Hugo Chávez ha muerto ¡la lucha por el socialismo continúa!

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05032013chavezdeathHugo Chávez dejó de existir. El combate por la libertad, el socialismo y la humanidad ha perdido a un valiente luchador. Murió el martes 5 de marzo, a las 4.25 hora local. La notícia la dio el vicepresidente Nicolás Maduro. El presidente Chávez tenía apenas 58 años y había gobernado el país durante 14. Su lucha contra el cáncer se había prolongado por dos años, pero a pesar de eso la notícia de su muerte causó un fuerte impacto. 

 

Declaración de la Corriente Marxista Internacional

Tan pronto como se anunció su fallecimiento, el pueblo empezó a concentrarse en las plazas Bolívar en todas las ciudades y pueblos del país. Muchos rompían a llorar, otros permanecían en un profundo silencio. Algunos se concentraron en las afueras del Hospital Militar de Caracas donde falleció. 

Estas muestras espontáneas de dolor pronto se convirtieron en manifestaciones masivas de rabia y de lucha. Como en cada ocasión en que la revolución ha estado amenazada, el pueblo ha tomado las calles. 

El motivo de estas muestras de apoyo y de emoción no es difícil de comprender. A los ojos de las masas, Chávez representa la revolución, su propio despertar a la vida política, las battallas que han librado en la última década, el sentimiento de que por primera ver los trabajadores y el pueblo pobre eran los que mandaban. Para las masas, Chávez es el hombre que desafió al imperialismo y  la oligarquía.

Algunos comentaristas burgueses superficiales argumentan que las masas querían a Chávez porque había asegurado una mejora en los niveles de vida a través de las misiones. Esto obviamente juega un papel importante. Pero hay más, estas conquistas sociales, y son realmente impresionantes, fueron logradas a través de la lucha. Los trabajadores y el pueblo revolucionario se tuvieron que movilizar de manera masiva en las calles en varias ocasiones para defender la revolución ante la amenaza de la oligarquía contra-revolucionaria y el imperialismo. Esto fue lo que solidificó el vínculo entre las masas revolucionarias y el presidente. 

No olvidemos que ayer por la tarde no todos estaban llorando o sentían el dolor de la muerte de Hugo Chávez. En las urbanizaciones burguesas del este de Caracas muchos hacían sonar las bocinas de sus autos y en Miami los escuálidos celebraban sin pudor la muerte del presidente. La clase dominante y el imperialismo odiaban a Chávez y querían sacarlo de enmedio lo más rápidamente posible, y por las mismas razones por la que las masas lo apoyaban.

Las manifestaciones de dolor ante la pérdida de Hugo Chávez no se limitaron a Venezuela. Por toda América Latina, obreros y campesinos y sus organizaciones expresaron su aprecio por el dirigente revolucionario. Incluso más allá del propio continente ha habido importantes muestras de apoyo y cariño por parte de organizaciones de izquierda y progresistas.

Ayer por la noche, en Caracas y en muchas otras ciudades, el pueblo gritaba “todos somos Chávez”, “Chávez vive, la lucha sigue”. Varios miles se concentraron en la plaza Bolívar y algunos se dirigieron al palacio de Miraflores, escenario de batallas, gritando consignas desafiantes: “el pueblo unido, jamás será vencido”, “no volverán”, “la lucha continúa”.

Esto es lo más importante. Las masas saben que están en guerra, y en la guerra, independientemente de cuantos soldados puedan caer en cada batalla, sus camaradas dan un paso al frente para ocupar su lugar. Este es el mensaje de las calles de Caracas y de todas las ciudades, pueblos y fábricas del país. 

Con todo nuestro corazón simpatizamos con esta pesadumbre genuina del pueblo que derrama lágrimas abiertamente en las calles de Caracas. Las lágrimas de los trabajadores y el pueblo pobre son sinceras y expresan sentimientos puros y honestos. Pero además de las lágrimas auténticas de las masas, hay otros que derraman lagrimas de cocodrilo. 

