2001-2008: A siete años del Argentinazo

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Es hora de poner en pie una herramienta política

Diciembre de 2001 prevalece en la conciencia popular. el deterioro de las condiciones de vida de las masas se hará patente con la agudización de la crisis económica. la bronca acumulada irrumpirá nuevamente en la Argentina y demás países de la región latinoamericana. Pero esta vez nos encontrara mejor preparados si acometemos sin demora las tareas de la hora.

Es hora de poner en pie una herramienta política 

Hace siete años, la Argentina fue sacudida por una oleada de indignación popular. Fue el movimiento más profundo y radical desde los años 70. Su expresión: "que se vayan todos" parece hoy lejana y superada; y los poderes burgueses, reconstituidos. Pero esto es sólo en la superficie.
La salida capitalista de la profunda crisis económica y política fue resuelta parcialmente a través de la devaluación (Duhalde) y con los gobiernos K, que realizaron algunas concesiones populares para salvar el todo.
La economía se estabilizó y crecimos a tasas chinas durante un tiempo a tono con el alto precio de nuestras exportaciones. Néstor Kirchner y su armado político "transversal" logró una popularidad suficiente para estabilizar el escenario político.
Pero hoy, a siete años, la economía argentina vuelve a mostrar sus límites. El "modelo productivo" de la "burguesía nacional", contrario al "especulativo" de los 90, hace aguas hasta en los sectores que motorizaban el crecimiento, como vemos en las automotrices. La crisis económica mundial no hará más que agravar la crisis local.  El gobierno de Cristina es menos estable que el de su marido ya que la derecha política ha encontrado canales en los que se va articulando (conflicto del campo, inseguridad) preparándose para el recambio.

Ayer y hoy: una misma necesidad

Hace siete años las demandas populares se organizaron espontáneamente en "Asambleas Populares" pero sin la fuerza necesaria. Las centrales obreras esquivaron todo protagonismo como movimiento obrero organizado, centrándose en garantizar la "gobernabilidad" del sistema. La izquierda, tuvo un crecimiento notable pero quedó signada por el sectarismo y el divisionismo.
Hoy siguen tan pendientes como ayer los graves problemas de la pobreza, de la salud y educación publica, de la vivienda, del desempleo, los bajos salarios; y ahora se suman las suspensiones, recortes de horas extras, y el terror a la amenaza de despidos masivos.
Hoy, la insatisfacción y la bronca, no han desaparecido, pero no encuentran los continentes necesarios para expresarse.
Es cierto que nos encontramos en mejores condiciones de dar la batalla como clase, nuevas camadas de trabajadores con un protagonismo en las luchas gremiales al margen de las conducciones burocráticas vienen surgiendo desde el año 2003; hubo intentos válidos, aunque fallidos como el MIC, para crear corrientes clasistas, combativas y antiburocráticas en las centrales obreras.
Es necesario que el activismo de izquierda supere el divisionismo en las filas de la clase para organizar y fortalecer al movimiento obrero.
Pero esto es insuficiente aún. Las luchas gremiales, de movimientos sociales, de derechos humanos, de organizaciones políticas requieren construir una herramienta política de la clase, con base en el movimiento obrero.
Por ello valoramos como un paso muy importante el lanzamiento de la Constituyente Social, impulsada por la CTA, para llevar la discusión política al seno de todas las organizaciones populares en la necesidad de construir una herramienta política que, por izquierda, discuta el programa que necesitamos impulsar y defender.
Esto sí sería dar un salto adelante en la perspectiva de los tiempos por venir, signados por la crisis económica y la creciente decepción popular con los gobiernos burgueses y sus programas que no pueden dar ninguna respuesta más que lo que dieron hasta ahora y que eran tiempos de "bonanza".
Diciembre de 2001 prevalece en la conciencia popular. el deterioro de las condiciones de vida de las masas se hará patente con la agudización de la crisis económica. la bronca acumulada irrumpirá nuevamente en la Argentina y demás países de la región latinoamericana. Pero esta vez nos encontrara mejor preparados si acometemos sin demora las tareas de la hora.

¡Ahora es cuándo!
¡A construir la herramienta política que necesitamos!