleva en el cargo desde 1981 y que se presenta de nuevo a las elecciones. Los miembros de la oposición llaman a su movimiento Kifaya (Suficiente). La policía egipcia arrestó a 23 manifestantes, según Al Jazeera 20 ya han sido liberados.

Unos 2.000 estudiantes se manifestaron en la Universidad de Mansura en el Delta del Nilo. Grupos de policía les impidieron abandonar el campus. Unos 500 estudiantes se manifestaron en la Universidad de Alejandría, pero también los rodearon en el campus. En la Plaza Menshiya, en el centro de Alejandría, unas 300 personas participaron en una manifestación y llevaban pancartas en las que se podía leer: “No a la corrupción. No al paro. No a Mubarak”. Los manifestantes tomaron las calles a pesar de la advertencia hecha el martes por el jefe de la policía de El Cairo, el general Nabil al-Izabi, de que la policía cumpliría estrictamente las leyes de excepción que prohíben las manifestaciones no autorizadas.

El diario nasserista, Al-Arabi, dijo que los manifestantes se mueven por la creciente desconfianza con el gobierno. En su editorial se podía leer lo siguiente: “Hay un enorme abismo en la credibilidad entre el régimen gobernante y la opinión pública”. Además decía que el movimiento Kifaya no es ni un partido político ni un frente de grupos o partidos. Es un foro democrático, en un marco cívico general y un dedo que señala “el camino correcto”.

Bajo la dirección de Bush hacia la “libertad y la democracia” en Oriente Medio, se esconde el dominio del imperialismo norteamericano. Mubarak el mes pasado tuvo que permitir que se presentara a las elecciones presidenciales más de un candidato, para “demostrar” que Egipto es una buena y fiel democracia. Sin embargo, esta decisión está saliendo mal porque otorga una expresión política a la oposición contra el odiado régimen. Ante el temor por sacar al genio de la botella, la policía ha anunciado que no tolerará ninguna manifestación contra el gobierno. Sin embargo, puede que sea demasiado tarde para volver a introducir al genio en la botella. El abismo entre la pequeña clase capitalista que vive con un gran lujo y la mayoría de la población que vive en condiciones de miseria es ahora tan profundo que el mayor “hotel” para pobres de El Cairo es el cementerio central, ¡donde buscan cobijo en las tumbas!

Con Nasser, Egipto experimentó algunas reformas progresistas limitadas que se mantuvieron con Sadat y Mubarak. El intento de Bush de adornar el opresivo régimen de los capitalistas está abriendo las puertas a una lucha de clases abierta contra el régimen.

Siria también se enfrenta a una gran oposición al proceso de privatización adoptado bajo la presión de EEUU. En un acto que refleja la furia de Bashir Al Asad ante la presión estadounidense para que abandone Líbano, el presidente sirio ha liberado a dos estudiantes enviados a prisión el pasado mes de febrero por un tribunal por encabezar una manifestación contra un decreto que acababa con la tradición de garantizar empleos públicos a todos los graduados en ingeniería. El decreto formaba parte de un programa de reforma administrativa y económica. El tribunal había encarcelado a Muhannad al-Dibis y Muhammad Bashir Arab en febrero, los condenó a tres años acusados de “resistirse a los objetivos de la revolución”. Al mismo tiempo, Al Assad liberó a cientos de kurdos.

Bush pensaba que iba a tener un paseo triunfal por Iraq y en su lugar tiene una pesadilla, no sólo para los iraquíes ocupados, sino también para el propio Bush. Poco antes del inicio de la guerra dijo que el objetivo de la guerra era llevar la prosperidad y la democracia. La realidad es que EEUU no puede controlar Iraq. En el mundo real, la oposición armada crece con los días, mientras que la “democracia” anunció su victoria en las elecciones con los partidos religiosos fanáticos intentando crear un estado religioso, la prometida prosperidad se ha convertido en robo y en una destrucción total de la infraestructura.

