Hace 50 años, un faro se encendía con su luz rebelde para iluminar toda América Latina. Una luz tan intensa e insurrecta que se convirtió en un símbolo de la lucha antiimperialista, anticapitalista y, por sobre todo, un símbolo de resistencia para los oprimidos del mundo. El 1º de enero de 1959, en medio de una huelga general, la guerrillera encabezada por Ernesto "Che" Guevara hacia su entrada triunfal en La Habana, derrocando al dictador impuesto por el imperialismo, Fulgencio Batista, dando nacimiento a la Revolución Cubana.
Hace 50 años, un faro se encendía con su luz rebelde para iluminar toda América Latina. Una luz tan intensa e insurrecta que se convirtió en un símbolo de la lucha antiimperialista, anticapitalista y, por sobre todo, un símbolo de resistencia para los oprimidos del mundo. El 1º de enero de 1959, en medio de una huelga general, la guerrillera encabezada por Ernesto "Che" Guevara hacia su entrada triunfal en La Habana, derrocando al dictador impuesto por el imperialismo, Fulgencio Batista, dando nacimiento a la Revolución Cubana.
Una Revolución que no solo mostró a los ojos del mundo la posibilidad de crear una sociedad sin capitalistas ni banqueros parásitos, basada en una economía planificada de manera racional y en interés de la mayoría, si no que también puso de manifiesto la posibilidad de un triunfo revolucionario a tan solo 100 Km. de los Estados Unidos, la fuerza mas contrarrevolucionaria del mundo.
Las enormes conquistas de la revolución en educación, salud, cultura y pleno empleo, han puesto a la vista el enorme potencial de desarrollo que tendría la humanidad sin el dominio asfixiante de la clase capitalista.
Pero también es necesario advertir que estas conquistas no son ilimitadas y que están severamente amenazadas por el peligro de la restauración capitalista impulsada por el imperialismo y un sector de la burocracia estatal que busca una "vía china" para Cuba.
Son estos sectores los que se mueven por un interés económico creando un entramado ambicioso que genera privilegios entre distintos sectores de la sociedad. La existencia de estos privilegios no hace más que generar desmoralización, lo que sumado a la lucha diaria por la supervivencia, son un enorme peso sobre la conciencia del pueblo Cubano que amenaza a la revolución.
La restauración capitalista no sólo sería un duro revés para los cubanos sino también para los trabajadores, jóvenes y campesinos del mundo entero que buscan una salida al sistema capitalista que solo ofrece miseria y muerte.
Hoy, nuestra América está preñada de situaciones revolucionarias. Sin duda, Venezuela es la punta de lanza de la revolución socialista en nuestro continente pero también vemos los procesos abiertos por las masas en Bolivia y Ecuador
Todos estos procesos están dialécticamente relacionados con la revolución Cubana, el triunfo de una revolución socialista basada en la expropiación de la burguesía y en la democracia obrera en cualquiera de estos países sería una bocanada de aire fresco para el pueblo cubano, una bocanada que indudablemente necesita la revolución Cubana para sobrevivir.
El futuro de la revolución cubana está en juego. Nosotros nos colocamos decididamente en la trinchera revolucionaria de apoyo y defensa de la revolución cubana frente a la contrarrevolución impulsada por los imperialistas y sectores de la burocracia estatal.
Pero en la coyuntura actual no basta sólo con saber de qué lado posicionarse. Para defender a la revolución en Cuba es necesario saber cómo defenderla, para esto es tarea vital aprender de las lecciones políticas e históricas que nos ha dado la revolución en estos 50 años de vida.
Cuba antes de la Revolución
La burguesía cubana, igual que el resto de las burguesías latinoamericanas, era un ejemplo de sumisión y servilismo al imperialismo.
El profundo deseo de la clase dominante era el de convertirse en un Estado de la Unión Americana antes que aspirar a su propia independencia de España.
En 1892, el Poeta José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano, se pone al frente de la Segunda Guerra de Liberación buscando no sólo la liberación formal de la corona española sino también librarse del asfixiante dominio del creciente imperialismo norteamericano. Tras la muerte del líder cubano, los EEUU tomarían posesión formal del país, luego de una corta guerra contra España que perdía así su última posesión colonial americana.
A pesar de todo, la lucha que iniciara Martí dejaría una gran tradición revolucionaria basada en el antiimperialismo.
En 1902 se declararía formalmente a Cuba como país independiente, pero en la realidad seguiría bajo el dominio de los norteamericanos quienes seguían influyendo poderosamente en la política de la isla, acrecentando su control sobre la economía mediante la posesión de la tierra y el saqueo.
Los presidentes que se irían sucediendo en los primeros años de "libertad" sólo eran títeres del Tío Sam que el imperialismo yanqui impondría mediante el fraude electoral y las amenazas de intervenciones militares.
