Lo que preocupa a los docentes es la legitimación por parte de nuestros dirigentes sindicales del pago en cuotas del pequeño aumento salarial, siendo además modelo que sirva de techo al resto de las paritarias de los trabajadores estatales.
En estos días la cuestión del salario docente volvió a ser noticia tras el acuerdo nacional de elevar el salario mínimo inicial hasta los $1840 a partir del mes de julio, una cantidad insuficiente para el deterioro salarial que en el último tiempo hemos sufrido los docentes, incluye adicionales en negro y no afecta a una mayoría de trabajadores de la educación que recibe haberes superiores a ese monto.
En la provincia de Buenos Aires, a pocos días del inicio de clases, el Frente Gremial FEB-SUTEBA cerró el acuerdo de paritarias con el gobierno de Scioli.
Aunque el gobierno apuró hasta última hora para iniciar las negociaciones y ejercer presión a los docentes para responsabilizarlos una vez más ante el resto de la sociedad si el inicio de clases se veía comprometido por el no acuerdo, también fue clara la maniobra de la dirigencia sindical de comenzar a reclamar cuando los docentes estamos desmovilizados, durante el receso, lo que viene sucediendo año tras año.
Esto significó que en la discusión sobre qué recomposición salarial necesitábamos los/as docentes no se realizó con consulta a las bases, sino que nuevamente se ha apostado a la consulta posterior al ofrecimiento del gobierno.
A su vez, durante el mes de enero se nos ha descontado una cantidad importante de dinero por los paros realizados en 2009. Esto, y la no devolución del descuento anterior, han agudizado los problemas económicos de los/as docentes, frente a un proceso inflacionario devastador para el bolsillo del trabajador.
Como cualquier trabajador, con familia a cargo, los/as docentes tenemos que enfrentar el inicio de clases y el gasto que supone, con un 25 % menos de sueldo.
Desde la dirigencia Celeste del Suteba, se nos ha comunicado que debemos hacer reclamos individuales por la devolución del descuento, apostando una vez más a fragmentar a los/as trabajadores/as para evitar la movilización de las bases y el trabajo colectivo.
Pareciera que el conflicto llega a su fin con un acuerdo insuficiente que la burocracia sindical lo muestra a la base docente como adecuado y exitoso. Fueron lamentables los argumentos esgrimidos en las asambleas por algunos seguidores de la dirigencia Celeste: "el índice de inflación es del 15% y el gobierno nos ofrece un 24% de aumento", algo tan burdo como alejado de la realidad.
La oferta del gobierno incluye, a partir de marzo, incorporación al salario básico de $100 y una suma de $104 remunerativos cada 10 módulos, garantizando un salario mínimo docente de $1800, y lleva al básico de una maestra de grado a $978. La propuesta establece, a partir de julio, la incorporación de otros $50 al básico y $56 remunerativos cada 10 módulos. El salario mínimo docente quedaría establecido en $1900 y el básico ascendería a $1033. A partir de septiembre se incorporan al básico $20, que provienen de una cifra remunerativa de $156 que los docentes ya veníamos percibiendo. En noviembre , el básico se establecería en $1077 con la incorporación de otros $20 provenientes de la cifra remunerativa antes mencionada.
Además, lo que preocupa a los docentes es la legitimación por parte de nuestros dirigentes sindicales del pago en cuotas del pequeño aumento salarial, siendo además modelo que sirva de techo al resto de las paritarias de los trabajadores estatales. De la misma manera que reclamamos un salario docente digno también exigimos un plan de obras para acondicionar todas las escuelas y un incremento de las partidas a comedores y becas, temas absolutamente ausentes en el acuerdo firmado.