Los últimos acontecimientos en Arabia Saudí confirman también la creciente inestabilidad de la región. Este rico país petrolero se enfrenta a una gran oposición interna y está lejos de ser un “aliado” seguro del imperialismo estadounidense. El lunes 4 de abril por la mañana, en el barrio de al-Ras se escucharon disparos. El barrio fue rodeado por las fuerzas de seguridad, pero a pesar de esto según Al Jazeera al menos un oficial de policía saudí murió por los disparos y otros 15 resultaron heridos. Según otras fuentes, resultaron heridos 35 policía y por lo menos tres combatientes murieron asesinados. El enfrentamiento se ha vinculado a al-Qaeda y llegó un mes después de que un sospechoso de pertenecer a esa organización, después de otra noche de disparos, fuese arrestado el 13 de marzo en Jedda junto a dos compañeros. Desde mayo de 2003 en incidentes atribuidos a al-Qaeda han muerto 90 civiles, según fuentes oficiales, y también han muerto 39 miembros de las fuerzas de seguridad y 92 combatientes.

En Israel, mientras el gobierno de Sharon, presionado por Bush, está decidido a abandonar Gaza, los colonos amenazan con iniciar una guerra civil sangrienta. Los líderes de los colonos dicen abiertamente: “Prenderemos fuego a las calles” o “Sharon ha condenado a muerte hoy a muchas personas”. Los rabinos colonos están pidiendo a todos los soldados de derecha que deserten del ejército y que se nieguen a participar en el desalojo de los colonos.

Haaretz, el portavoz de la clase dominante israelí, dice repetidamente: “Esto debe reconocerse como una declaración explícita de rebelión contra el gobierno. No son declaraciones de figuras marginales, sino de reconocidos líderes. Estas declaraciones constituyen un peligro claro y latente para la democracia”.

El periódico hace referencia al líder derechista Effi Eitam, quien exige que la policía y los soldados vayan desarmados durante el desalojo. A cambio promete que los colonos no llevarán armas. Normalmente, los ideólogos de la clase dominante intentan convencernos de que el estado está por encima de la clase. En esta ocasión es un reconocimiento explícito de que el análisis marxista de la naturaleza política del estado es correcto. La esencia del estado es que cuenta con el monopolio de los medios de violencia que permite imponer la voluntad de la clase dominante. En esta ocasión Haaretz escribe: “Un ejército sin armas no es un ejército, más bien una colección de adolescentes indefensos”.

Los colonos están protegidos con todo tipo de armas proporcionadas por el estado. Se las dieron para aterrorizar a los palestinos. Ahora que el Golem creado por el estado se enfrenta a la amenaza de una rebelión de derecha, los capitalistas están alarmados. El mismo Effi Eitam, que pide el desarme del ejército, promete que cientos de miles de personas irán a Gush Katif el día del desalojo para enfrentarse a las fuerzas de seguridad.

La clase capitalista es consciente de que el ejército, en particular muchos oficiales, tienen simpatía abierta hacia los rebeldes. Al mismo tiempo, no quieren ver a la clase obrera, la única fuerza que puede realmente oponerse a los colonos derechistas, muchos de ellos fascistas, enfrentarse a esta rebelión.

Se acaba de aprobar el nuevo presupuesto después de que Sharon utilizase su táctica conocida de soborno e intimidación para atacar a la clase obrera. Mientras desangra a los trabajadores y los pobres, este presupuesto recompensa a los ricos. Mientras los pacientes de cáncer no pueden conseguir medicinas que puedan salvar su vida, se utilizarán cientos de millones de shekels para comprar votos. Siete nuevos parlamentarios ascendieron a ministros como recompensa por su lealtad.

Uzi Landau, el líder de la fracción rebelde dentro del partido gobernante, el Likud, ha descrito el gobierno de Sharon como una “casa de putas”. El parlamentario Ayoub Kara ha calificado a estos siete ministros como “prostitutas”.

Sharon está actuando como un Bonaparte de derecha, manipulando el estado frente a las diferentes clases de la sociedad. Por un lado, está la oposición reformista que, aunque en el último minuto votó contra el presupuesto, no sólo no ha intentado movilizar a la clase obrera sino que ha presentado a Sharon como el hombre que puede traer la paz. Al mismo tiempo, la clase capitalista no está muy contenta al observar la táctica de Sharon, pero está dispuesta a cerrar los ojos para que éste ponga en práctica la hoja de ruta de Bush. No están contentos con el gobierno del monstruo pero saben que el político israelí cumplirá con su mandato, por supuesto, por dinero y por un poco de poder. Puede que no les guste que Israel se esté convirtiendo en una “república bananera”, pero lo prefieren porque la única alternativa es la movilización de la clase obrera contra las raíces del mal, es decir, el propio capitalismo. Ya se fueron los días en que pretendían construir una sociedad nueva y justa. El único valor que la clase capitalista realmente aprecia es el beneficio y Sharon se lo da.

