La tarde de ayer [4 de agosto] 2500 personas se han congregado en Londres para escuchar la alternativa a las políticas de austeridad propuesta por Jeremy Corbyn. Este fue el último de una serie de debates con participaciones de masas en todo el país. La reunión fue tan exitosa que, a pesar que el Centro Camden estuviese lleno hasta desbordar, se pusieron a disposición otras dos salas para los partidarios de Corbyn, mientras que cientos más esperaban afuera.
Para nada perturbado por la gran asistencia, Corbyn se tomó el tiempo para hablar cuatro veces, en cada una de las salas en el interior y la última en las afueras del centro, subido a un carro de bomberos – proporcionado por el FBU, sindicato de bomberos que respalda la candidatura de Corbyn a líder del Partido Laborista.
Hay tan grande interés por las ideas de Corbyn que varios grupos de adolescentes se treparon a las ventanas de la calle para escuchar aunque sólo fragmentos de su discurso en la sala principal. Corbyn ha lucidamente descrito el impacto devastador que las políticas de austeridad están teniendo en Gran Bretaña, hablando de los millones que tienen que acudir a comedores para pobres y de una crisis habitacional que, de hecho, está forzosamente alejando de Londres a los sectores de bajos recursos. Asimismo ha delineado su alternativa, una sociedad fundada en los intereses de quienes realmente crean la riqueza, es decir los trabajadores.
Owen Jones (editorialista del periódico The Guardian), después de haber dado alcance a Corbyn en el palco, ha aseverado que aunque la campaña ha sido hasta ahora impresionante no tiene que detenerse. Que Corbyn gane o pierda, esta campaña tiene que convertirse en un trampolín para lanzar un movimiento general para cambiar la sociedad.
En la asamblea intervino también Mark Serwotka, Secretario General del sindicato de los empleados públicos PCS. Expresó toda su indignación por los ataques a Corbyn de la derecha laborista y por sus intentos paternalistas de disuadir a los partidarios de Corbyn argumentando que no es elegible. A la sola mención del nombre de Blair todo el edificio estalló en un coro de silbatinas y abucheos, demostrando todo el desprecio que hay hacia el ex primer ministro.
Este mitin de Londres llegaba después de otros de igual éxito. 1500 se habían reunido en Liverpool y otras asambleas de masas hubieron en Birmingham y Coventry la anterior semana. La campaña además está muy cerca de alcanzar el objetivo de recaudar cien mil libras esterlinas y ya todos los corredores de apuestas consideran Corbyn como el más probable vencedor. Desde el apoyo del sindicato UNISON, también del sector público y con 1,3 millones de afiliados, la campaña ha adquirido un impulso incontenible.
La derecha intenta enlodar a Corbyn
El crecimiento de la campaña ocurre a pesar de los ataques continuos a Corbyn tanto de la derecha laborista, vinculada a Blair, como de los medios de comunicación. Chris Leslie, destacado exponente de la derecha laborista, se ha recientemente sumado al coro infamante, afirmando que las medidas económicas que Corbyn propone en realidad harían a los trabajadores aún más pobres. Completando la horrífica lista de los críticos de Corbyn está Neil Kinnock, ex líder del Partido Laborista, que ha hecho gala de todo su bagaje maccartista culpando a los “malditos trotskistas” por el crecimiento del apoyo a la campaña, sin dejar obviamente de mofarse de Corbyn declarándolo inelegible. ¿Qué sabría un hombre que perdió dos elecciones (porque estaba demasiado ocupado haciendo la guerra contra el ala de izquierda del Partido Laborista) acerca de la elegibilidad?!
Lo que es más evidente es el completo descredito de todos estos políticos de carrera a los ojos no sólo de los militantes del partido sino de toda la sociedad. Cada ataque de estos personajes no hace más que fortalecer la campaña de Corbyn. El sentimiento general parecer ser “si Blair está en contra de él, entonces debo apoyarlo”.
Los líderes de la derecha, así como la prensa burguesa, están completamente aislados de la realidad de la sociedad. Consecuentemente no logran entender el enorme cambio que ha tenido lugar en la consciencia en el último período. Desde 2008 la gente común de toda Europa y el resto del mundo ha empezado a cuestionar la necesidad de un sistema que exige recortes a sus niveles de vida para pagar una crisis que no han causado.