La próxima década estaría marcada por la irrupción de la clase obrera, que protagonizaría huelgas masivas dando nacimiento al Partido Comunista Cubano (PCC) que, luego de la degeneración estalinista a fines de los años 20, llevaría adelante un programa de conciliación de clases basado en la alianza a una supuesta e inexistente "burguesía antiimperialista", acorde a las directrices de Moscú.
En 1933, Gerardo Machado seria destituido del poder en medio de un proceso revolucionario marcado por grandes huelgas obreras y campesinas que paralizaron al país y que derivaría en la formación de "Soviets" en algunos ingenios azucareros.
Luego de una sucesión de gobernantes, un grupo de suboficiales al mando de Fulgencio Batista maniobran para controlar la situación y se hacen con el poder en enero de 1934.
De 1937 hacia delante Batista daría una serie de concesiones y recibiría la etiqueta de "democrático" por parte del presidente estadounidense, Franklin Roosevelt.
Los años venideros serán años de inestabilidad política y miseria social.
Cuba se había convertido en un paraíso para los ricachones norteamericanos y en un infierno para la mayoría de la población que padecía el analfabetismo y la miseria, mientras que una minoría privilegiada se llenaba los bolsillos a costa del trabajo ajeno.
En 1947 se funda el Partido Ortodoxo al que adhiere el joven Fidel Castro.
El Moncada
1952 era un año electoral para Cuba, se acercaban las elecciones, que tenían como favorito al partido Ortodoxo aliado por aquel entonces a los comunistas.
Luego de varios años de gobiernos corruptos e ineficientes el imperialismo veía amenazado su poder, algo que lo tenía realmente preocupado, por lo que decidió apoyar nuevamente a Fulgencio Batista para que diera un golpe de Estado unos meses antes de la elecciones y se hiciera con el poder gubernamental.
El 26 de Julio de 1953, un grupo de unos 120 jóvenes inspirado en las ideas de Martí, con Fidel como líder, deciden atacar la segunda fortaleza militar del país: el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo.
El plan pretendía desencadenar una revuelta social que diera fin a la dictadura.
Aunque el asalto al Moncada acabó muy mal, mantuvo un determinante papel propagandístico. Fidel, apresado, decidió autodefenderse y convirtió su juicio en una denuncia contra el régimen, al presentar su alegato por escrito (La Historia me Absolverá) donde denunciaba los fusilamientos y torturas a los sobrevivientes del asalto, los males que padecía el pueblo cubano en salud, educación, vivienda, empleo; y la situación de las empresas en Cuba, la mayoría de las cuales eran propiedad de las multinacionales norteamericanas.
La figura de Fidel pasó a ser muy conocida en toda la isla.
La fuerte campaña internacional reclamando la liberación de los encarcelados del Moncada, unido a la necesidad de la dictadura de dar una imagen de normalidad, propicia su liberación tras la que se exilia en México y funda el Movimiento 26 de julio.
En 1956 rompe con el Partido Ortodoxo definitivamente.
Nace la guerrilla
En noviembre de 1954 otra vez se impondrá el fraude electoral en Cuba y Fulgencio Batista se hace reelegir presidente. Mientras tanto, el movimiento huelguístico mostraba que la clase obrera comenzaba a reanimarse.
En julio de 1955 México seria testigo privilegiado del mítico encuentro entre el médico Argentino Ernesto Guevara y el exiliado Fidel Castro.
El encuentro se daba en el marco de la gestación del movimiento guerrillero en Cuba.
En septiembre de 1956 deciden que hay que liberar al pueblo Cubano mediante una insurrección armada seguida de una huelga general.
Dos meses después, 82 guerrilleros parten sigilosamente bajo la fría lluvia desde México hacia Cuba a bordo del yate Granma.
Luego de una dificultosa travesía, el 2 de diciembre se daría el accidentado desembarco en la zona de Los Cayuelos.
En medio de la intensa exploración aérea del enemigo los guerrilleros son atacados por la milicia en varias oportunidades provocando la dispersión de los combatientes. Sólo 12 consiguen sobrevivir.
El fracaso de la coordinación con el movimiento insurgente en el interior de la isla, que debía apoyar el desembarco creando un alzamiento que distrajera a las fuerzas de Batista, agrava la situación.
Los guerrilleros, heridos y mal equipados, se reagrupan semanas mas tarde en la Sierra Maestra formando el primer núcleo guerrillero entre los que se encontraban Fidel, El Che, Camilo Cienfuegos y Raúl Castro.
La Sierra Maestra
El duro desembarco, las bajas y el fracaso de los planes insurrecciónales en las ciudades hacían que la posibilidad de una rápida victoria del Movimiento 26 de Julio, se disipara. Durante un tiempo no se dieron combates en la Sierra Maestra, pero fue un periodo donde Fidel se dedicaría a maniobrar políticamente con miembros de la oposición burguesa que intentaba contener el proceso revolucionario utilizando la fuerza militar y la figura de Fidel para sus propósitos macabros.