¿Por qué la clase obrera israelí no se levanta y derriba este gobierno corrupto y pone fin a la ocupación? ¿Es que todos los israelíes son un bloque reaccionario como creen muchas personas en el mundo?

Para los moralistas pequeñoburgueses que igualan lo que creen las personas (conciencia) con los intereses de clase, si los trabajadores no hacen una revolución cada vez que estos moralistas piensan que es necesario, entonces la clase obrera no es una clase revolucionaria. Para estas personas, las leyes de la historia son un libro cerrado. La conciencia humana es muy conservadora y va por detrás del desarrollo de la realidad objetiva. El capitalismo israelí está unido al resto del sistema capitalista mundial. En todas y cada una de las esferas de la vida: moralidad burguesa, ley, arte, política… la clase obrera israelí todavía cree que es cuestión de tiempo y que la prosperidad económica regresará. Lo que no entiende es que se están enfrentando no a un ciclo normal de auges y depresiones, sino a la crisis histórica del sistema. El capitalismo no regresará a los niveles excepcionales conseguidos con el boom que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Israel era una sociedad donde los judíos disfrutaban de seguridad social. Vivían en una jaula dorada. Aquellos días se fueron y el abismo entre los que tienen y los que no, aumenta muy rápido. El barniz dorado desapareció y los trabajadores viven ahora en una jaula de hierro.

El treinta por ciento de los niños israelíes viven por debajo de la línea de pobreza. En México es el 28 por ciento. Muchos trabajadores todavía creen que si la “paz”, basada en el desalojo de la mayoría de los territorios ocupados, se convierte en una realidad, entonces las cosas volverán a ir bien. Creen esto porque los medios de comunicación y los partidos de izquierda llevan años metiendo esta idea en la cabeza de los trabajadores.

Los trabajadores israelíes están organizados en la central sindical Histadruth y en los partidos reformistas. Durante los últimos dos años, el ala de derechas del Histadruth ha hecho todo lo que ha podido para destruir la voluntad de lucha de los trabajadores. El Partido Laborista ha entrado en el gobierno Sharon y ha apoyado el presupuesto. Además, todavía las mentes de los trabajadores está envenenada con el chovinismo burgués.

¿Eso significa que la clase obrera no luchará? La conciencia no es algo inmutable. Como todos los demás fenómenos también cambia. Está gobernada por la ley dialéctica en que los cambios cuantitativos en cierto momento se transforman en una calidad diferente. Sólo es cuestión de tiempo que los trabajadores se den cuenta de que no hay otra alternativa que luchar, a pesar de la dirección actual, y a través de esta lucha la clase aprenderá lecciones. Sólo con la propia lucha los trabajadores pueden aprender y comprender, no sólo la naturaleza de la bestia, sino también cómo derrotarla.

Los gobernantes israelíes y los árabes han demostrado que pueden y se unirán contra los trabajadores. El año pasado, mientras los trabajadores portuarios israelíes estaban en huelga contra la privatización de los puertos, el gobierno israelí pidió ayuda a los gobiernos libanés, egipcio y jordano para romper la huelga y utilizar sus puertos. Ellos se unieron. Los nacionalistas pequeñoburgueses judíos y árabes creen que los trabajadores judíos y árabes no pueden unirse en una lucha común. Los trabajadores españoles y vascos consiguieron unirse y derribar el año pasado al anterior gobierno de derecha.

Bush nos recuerda a Calígula cuando golpea el mar para obligarlo a que cumpla su voluntad. Los gobernantes de las sociedades en declive son muy similares, parecen muy poderosos, ciertamente creen que pueden hacer todo lo que quieran, actúan como los agentes poderosos de cambios sociales y lo que consiguen es empujar el proceso revolucionario en contra de sus intenciones. Lo mismo ocurre con Sharon, el principal agente local de Bush, y con todos los demás.

4 de abril de 2005