En las últimas semanas los militantes del Movimiento Proyecto Sur tuvimos algunas cosas que celebrar, como la aprobación de
En las últimas semanas los militantes del Movimiento Proyecto Sur tuvimos algunas cosas que celebrar, como la aprobación de |
Igual de relevante fue el foro sobre inseguridad celebrado el 18 de septiembre, con el fin de arrebatarle a la derecha reaccionaria el monopolio del debate sobre este tema tan importante. En el foro quedaron claramente expuestas las conexiones del delito con sectores del aparato del Estado (policía, penitenciaría, jueces, y políticos), y cómo el 80% de los delitos nada tienen que ver con la pobreza sino con los negociados criminales que amparan estas mafias: droga, trata de personas y prostitución, desarmaderos de autos, etc. |
No obstante, persisten políticas equivocadas en la dirección que obstaculizan el desarrollo del movimiento. Se siguen anunciando posibles alianzas electorales (Juez en Córdoba) e incluso candidaturas con gente ajena al movimiento que suscita rechazo (como Eduardo Buzzi en Santa Fe), sin consultar a la base. |
El Movimiento Proyecto Sur sigue careciendo de un funcionamiento unificado, con reuniones comunes de la militancia y con una personería legal única. En lugar de eso, se apuesta al fraccionamiento con reuniones aparte de cada grupo que integra Proyecto Sur sumado a la actividad desgastante que supone tratar de legalizar a cada uno de ellos por separado.
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Necesitamos un movimiento o partido político superador de lo que hoy representa Proyecto Sur, que se oriente claramente a los trabajadores, que identifique a la oposición de derecha y al gran capital como sus enemigos principales mientras señala los límites del kirchnerismo para ofrecer una salida a la clase obrera y demás sectores populares explotados. Una herramienta política que abra sus puertas de par en par a la organización de cientos de miles de trabajadores y jóvenes, y las cierre a los arribistas y carreristas que pululan a nuestro alrededor.
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A las bases sólo les queda aplaudir o lamentar el accionar de la dirección según su desempeño ocasional, pero no tiene cauces para influir, discutir, balancear o enmendar su línea política. Hay un hondo malestar porque |
En la medida que desde arriba no se arbitran cauces organizados para discutir la línea política de la dirección, ni para balancear la actividad cotidiana, ni para opinar sobre el desempeño de los dirigentes; sería una buena cosa que los militantes, activistas y agrupaciones locales tomaran la iniciativa de contactarse entre sí y organizar foros, encuentros locales, regionales o sectoriales para compartir sus puntos de vista y hacer llegar sus inquietudes a la dirección. |
Esta será la mejor manera de luchar contra las tendencias burocráticas que pudieran incubarse en el movimiento y de preservar Proyecto Sur como un espacio político vivo y democrático que sirva de instrumento para la transformación de la sociedad. |