La creación de la nueva central sindical ha introducido un elemento más para el debate entre los trabajadores y trabajadoras de todo el país. Se puede estar a favor o en contra de esta central y de la forma burocrática cómo fue conformada, pero si algo está claro, es que viene a introducir un elemento más de división. Sin embargo, no nace de la nada, los errores políticos se pagan. La UNETE en estos años de existencia, ha acumulado un conjunto de errores de los cuales hoy la burocracia y los oportunistas sin ningún escrúpulo se han aprovechado para intentar controlar al movimiento obrero. Otra cosa es que logren controlarlo.
¿Cómo lo ven los trabajadores?
Las principales críticas que hacen los trabajadores a la nueva central, se basan mayoritariamente a la forma cómo la burocracia del Estado, impulsó y propició desde el inicio dicha organización. La misma burocracia que ha venido atacando a los trabajadores y trabajadoras que, siguiendo las líneas del Presidente Chávez, han intentado impulsar el control obrero y la participación democrática de los trabajadores y trabajadoras en el proceso productivo. El rechazo es justificable dado el hecho de que esta misma burocracia respaldó la conformación de a nueva central sindical, como si fueran ellos garantes de las luchas obreras, mientras persiguen y despiden a quienes intentan luchar por las reivindicaciones y se inventan nuevas formas de tercerización y explotación, como los llamados cargos HP (Honorarios Profesionales) y políticas anti sindicales de todo tipo.
La nueva central, la burocracia y la nueva Ley Orgánica del Trabajo
Crear una central nueva y dividir en lugar de fortalecer no soluciona los problemas de los trabajadores. Buena parte de las demandas que el movimiento obrero reclama pueden tener respuesta con la aprobación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo (LOT). Este es el pilar fundamental propagandístico utilizado para ser mostrado como un logro de la nueva central, obviando el hecho de que la vanguardia del mvomiento obrero, por medio de la UNT, llevaba meses discutiendo el proyecto de Ley y tiene años luchando, esperando y exigiendo que se apruebe.
Por la Asamblea Nacional vimos pasearse leyes como la Ley de Educación, la de Responsabilidad social en Radio y TV, y la Ley de Educación superior, entre un largo etc. Leyes cuyo impacto real no es muy evidente. Pero por otro lado es precisamente el código de comercio el que deja en manos del capital las decisiones más importantes sobre qué, cómo y con qué se estudia en el país, a qué mercado laboral salen nuestros estudiantes, qué tipo de programación se transmite en Radio y TV y quién controla los pecios y la economía real. Es así cómo los banqueros, los monopolios industriales y comerciales, los terratenientes y los dueños de los medios de comunicación, deciden en qué, cuándo y en manos de quién se invierte el capital producido por los trabajadores y trabajadoras venezolanas. Estas decisiones se toman en las juntas administrativas de cada figura jurídica, de acuerdo a la capacidad accionaria de cada socio. Es decir de acuerdo a quien maneje mayor capital.
La autonomía
La burocracia del Estado es uno de los violadores de los derechos de las y los trabajadores, y frente a un escenario de cobijo burocrático, como en el que se conformo la nueva central, la cuestión de la autonomía es un punto clave. La autonomía debe surgir de la participación de las y los trabajadores, quienes legitiman a sus dirigentes a través del voto, y no cuando son nombrados ejecutivamente. Sin embargo, la gran mayoría de sindicatos de base que están participando en la nueva central, son sindicatos clasistas, que una vez más están confiando en que podrán hacer valer su participación, y es una aspiración legítima. Ser sectarios al respecto y calificar de patronales a los camaradas que se han afiliado a dicha central seria hacer efectivo el propósito para lo cual fue creada (dividir).
Por el contrario los y las camaradas deben ser llamados constantemente de forma compañera al debate, más sobre las ideas que sobre las estructuras y sin ningún señalamiento, sin ningún complejo, sin ningún temor. Si la burocracia está tan cuestionada dentro del partido, será cuestión de tiempo para que lo mismo suceda en la nueva central. Los objetivos deben ser la unidad de los trabajadores en lucha, contra los capitalistas y contra la burocracia. Los trabajadores deben ser llamados a debatir en su conjunto la LOT en temas muy específicos y en los cuales estamos de acuerdo. El Control Obrero, la reducción de la jornada laboral, la seguridad y salud en el trabajo, los retardos procesales y demás. Finalmente el logro de los objetivos dependerá de la relación que hayamos forjado con su base. Es un error grave caer en el juego divisionista.