Luego de la revolución, correctamente, se subsana este error rompiendo la alianza con la "sombra" de la burguesía, un error que ha tenido consecuencias nefastas en la mayoría de los procesos revolucionarios.
Fidel, al igual que el Che, tenía un sentimiento de desconfianza hacia la política de alianzas con estos sectores, pero no estaba basada en la convicción de que la clase obrera fuera el motor del derrocamiento de la dictadura, ni en perspectiva del socialismo.
A mediados de 1957, la guerrilla había crecido en número de combatientes y le había infligido importantes derrotas militares al ejército de Batista quien, ante la consolidación de la insurrección armada, planeaba darle una salida a la situación organizando un nuevo fraude electoral donde él no podría presentarse pero se aseguraba un papel clave en el ejercito.
El 9 de abril de 1958 Fidel Castro convoca a una huelga general que fracasa al no contar con el apoyo del grueso de los sindicatos ni del Partido Comunista, el único grupo con influencia real en el movimiento obrero organizado. Batista interpreta que el fracaso de la huelga es una señal de debilidad de la guerrilla y una muestra de apoyo a su gobierno. Envalentonado, lanza una ofensiva militar contra la Sierra Maestra que acaba en una decisiva derrota de la dictadura cuya situación se tornaba insostenible.
La clase obrera juega su papel decisivo
Ante la situación precaria de Batista el imperialismo norteamericano opta por una "Junta cívico militar", en rechazo al plan del dictador de entregar la presidencia a Rivero Agüero elegido en medio de una farsa electoral descarada.
El 28 de diciembre de 1958 la columna rebelde encabezada por el comandante Ernesto "Che" Guevara toma la estratégica ciudad de Santa Clara, llave del camino a La Habana, provocando el desmoronamiento del régimen de Batista.
El 31 de diciembre, frente al avance de la guerrilla en todo el país, el dictador abandona Cuba derrotado, para refugiarse en Santo Domingo.
Frente a la maniobra de los militares y el imperialismo de instaurar otro títere en el poder, Fidel lanza un llamado a la huelga general que se concreta exitosamente y es secundada masivamente. La acción de la clase obrera fue entonces contundente y fundamental asestándole un golpe clave a las viejas estructuras políticas que la guerrilla no hubiese logrado por si misma.
Pero a pesar de haber entrado a la escena política mostrando toda su fuerza, la clase obrera, no jugaría el papel dirigente en la revolución organizando sus propios organismos de poder obrero, como fueron los soviets en la revolución Rusa de 1917.
El 1º de Enero de 1959, la guerrilla encabezada por el Che hace su entrada triunfal a La Habana dándole el triunfo al Movimiento 26 de Julio.
Cuba después de la revolución
La disolución del aparato de Batista no condujo de manera automática a un sistema de economía planificada, ni a la proclamación de una Cuba Socialista. No existía un plan premeditado de poner fin al capitalismo.
Manuel Urrutia se convertiría en el primer presidente después del triunfo de la revolución. A pesar de tomar algunas medidas progresivas como la reforma agraria y rebajas en tarifas y alquileres, el gobierno de Urrutia sucumbió rápidamente al no tener una perspectiva de derrocar al capitalismo.
Finalmente, los sectores de la burguesía liberal dejarían el gobierno debido a la creciente polarización que empujaba la revolución Cubana hacia la izquierda.
Hacia finales de 1959 comienzan las nacionalizaciones que serian clave para el avance de la revolución. En este sentido, la actitud de la URSS no fue alimentar la ruptura de Cuba con el capitalismo, temiendo que los EEUU se sintieran molestos y creara un serio obstáculo a su política burocrática de convivencia pacifica con el imperialismo.
Para los dirigentes de la URSS el internacionalismo terminaba allí donde empezaban sus intereses, la intención de los soviéticos era mantener el status quo.
A pesar de todo, la Revolución Cubana sigue girando a la izquierda y a mediados de octubre de 1960 nacionaliza 382 empresas privadas, incluidos los bancos, los molinos de azúcar y las destilerías. A fin de mes nacionaliza 166 empresas norteamericanas.
Con la elección de Kennedy en Noviembre de 1960 y la culminación de las nacionalizaciones la invasión de EEUU era inminente.
Esta se produce en abril de 1961. Las fuerzas contrarrevolucionarias invaden la isla por Playa Girón. Pero la maniobra termina en un estrepitoso fracaso y en menos de 72 hs la invasión es derrotada por el ejército y el pueblo Cubano.
