Revolución, socialismo y consumo racionalizado

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consumo 2La explotación por el consumo es el consumo innecesario, en estos tiempos de consumo irracional, de grandes catástrofes en el proceso de producción y distribución, la hipertrofia, la obsesión compulsiva por la compra hace necesaria la reflexión profunda y activa, revolucionaria en este hecho.

 

La explotación por el consumo es el consumo innecesario, quien consume innecesariamente no ve satisfecha su necesidad y en cambio sí es explotado necesariamente por el productor como por las empresas de publicidad y de propaganda que venden tendencias, modas; todo con la intención de construir fachadas exuberantes sobre lo que el mundo es y debería ser, la cultura del consumo es toda una visión de mundo, una perspectiva que varía entre el hedonismo, el despilfarro y el crédito. No es extraño que las sociedades que actualmente despilfarran y consumen sin sentido alguno, sean las mismas que antes predicaban el ascetismo y el puritanismo más acérrimo, ahora países imperialistas como EEUU o el Reino Unido, están dispuestos a otorgar el crédito más riesgoso con tal de avivar el consumo.

Ahora bien, ¿qué es ser consumidor en esta época? Ser consumidor es todo un modo de vida, como una forma de entenderla, de identificarse con ella, comprenderla y desarrollarla. El consumidor en el capitalismo no puede medir su personalidad más que en términos mercantiles, de poder, de dinero, esto es válido en el desarrollo histórico del capitalismo; pero con el desarrollo del socialismo las tendencias revolucionarias para trasformar la sociedad, el progreso de una nueva cultura hace necesaria la crítica del modo de producción capitalista, origen y consecuencia de las contradicciones que se dan en el momento del gasto de los productos mercantilizados por el sistema, como también resultado del modo en el que el consumidor aborda su vida mientras es bombardeado por la propaganda y su personalidad, digamos, es inflada por el ideal consumista y programada con el ideal del capitalismo.

Ahora bien, para una personalidad libre, el ideal de ser, puede plantearse como el del hombre nuevo como lo defendió el Che Guevara, con sus ideas de trabajo, firmeza revolucionaria y estudio para el conocimiento general sobre la sociedad, la naturaleza y sus misma persona que le permitan de alguna forma ser libre como también ayudar a la liberación mutua de la humanidad. En su forma contrapuesta, la personalidad capitalista es representada y se dirige por apetitos de poder, como de dinero, que son unos símbolos de la alienación, el fetichismo y cosificación de las relaciones humanas en el proceso social específico del capitalismo.

El proceso natural de desarrollo del capitalismo, es espontáneo, fruto del perfeccionamiento de las fuerzas productivas y la técnica, el trabajo constante sobre la naturaleza es determinante mas no existe precedente social sobre el intento de erigir la voluntad y la consciencia social sobre este proceso, como un proceso racional y racionalizado hasta el desarrollo del marxismo como ideología política. Poner en orden la producción capitalista a través de un plan centralizado, organizar selectivamente qué palancas económicas impulsar y de qué forma articular las necesidades reales de la población al desarrollo de la productividad del trabajo sacando de la ignorancia y la pobreza a millones y dándoles cabida en un sistema productivo de pleno empleo, donde se puedan desarrollar sus mejores energías creativas a través del trabajo y la producción social, es el fin que permitiría ir paulatinamente cambiando las relaciones cosificadas, despersonalizadas , de dinero y de poder que oprimen el desarrollo de la personalidad humana, como el desarrollo de la personalidad humana, como el desarrollo social, tecnológico y productivo.

