Por un frente único de masas
Se cumplen ya tres semanas de la jornada fraudulenta del 1° de julio, en este transcurso hemos sido testigos de importantes esfuerzos por parte de diversos sectores de la población para enfrentar la imposición de Enrique Peña Nieto, uno de los primeros y más destacables fue el de los jóvenes identificados con el movimiento #YoSoy132 el día siguiente de la elección, además de ello se han desarrollado cada fin de semana movilizaciones, también integradas fundamentalmente por jóvenes en las cuales el clamor contra la farsa del 1° de julio se hace cada vez más grande.
Ante la falta de una convocatoria concreta por parte de AMLO y el movimiento progresista han avanzado coordinaciones como el Frente Nacional Contra la Imposición que agrupa principalmente a activistas del Morena, Morenaje y #YoSoy132. Otro esfuerzo en este sentido fue la realización de la Convención Nacional Contra la Imposición (CNCI) en San Salvador Atenco con la participación de 300 organizaciones.
Más de trescientas organizaciones reunidas y una serie de propuestas de plan de acción que pasan por paros universitarios y un paro cívico nacional, son sin duda un importante indicio de las grandes posibilidades que un movimiento unificado tiene para impedir que un nuevo gobierno del PRI se consolide otra vez en Los Pinos.
No obstante es importante reconocer que prácticamente todas las iniciativas han partido de las bases mismas de las organizaciones. En general hemos contemplado una preocupante pasividad de dirigentes tanto de los partidos políticos del llamado Movimiento Progresista como del propio #YoSoy132, algunos voceros no se cansan de deslindarse de cuanta iniciativa surge.
En este contexto es preocupante la estrategia seguida por el propio AMLO, seguramente impulsada por el ala derecha de los partidos integrantes del Movimiento Progresista que insisten en una estrategia legaloide basada en presentar pruebas ante el Tribunal Electoral para tratar de que declare nula la elección.
A tres semanas de perpetrado el fraude no se ha convocado a una sola movilización por parte de AMLO, lo que por supuesto no deja de generar inquietud en gran parte de los activistas de la lucha contra la imposición, mientras que ello permite a la oligarquía y sus partidos: PRI y PAN comenzar a preparar el próximo gobierno.
El limitar la lucha contra la imposición al establecimiento de tal o cual recurso legal es un gran error, especialmente cuando en la composición y animo del tribunal hay una clara intención de avalar a como de lugar a Enrique Peña Nieto como candidato electo.
Sin soslayar la importancia de las iniciativas planteadas hasta ahora no cabe duda de que el poder de convocatoria que posee AMLO aseguraría la realización de iniciativas masivas y a nivel nacional. Mientras más tiempo se retrasen las acciones, más difícil será impedir que el régimen priista regrese a Los Pinos
Es fundamental que el plan de acción que impulse AMLO incluya una estrategia de lucha clara y decidida que suponga tres características básicas:
1.- Un llamado a la unidad de acción de todas las fuerzas organizadas.
2.- La realización de acciones conjuntas el mismo día y a la misma hora.
3.- La implementación de iniciativas como el paro nacional o la huelga general.
Por el momento a la par que se mantienen las iniciativas que ya se a han planteado por parte de la CNCI es muy importante que desde del propio Morena, por medio de las distintas instancias a las que se tenga acceso se aprueben las iniciativas de movilización y paro nacional de modo que se genere una ambiente tal que la propia dirección del Morena, incluyendo a AMLO, hagan suyo dicho plan de acción.
En la realización de asambleas distritales o estatales los activistas de La Izquierda Socialista impulsaremos un plan de lucha en las líneas que hemos señalado y llamamos a todos los activistas y organizaciones a sumar esfuerzos para aprobarlo y llevarlo a cabo.
El problema no se restringe al movimiento en torno a AMLO, el #YoSoy132 ha comenzado a caer en una inercia muy peligrosa. En las semanas pasadas ya no ha sido capaz de aprobar un plan de acción consistente, la realización de la CNCI ha dado la oportunidad de impulsar uno, pero se corre el riesgo de que los sectores interesados en sabotear la lucha contra la imposición asuman como pretexto el no poder consultar a sus bases en la forma de asambleas por escuela para no pronunciarse.
El tiempo en esta coyuntura es crucial, está claro que los jóvenes son el impulso mayoritario de todas las movilizaciones contra el fraude y que una vez que se regrese a clases las movilizaciones se tornarán masivas. La situación es inédita, nunca antes en la historia del movimiento estudiantil se han tenido condiciones para un movimiento político claramente anti sistema y en todo el territorio del país.
Si recordamos el movimiento estudiantil de 1968 este se restringió principalmente a la zona central, los movimientos estudiantiles de 86, 87, 99 también fueron de ese carácter y por supuesto ha habido luchas muy importantes en casi todas las universidades y estados pero nunca se había tenido la posibilidad de acciones simultáneas como las que con el plan de acción del CNCI se podrán realizar.
Hace falta que sin titubeos haya pronunciamientos a favor de un primer paro nacional universitario en contra de la imposición y que se sumen esfuerzos para una movilización unificada, ese impulso será clave para que otros sectores, especialmente los trabajadores se hagan participes de esta lucha. Los activistas de izquierda en el seno del movimiento estudiantil deben actuar de forma decidida por la realización de ese plan, no pueden limitarse a esperar lo que digan las asambleas, deben promover y convencer, como ya lo están haciendo los estudiantes del IPN, del Movimiento de Estudiantes No Aceptados (MENA) y muchos otros colectivos más, tanto dentro del #YoSoy132 como del Morenaje.
No puede haber pretextos, mientras más tiempo pase sin acciones decididas más confianza tomará el régimen y será más difícil impedir la imposición.
Finalmente no podemos hacernos ilusiones, la lucha no solamente depende de un buen plan de acción y de iniciativas unificadas, si la oligarquía se empecina en que Pena Nieto asuma posesión nos veríamos ante un escenario de ataques que requerirá de la unidad de todos los explotados, por tanto la unidad de acción no es una iniciativa solamente coyuntural, debe formar parte de la práctica de los trabajadores en el siguiente periodo de lucha.
Al mismo tiempo que nos preparamos y organizamos para enfrentar al régimen priista tenemos que poner a debate el tipo de programa que se requiere, así como no bastan las simples movilizaciones para derribarlo está claro que no es suficiente con cuestionar la corrupción, es necesario luchar por un programa que le arrebate a la oligarquía el control económico del país. Por supuesto ello incluye a los grandes medios de comunicación, a las grandes empresas mineras, de transporte, los bancos y en general las principales palancas económicas del país, sin ello incluso un gobierno como el de AMLO estaría atado de pies y manos a la voluntad de los grandes patrones del dinero.
Las posibilidades están abiertas, sólo hace falta -como decía Trotsky en 1934, refiriéndose a Francia:
“Lo que es hoy el único factor progresivo de la historia, no es el espíritu de los arreglos de parlamentarios y periodistas, sino el odio creador y legitimo de los oprimidos contra los opresores. Hay que volverse hacia las masas, hacia sus capas más profundas. Hay que hacer un llamado a su pasión y su razón. Hay que rechazar la falsa prudencia, que sólo es sinónimo de cobardía y que, en las grandes coyunturas históricas, equivale a la traición. El frente único debe tomar como lema la formula de Dantón ‘Audacia, siempre audacia y todavía más audacia’ ”
Si comprendemos estas palabras, que parecen escritas para nuestra generación es posible, no sólo asegurar una victoria de coyuntura, sino el futuro de los trabajadores.
16 de julio de 2012