El Ministro de Asuntos Exteriores británico William Hague dijo que se sentía “acongojado” al conocer las notícias de la muerte, y añadió que Chávez había dejado “una impresión duradera” en Venezuela. La BBC esta mañana se vio obligada a admitir: “Ganó el apoyo duradero entre los pobres y repetidas victorias electorales utilizando la riqueza petrolera del país para aplicar políticas socialistas” (BBC News, 6 de marzo)

Curioso espectáculo. Aquellos que odiaban a Chávez e hicieron todo lo posible para minarle en vida, ahora que está muerto se unen en un cínico coro de adulación. 

La actitud real de los imperialistas es la que expresan las declaraciones del congresista republicano Edward Royce (California), presidente del Comité de Asuntos Exteriores del congreso de los EEUU, que en una declaración por escrito dijo: “Hugo Chávez era un tirano que obligó al pueblo de Venezuela a vivir en el miedo. Su muerte mina la alianza de dirigentes izquierdistas anti-estadounidenses en América del Sur. ¡Qué alivio que se fue este dictador!”.

No tenemos nada que ver con la hipocresía, las palabras no sinceras y la retórica vacía. Nos lamentamos por la muerte de Hugo Chávez, pero no dejamos que las lágrimas nos cieguen. No podemos perder el rumbo. Cuando se termine el duelo, la lucha debe continuar. El propio Chávez no hubiera querido otra cosa. Hugo Chávez fue un luchador. Si pudiera hablar lo haría en términos parecidos a los de Joe Hill, el revolucionario americano: “No os lamenteis. ¡Organizaros!”

Las maniobras del imperialismo

Las autoridades de EEUU no han desperdiciado la ocasión para presentar la muerte de Hugo Chávez como una oportunidad para “reconstruir la relación con Venezuela” y para que el país lleve adelante “reformas democráticas significativas”, y el presidente Obama ha anunciado “un nuevo capítulo” en la historia del país latinoamericano. 

Describen su muerte como un “tiempo de desafíos”. Pero lo que no dicen es quien está siendo desafiado o porqué Washington ha reafirmado lo que llama su “apoyo al pueblo venezolano”.

Cuando Obama habla de “reformas democráticas significativas”, lo que quiere decir en realidad es la destrucción de todas las conquistas sociales, económicas y políticas de los últimos catorce años. Cuando habla de “un nuevo capítulo” en la historia de Venezuela, lo que quiere decir es el retorno a ese capítulo trágico de la historia de Venezuela en que el país estaba esclavizado a los intereses del imperialismo de EEUU y las grandes multinacionales petroleras. 

Los cantos de sirena de Washington no engañan a nadie. Cuando hablan de “apoyo al pueblo venezolano”, quieren decir apoyo a la oposición contra-revolucionaria, la burguesía y ese sector del movimiento bolivariano que está a favor de pactar con ellos. 

Su intención es la de ganarse al ala derecha del movimiento bolivariano, aquellos que durante años han estado soñando un “chavismo sin Chávez” y que ahora ven una oportunidad. Esta tendencia representa ni más ni menos que una quintacolumna de la burguesía dentro del movimiento bolivariano. Son los enemigos más peligrosos de la revolución. 

Los enemigos de la revolución ya están tratando de aprovecharse de estas trágicas circunstancias para crear confusión y organizar intrigas en su contra. Nosotros nos comprometemos a continuar e intensificar la lucha en defensa de la revolución bolivariana contra sus enemigos, externos e internos, y de los dos, estos últimos son quizás los más peligrosos.

¿Y ahora qué?

¿Cuáles son las perspectivas y cuáles son las tareas de los marxistas? 

Hugo Chávez ha muerto antes de poder completar la enorme tarea que se había comprometido a cumplir: la revolución socialista en Venezuela. Ahora depende de la clase obrera y el campesinado –las auténticas fuerzas motrces de la revolución bolivarana– el completar esta tarea. No hacerlo sería traicionar su legado. 