En este contexto, el 1º de Mayo de 1961, Fidel anuncia ante una multitud el carácter Socialista de la Revolución Cubana haciendo definitiva la ruptura con el capitalismo.
No obstante, ante la ausencia de organismos genuinos de poder obrero, el poder en Cuba descansaba en la estructura jerárquica del ejército guerrillero que ocupó el espacio vacío dejado por la desaparición del Estado capitalista, lo que a lo largo del tiempo desarrolló las condiciones para la aparición de tendencias burocráticas y ciertos privilegios sociales para la capa superior dirigente.
Sin embargo, pese a la vinculación de Cuba con la URSS estalinista, estas tendencias burocráticas nunca alcanzaron el grado de totalitarismo burocrático que adquirieron los regímenes estalinistas en la URSS, Europa del Este y China.
El 7 de febrero de 1962, EEUU impone un bloqueo comercial, económico y financiero (que dura hasta nuestros días) para sofocar la economía Cubana, provocando grandes perdidas.
Sin dudas, el peor momento de la economía cubana se dio en el marco de la caída de los regímenes de la URSS y del Este de Europa, que provocó un colapso del sistema económico que dio paso a un período crítico debido a que Cuba mantenía la mayoría de sus relaciones comerciales con estos países. Este proceso constituye el telón de fondo de toda una serie de medidas y transformaciones en la sociedad cubana que perduran hasta hoy día.
La Revolución Cubana se encuentra en una encrucijada
La revolución cubana fue capaz de lograr, a través de la economía planificada y el derrocamiento del capitalismo, un sistema sanitario y educativo superior en varios aspectos a los de los países capitalistas desarrollados. Pero en la actualidad, tras una compleja combinación de factores económicos y políticos, la gravedad de la situación es innegable.
Algunos de los derechos básicos, como la vivienda y la alimentación, están sufriendo un deterioro acelerado provocando desmoralización entre la población.
Hoy, tras la salida del gobierno de Fidel por razones físicas, la revolución se encuentra ante una encrucijada, ante dos caminos.
Uno de ellos es el preferido del imperialismo, el de la restauración capitalista a través de la "Vía china" para Cuba.
Esta "vía" es apoyada por un sector del Partido Comunista Cubano que promete un futuro de abundancia y bienestar. Pero detrás de estas falsas promesas esconden su verdadera intención, meter el capitalismo por la ventana.
Para ver lo que la "Vía china" tiene para ofrecer no hace falta ir a la propia China, quien detrás de sus cifras macroeconómicas esconde el sufrimiento de las masas sobreexplotadas por la nueva casta de capitalistas chinos que dominan los medios de producción.
Los efectos de la introducción de reformas económicas precapitalistas condujeron poco a poco a China a ser el país con mayor desigualdad de Asia.
A la experiencia China se suma la de la extinta URSS, que a pesar de los diferentes ritmos, la restauración capitalista ha significado una catástrofe para las masas.
Seguir la "Vía china" sólo haría involucionar a Cuba, regresándola al papel que jugaba antes de la Revolución, ser el patio trasero del imperialismo norteamericano.
La historia ha demostrado de manera irrefutable que es imposible construir el socialismo en un solo país, idea planteada por primera vez por Stalin.
La economía cubana sigue siendo una pequeña isla en un hostil mar capitalista. Este aislamiento es el causante de muchas de las dificultades de la revolución cubana.
Pero hoy, después de años de heroica resistencia del pueblo cubano al "periodo especial", Cuba cuenta con una gran ventaja para salir de su aislamiento: los procesos revolucionarios abiertos por las masas en América Latina.
Hoy más que nunca el futuro de la Revolución Cubana y el de Venezuela están estrechamente unidos.
Sin dudas, el triunfo de la Revolución Socialista en Venezuela, basada en la expropiación de las palancas fundamentales de la economía y el control obrero, no solo abriría las puertas a la revolución en toda Latinoamérica sino que proveería a Cuba de la ayuda material y la inspiración política que necesita.
El futuro de la Revolución Cubana hoy depende de dos factores claves para sobrevivir: la participación directa de las masas, autentico sostén y base de la Revolución, en la vida política y económica, con la introducción de los mecanismos de democracia obrera y control desde abajo. Y, por sobre todas las cosas, la extensión de la revolución a toda Latinoamérica como antesala a la creación de una Federación Socialista de América Latina que permita a la economía cubana integrarse con otras economías socialistas en un marco de cooperación mutua establecida en base a la planificación racional y no a las frías leyes de mercado.
Una vez más, la Revolución Cubana tiene que avanzar para no retroceder, las ideas del Marxismo nos muestran el único camino a seguir: EL DE LA REVOLUCION PERMANENTE.
¡Vivan la Revolución y la clase trabajadora de Cuba!
¡Viva el Socialismo!
¡Por unidad socialista de América Latina!