La naturaleza misma del ritmo del desarrollo de las fuerzas productivas ha determinado el desarrollo social hasta ahora, sin la participación, más o menos consciente, es natural que el ser humano se haya hecho de ideas fetichistas de sus propias relaciones con la naturaleza y la sociedad, todo este tipo de mitos del ser humano que intentan explicar su realidad y sus relaciones de una manera coherente pero errónea son pues, formas de la alienación y el fetichismo queconsumo demuestra la subordinación de su conciencia a esas mismas fuerzas que no pueden comprender ni utilizar, por eso, el dinero como el poder para una gran mayoría no ha sido comprendido, sólo fetichizado, adorado. Este  hecho no niega que de forma efectiva la humanidad se afirma sobre la naturaleza a través de la misma técnica, el desarrollo del conocimiento general y la organización del trabajo, como también se afirma el ser humano sobre su naturaleza misma a través de la disciplina del trabajo y la disciplina del autoconocimiento que le provee el tiempo libre luego del trabajo para ejercer su libertad política, artística, educativa o de ocio.

Lastimosamente el proceso anterior se da de una forma contradictoria e irracional, lo cual produce la alienación de la personalidad en el capitalismo, en términos marxistas la alienación hace referencia a la consciencia que no se puede liberar, se encuentra estancada, angustiada, engañada y sojuzgada, digamos se encuentra suspendida en el pensamiento donde éste se ha funcionalizado unilateralmente, reducido a una mirada parcelaria, sujeta a los prejuicios como a la inmediatez. Esto se debe a la naturaleza misma de la división del trabajo que funcionaliza a cada ser humano sin permitirle desarrollar otras partes integrantes de su personalidad, de su trabajo creativo, como de su consciencia sobre el universo en general más allá de su trabajo.

Por otro lado, el fetichismo como la alienación tiene elementos de la tradición, también se deben a una cultura y una educación general inoculada desde las clases dominantes, que educan a una gran mayoría en prejuicios conscientemente fundados para poder ejercer su dominación, refuerzan los prejuicios religiosos, de género, raciales, nacionales, los fundamentan y generan teorías falsas, conspirativas, para disipar la consciencia trasformadora de la clase trabajadora, como de otras clases populares, generando una consciencia alienanada en la mayoría de la población. Uno de esos prejuicios es que la conciencia en el capitalismo se ve engañada a creer que el dinero es un símbolo de poder, cuando el dinero sólo refleja y explica el grado de subordinación que hay hacia un objeto que domina las relaciones humanas sin que el ser humano tenga el poder de controlarlo, por tanto, el dinero lejos de significar poder significa la impotencia del ser humano para controlar lo que es el resultado de su propio trabajo.

La acumulación capitalista, como el desarrollo de la modernidad se da como resultado de una palanca de los instintos más simples de sobrevivencia y necesidad de la sociedad humana por mantener la seguridad, la estabilidad y el equilibrio. Por tanto, no se puede exigir una consciencia más o menos acabada a una sociedad que precisamente se ha desarrollado a pasos lentos, variados, con síntomas de avances y retrocesos y que su perfeccionamiento está minado por una fuerte desigualdad económica que se gesta en la sociedad. Se da la situación que pocos pueden tener el privilegio de conocer o disponer tiempo libre para estudiar o realizar actividades artísticas o deportivas que le permitan el desarrollo libre de la personalidad, como la liberación de su consciencia a través del desarrollo libre , sin embargo, con el paso del tiempo la lucha de las clases trabajadoras ha permitido conquistar este tiempo libre para su disposición más útil, como creativa, posibilitando a millones entrar en una nuevas atmosfera educativa, deportiva, artística, en una disposición científica para aprender y realizar sus ambiciones e ideales personales de la mejor manera.

Ahora bien, ¿qué caracteriza a la personalidad del consumidor alienado? Primero, el desconocimiento de lo que consume y de su proceso productivo, si se mantiene el consumidor medio mínimamente informado esto cambiará radicalmente su punto de vista sobre el consumo, si se conoce cuál es el objeto y como se produce el consumo será racionalizado, comprendido y el consumidor podrá juzgar efectivamente si el consumir este objeto tiene sentido. Por eso, se hace consumo 3fundamental la lucha contra las empresas publicitarias, que producen una falsificación sistemática en la propaganda del producto, como en las etiquetas de salubridad e ingredientes. Esto se da más ahora con el desarrollo de los productos alimenticios genéticamente modificados que causan diversos problemas a la salud y que en diversos estudios se ha indicado que resultan cancerígenos. Es por eso fundamental, exigir al consumidor y a la clase productora, la clase trabadora que controlen directamente estos procesos, que registren la publicidad, como las etiquetas de los productos, como el proceso de producción y etiquetado sólo puede ser verdaderamente progresivo si se examina bajo criterio científico y público.

