En esta escuela de lucha en la que ganamos un 19% de aumento salarial hay que sacar las conclusiones correctas. Se puede contra las patronales y sus siervos como Zanola, se puede construir un sindicalismo diferente. Hemos comenzado a recorrer este camino.
En las últimas semanas el gremio bancario a nivel nacional y las diferentes seccionales han impulsado un plan de lucha por el 25% de aumento salarial y en contra de los despidos.
Después de más de diez años sin paros nacionales, con una conducción nacional que ha hecho lo posible por estrangular y destruir todo tipo de resistencia de los empleados de banco, que ha tenido una política de conciliación con las patronales y el gobierno, finalmente los trabajadores empezamos a ponernos de pie.
No es casual que tal recuperación venga entre otras cosas de la mano de nuevas camadas de trabajadores y activistas que no llevan en sus espaldas las viejas derrotas. De todas maneras, este no es el único motivo ya que la recuperación salarial de los últimos años ha incentivado en profundidad la lucha, más las presiones de largas jornadas en el trabajo.
Finalmente los millones de dólares que los Bancos han ganado en los últimos años y los suculentos subsidios por parte del gobierno han sido una violenta cachetada en el rostro de los empleados de banco. Todos estos elementos jugaron como un revulsivo en la conciencia.
En Rosario, la Seccional sostuvo a partir de los empleados de Banco y el Cuerpo de Delegados las medidas de lucha. La paradoja que se presentó, por un lado las medidas crecieron semana a semana y también se expresó en cantidad de compañeros que se sumaron a la movilización, y por otro, la falta de organización en cada banco. El plan de lucha, por lo general no fue acompañado por asambleas, reuniones por oficina, con discusiones que garanticen una sólida organización por la base. El paro no se construyó, se apoyó fundamentalmente en la bronca acumulada de estos años y en la última semana comenzó a sentirse la ausencia de organización por abajo y a reflejar cierta dificultad.
Lo que estaba planteado como medida era redoblar el paro, se habló inclusive de sostener dos días de huelga.
En esta escuela de lucha en la que ganamos un 19% de aumento salarial hay que sacar las conclusiones correctas. Se puede contra las patronales y sus siervos como Zanola, se puede construir un sindicalismo diferente. Hemos comenzado a recorrer este camino.
Por esto se trata de que el activismo honesto brinde una perspectiva a los trabajadores, ya que la lucha apenas recorrió un episodio.
La tarea para el próximo round es estar mejor parados en cada banco, funcionar coordinadamente, debemos organizarnos para que la pelea exceda la lucha salarial y ponga en el tapete agruparnos en torno a restituir una verdadera democracia sindical. Para esto, la batalla por sacar al zanolismo resulta imprescindible e inaplazable. La movilización nacional demostró blanco sobre negro que se puede luchar contra el zanolismo.
Entonces, debemos sumar al pliego la necesidad de incorporar la apertura de paritarias que no solamente discuta el punto de salarios sino el conjunto de demandas que están planteadas.
Que incluya finalmente el manejo de los resortes fundamentales de la economía del país, no podemos regalar más nuestro fututo a un puñado de parásitos.
Esta es la única perspectiva válida que puede garantizar una verdadera victoria en esta lucha