El ministro de asuntos exteriores Elías Jaua declaró que se convocarán nuevas elecciones en el plazo de 30 días. Nicolás Maduro será el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Por supuesto, los marxistas lucharán por la victoria del PSUV y la derrota de la oposición contra-revolucionaria. Pero al mismo tiempo debemos asegurarnos de que el próximo gobierno aplique una política socialista. 

No hay nada más peligroso que la idea de unidad nacional y reconciliación entre las clases. No puede haber ningún pacto con la oposición ni ninguna concesción a la burguesía. No puede haber unidad entre esclavos y amos, campesinos y terratenientes, obreros y capitalistas, explotadores y explotados, opresores y oprimidos. 

En los dos últimos meses, aprovechando de manera repugnante la enfermedad de Chávez, la oligarquía ha redoblado su campaña de sabotaje económico, acaparamiento y especulación. El gobierno ha anunciado que va a tomar medidas firmes. La única respuesta posible es la expropiación de la clase dominante que controla la producción y distribución de alimentos, sectores decisivos de la banca y palancas básicas de la economía venezolana. 

Nicolás Maduro ha prometido mantener el “legado revolucionario, anti-imperialista y socialista” de Chávez. La clase obrera y la base del PSUV deben asegurarse que es así. No basta con dar discursos alabando a Chávez, cosa que ahora hacen incluso hasta sus peores enemigos ahora que murió. No basta con discursos vacíos sobre el amor, una frase vacía que no significa nada. 

Lo que se necesita no son discursos sentimentales, sino poner en práctica el programa socialista que Chávez defendió, y eso pasa por la abolición del capitalismo mediante la expropiación de banqueros, terratenientes y capitalistas. Ese es el auténtico legado de Chávez que debemos luchar por llevar a la práctica. 

Pero hay también otra tarea que Chávez se fijó y que sigue sin realizarse, una tarea que él consideraba fundamental, pero que quedó enterrada y olvidada por la burocracia: la creación de una internacional revolucionaria socialista. 

En junio del 2010, en el congreso del PSUV, Chávez proclamó la necesidad urgente de construir la Quinta Internacional. Eso no lo hizo como un comentario a vuela pluma, sino que le adjudicó un papel central en sus discursos porque lo consideraba algo esencial. Y tenía razón.

Murió antes de poder poner esta idea en práctica. Desde el principio se enfrentó a la hostilidad de la derecha del movimiento bolivariano. Era un anatema para los estalinistas y los reformistas que nunca compartieron el entusiasmo de Chávez por el socialismo e hicieron todo lo posible para sabotear, distorsionar o aguar sus planes, incluyendo el de una internacional revolucionaria. 

La Corriente Marxista Internacional se compromete a llevar adelante la lucha por construir una internacional obrera revolucionaria. Llamamos a todos aquellos que toman las palabras del presidente Chávez en serio a apoyarnos en esa enorme tarea histórica. El socialismo es internacional o no es nada.

La CMI expresa su simpatía por el pueblo de Venezuela. La causa del socialismo ha perdido a un gran defensor. El cuerpo humano es frágil y es fácil destruirlo con balas o con una enfermedad. Todos los seres humanos nacemos para morir. Pero no hay fuerza en la tierra que pueda destruir una idea cuya hora ha llegado. 

Hugo Chávez, el hombre, ya no está con nosotros, pero su lucha vive. Nos comprometemos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para redoblar la lucha por el socialismo en Venezuela y en el mundo entero. Éste es el único camino, la única manera de rendir homenaje a Hugo Chávez. 

¡Llevar a cabo el legado de Hugo Chávez, no de palabra sino en los hechos!

¡Expropiar a la oligarquía!

¡Viva el socialismo – la lucha continúa!

¡Trabajadores del mundo, uníos!

 

Londres 5 de marzo de 2013.