Millones de trabajadores sienten la necesidad de una alternativa, pero hasta el momento (por lo menos en Gran Bretaña) la bancarrota de los dirigentes del Partido Laborista y de los sindicatos ha impedido que este sentimiento encontrase una forma genuina de expresarse. Esto se vio en Escocia donde el referéndum sobre la independencia y el crecimiento exponencial del Partido Nacionalista Escoces (SNP en inglés) fue una clara muestra de este urgente deseo por el cambio.
La campaña por Corbyn está dando ahora una voz a aquel mismo sentimiento en toda Gran Bretaña. Sin embargo no se trata de un fenómeno que se refiere sólo a Gran Bretaña como hizo notar Stella Christou, una militante de Socialist Appeal en una entrevista a The Guardian: “en toda Europa emergen nuevos partidos y nuevos líderes, lo mismo que está ocurriendo aquí también. Están sacudiendo los cimientos de la tradicional social democracia. Jeremy Corbyn está reuniendo a las personas desilusionadas, desmoralizadas y apolíticas”.
¿A quiénes llaman apáticos?
Lo más interesante de este fenómeno es el gran número de jóvenes que participan. Los medios de comunicación nos cuentan continuamente que los jóvenes son apáticos y no se preocupan por la política. Pero los adolescentes con sus oídos apoyados a las ventanas del centro Camden donde se celebraba el mitin de ayer demuestran lo contrario. De hecho en el mítin de ayer intervinieron muchos voluntarios de la campaña y la mayor parte de ellos tenía menos de 20 años y sólo recientemente había llegado al activismo político, impulsados por el deseo de luchar por una sociedad mejor. Esto demuestra que la campaña de Corbyn está atrayendo a la misma juventud radicalizada que llenó las calles y las plazas para protestar en contra de los conservadores después de las elecciones.
Cada vez es más evidente que estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo movimiento político, que, si Corbyn ganara, podría atraer a centenares de miles de personas a luchar contra la austeridad. Se trata probablemente de uno de los hechos políticos más significativos que Gran Bretaña haya conocido en los últimos años, ciertamente desde el movimiento contra la guerra en Iraq o desde el movimiento contra la Poll Tax en los ’80. Lo más digno de ser anotado de toda esta campaña es el gran entusiasmo y el optimismo que demuestran todos los que están involucrados en ella, jóvenes o viejos por igual, algo que falta por completo en otros espacios políticos del país.
Como militantes de Socialist Appeal compartimos este entusiasmo y sostenemos completamente la campaña por la elección de Jeremy Corbyn, pero no tenemos que ser ingenuos sobre lo que esto significa. Si Corbyn ganara, comenzaría de inmediato una guerra civil en el Partido Laborista. La derecha de Blair nunca aceptarían semejante resultado y no porque, como dicen, Corbyn sería inelegible, sino porque el movimiento que ha desatado amenaza los intereses de la clase dominante que ellos representan fielmente con su total apoyo y compromiso con las políticas de austeridad.
La derecha laborista comenzaría de inmediato una campaña de sabotaje para tratar de forzar la renuncia de Corbyn de cualquier manera. No podemos pensar en recibir estos ataques sin hacer nada, debemos prepararnos a sostener la batalla con la cabeza en alto, defendiendo la voluntad democrática de la mayoría de los afiliados al partido y a los sindicatos.
¡Vota por Corbyn! ¡Lucha por el Socialismo!
En este sentido no compartimos las palabras que Corbyn derrocha por la “unidad del partido”. El Partido Laborista de hecho ha sido habitado por años la morada de dos diferentes y opuestas tendencias: quienes luchan en nombre y por los intereses de la clase obrera y los verdaderos infiltrados, los que representan los intereses patronales. Si Corbyn quisiera realizar su programa, tendrá que luchar contra el sabotaje de la derecha laborista y liberarse de toda la camarilla de arribistas y oportunistas del partido. Esta es la verdadera unidad en la lucha contra los conservadores.
E incluso si Corbyn perdiera, esta batalla seguirá siendo necesaria. No podemos permitir que los miles que han vuelto a llenar el partido se sientan abatidos y se vayan. Debemos en cambio luchar para organizarlos en una fuerza capaz de imponer un cambio radical de la sociedad.
En cualquier caso, el genio ya salió de la lámpara. Miles de personas se están acercando a la actividad política. La rabia y el deseo de las masas trabajadoras y de los jóvenes por un cambio radical han adquirido una forma concreta y tangible. Armado con un programa militante, combativo y socialista, sería imposible detener este movimiento.
Votar por Corbyn!
Echar a lo Blairites!
Luchar por el Socialismo!
Londres, 4 de agosto