El caso de Axel Blumberg fue utilizado como excusa por la burguesía y los políticos burgueses para endurecer la leyes penales, para fortalecer y lavar la cara a las fuerzas represivas y para preparar el terreno donde profundizar la política de persecución a los trabajadores que luchan por sus derechos. Así, se pusieron límites a la libertad condicional, se endurecieron las condenas en la mayoría de los delitos y se reforzó la presencia policial en las calles. Esto coincide con la creciente criminaliznalización de la protesta social declarando delito al corte de ruta, prohibiendo la portación de palos y pasamontañas en las marchas, que serán filmadas por la policía, mientras que 4.000 luchadores se encuentran procesados por la justicia burguesa. El caso de Axel Blumberg fue utilizado como excusa por la burguesía y los políticos burgueses para endurecer la leyes penales, para fortalecer y lavar la cara a las fuerzas represivas y para preparar el terreno donde profundizar la política de persecución a los trabajadores que luchan por sus derechos. Así, se pusieron límites a la libertad condicional, se endurecieron las condenas en la mayoría de los delitos y se reforzó la presencia policial en las calles. Esto coincide con la creciente criminalización de la protesta social declarando delito al corte de ruta, prohibiendo la portación de palos y pasamontañas en las marchas, que serán filmadas por la policía, mientras que 4.000 luchadores se encuentran procesados por la justicia burguesa.
A esta escalada represiva contribuyó en gran medida el accionar del padre del joven asesinado. Ya habíamos mencionado sus rasgos reaccionarios: autodenominarse “gente decente” frente a marginados sociales que no lo serían, hablar de “cruzada”, sus ataques a los organismos de DDHH y trabajadores judiciales, la propuesta de adiestrar la policía en Miami, etc. Y, finalmente, quedó en evidencia cuando recientemente nombró como su abogado a Roberto Durrieu, personaje ligado directamente al proceso militar e impulsor, desde un supuesto colegio de abogados y medios de prensa reaccionarios, de una campaña para que se considere a los piqueteros como sediciosos.
Pero, sobre todo, lo que desenmascaró a Blumberg fueron sus declaraciones sobre el caso Bordón, cuando justificó el asesinato del joven a manos de la policía mendocina. “El chico se drogaba; hizo una mala actuación y agredió a un policía. Después, bueno… la policía actuó mal, hizo cosas que no debía, pero digamos…, tenemos que poner todo en su justa causa”
Ante la indignación masiva por sus dichos trató de desdecirse, culpar a la prensa por ¨deformar¨ sus declaraciones y finalmente, ante la falta de escapatoria frente al video del reportaje, debió pedir perdón y disculpas a los padres, personalmente y en público.
Tanto fue el desagrado generalizado que causaron sus manifestaciones que casi todos los medios lo criticaron. Hasta el propio gobierno debió enviar al secretario de DDHH Luis Duhalde a solidarizarse con los padres de Sebastián Bordón. Y el senado de la nación aprobó una declaración de apoyo a los Bordón y en defensa de las víctimas.
Durante varios días Blumberg debió abandonar sus apariciones públicas y en los medios (recordemos que hasta había visitado a Maradona). La rápida caída de su popularidad marca que el ambiente de masas sigue siendo favorable a los cambios de fondo.
Así se demuestra el error de lo que sostenían algunos grupos de izquierda. Tanto los que adoptaron una postura “oportunista” como “ultraizquierdista” metieron en la misma bolsa a Blumberg y a los sectores honestos de las masas que participaban en las movilizaciones. De esta manera, los primeros apoyaron acríticamente a Blumberg y los segundos calificaron de reaccionarias a las masas.
Los hechos de las últimas semanas ponen de manifiesto una vez más que los “picos” de inseguridad están ligados al accionar de las mafias policiales y que muchas de ellas están vinculadas a sectores del aparato judicial, políticos e intendentes, etc. Cientos de jefes policiales y policías fueron purgados recientemente por cometer todo tipo de delitos. Sin embargo ni uno sólo ha ido a prisión o va a ser juzgado. Los casos de gatillo fácil han continuado, como el del joven Lisandro Barrau del barrio de Palermo en Capital, que provocó el intento de asalto de la Comisaría 31ª de la zona por parte de vecinos y amigos de la víctima. Como un ejemplo de la maduración de la conciencia de las masas es significativa una de las pintadas que hicieron los pibes en la comisaria: "Esta es la policía de Blumberg".
Nuestras propuestas para el tema de seguridad son parte de la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Se debe avanzar en la solución de los graves problemas socioeconómicos, con la mitad de la población en la pobreza, que condenan a la juventud a la marginalidad y a la falta de futuro. También sostenemos que debe eliminarse el podrido aparato represivo estatal responsable de los delitos graves o cómplice de las organizaciones mafiosas. Y postulamos su reemplazo por la autorganización popular, bajo la supervisión de asambleas barriales, sindicatos, movimientos independientes de trabajadores, cooperativas u otras formas de poder popular.