Por otro lado, se presenta otro problema fundamental a nivel social en cuanto a la relación del consumidor. El consumidor alienado y enajenado no está en poder de controlar la producción, ni lo que se produce, ni de discutir acerca del plan de producción en su conjunto, a lo mínimo al consumidor sólo se le presenta el producto acabado para elegir. Esto se debe a que la producción de alimentos, medicamentos y otros bienes de consumo esencial de la población están en manos de monopolios, en poder de una minúscula capa de propietarios multimillonarios interesados en hacer rentable el consumo. 

Por tanto, la nacionalización de los grandes monopolios de producción capitalista, bajo control de los trabajadores, sindicatos, organizaciones populares, democráticos, elegidos por la sociedad deben ser un eje fundamental para la construcción de un proyecto socialista, como también para la superación de los problemas del consumido irracional y dañino en la sociedad. Con esto, de logrará controlar activamente la producción y el consumo, como administrar la producción para producir productos útiles, sanos al consumo y duraderos. Para ello, necesitará ser parte por lo menos de la discusión social, planificada de la producción y deberá influir con su voto, como desde su decisión y criterio en el desarrollo de la producción.

El plan esencial es elevar el promedio de cultura de consumo y producción, campañas para demostrar que muchos productos actuales son nocivos, dañosos y perjudiciales, y que mucho de lo que consumimos causa problemas de obesidad, cáncer, más sin embargo, la mayoría de la población no lo sabe, lo ignora o es engañada efectivamente. Las causas fundamentales de esto son sólo consecuencia del modo de producción capitalista, que su ley fundamental es la ley de ganancia, que se expresa en un sistema de inversiones irracional e injustificado para la etapa actual de desarrollo.

En síntesis, el consumidor es parcialmente alienado, enajenado por el sistema capitalista y su propaganda. En su inconsciencia para consumir, el consumo es asumido de una forma pasiva, no activa, pues el sistema se hace determinante en la regulación del sistema de consumo a través de la propaganda y la falsificación. El consumidor no busca alterar significativamente la dieta, o el uso de los productos, como tampoco cuestionar la información de qué es o cómo se produce, lo que afecta al consumidor como al ambiente. Esto sólo se puede producir en una sociedad capitalista, donde la forma de producción es parte del problema, la organización de una producción racionalizada y planificada, que permita el desarrollo normal del ecosistema sin causar desequilibrios tanto en el entorno natural como a nivel de la habitabilidad del ser humano en el planeta tierra es la cúspide más alta donde el cuestionamiento del consumo y la producción capitalista puede llegar.

Muchas personas en la actualidad se han visto afectadas de una u otra forma por los productos que ofrece el capitalismo, creen que la forma de cambiar esta situación es producir parcelas y producir su propia comida, cambiar a otros productos menos dañinos, o invertir en productos más caros o exclusivos. La verdad en cuanto a esta realidad es que sólo la superación del sistema capitalista puede producir un giro radical en la producción de esto productos y la forma en que afectan a quienes los consumen, y sólo una producción planificada, racional y socialmente controlada puede darle a la inmensa mayoría el mejor consumo, el más adecuado de una forma sistemática, efectiva y eficaz. El resto es un sueño pequeñamente individualista. La lucha por la transformación del sistema social capitalista, e imponer una democracia amplia dirigida por los trabajadores y los sectores populares que beneficiará a la mayoría de la nación y al mundo, es la forma más alta en que se puede desenvolver esta lucha, y quienes no se quieren ver afectados por ella deben de una u otra forma tener clara la perspectiva de la revolución para poder dejar de ser las víctimas del sistema y ser parte de una solución efectiva.