El Miércoles, el 25 de enero, mientras la atención de la mayoría de la gente estaba centrada en torno al Foro Social Mundial en Caracas, una reunión importante tenía lugar en la industrializada región de Guayana. La reunión se realizó en el auditorio de Venalum (una de las fabricas más grandes de la zona), a la que asistieron más de 200 personas, sobre todo trabajadores y sindicalistas de las industrias básicas en Guayana.
Las relaciones capitalistas deben ser eliminadas de la producción
El Miércoles, el 25 de enero, mientras la atención de la mayoría de la gente estaba centrada en torno al Foro Social Mundial en Caracas, una reunión importante tenía lugar en la industrializada región de Guayana. La reunión se realizó en el auditorio de Venalum (una de las fabricas más grandes de la zona), a la que asistieron más de 200 personas, sobre todo trabajadores y sindicalistas de las industrias básicas en Guayana.
La reunión fue convocada bajo el nombre El foro continental de las Américas en defensa de la salud de los pueblos y entre los organizadores estaban CVG Alcasa y CVG Venalum, con el apoyo del gobierno venezolano. Aunque el punto de partida del foro era discutir los problemas de salud en la industria, la discusión se centró mayoritariamente en la cuestión de cómo se implementan la sanidad y la seguridad en el trabajo, a través del control obrero.
El encuentro comenzó con una intervención de Gustavi Sequera, un camarada de INPASASEL (el instituto nacional de seguridad laboral y sanidad), que expuso que la cogestión en Venezuela no se puede ser entendida simplemente como una consulta acerca de lo que piensan los trabajadores, sino como un modelo donde los trabajadores participen activamente en la toma de decisiones. Según él, hace falta un nuevo modelo de producción, el socialista. Además subrayaba que a través de control obrero, la sanidad y la seguridad pueden mejorar mucho mediante la educación de la fuerza de trabajo, así como la mejora de la infraestructura y el ambiente laboral.
Siguió el Camarada Suárez de CORESAT (una alianza entre sindicatos, que lucha por mejorar las condiciones de trabajo en industria). Él explicó que cada año oficialmente hay 250 millones de accidentes laborales en el mundo, lo que tiene por resultado la muerte de 2 millones de trabajadores, incluidos 12.000 niños que son forzados a trabajar debido a la pobreza extrema en la que viven. Y esta cifra oficial es solo la punta del iceberg.
Suárez dejó claro que esto es consecuencia del sistema capitalista en el cual una pequeña minoría posee los medios de producción e intenta extraer la máxima ganancia posible del trabajo ajeno. Planteó que esto se puede combatir de un modo efectivo a través de la organización de la clase trabajadora en sindicatos militantes. Terminó su charla afirmando que los capitalistas no tienen fronteras, que ellos intentan expandir su influencia y mercados a una escala mundial. Por eso, los trabajadores necesitaban también estar organizados y unidos en todo la planeta.
Una cuestión particularmente importante fue introducida por Jorge Esparza y Reinaldo Jiménez, dos compañeros argentinos que vinieron para compartir su experiencia de control obrero en la fabrica de Zanon. Esta planta ha estado bajo control obrero por cuatro años, funcionando por el momento como una cooperativa. Los compañeros empezaron con la proyección de un documental impresionante acerca de su lucha por el control obrero. El video mostraba las discusiones en la fabrica, asambleas de trabajadores, manifestaciones, etc. En otro momento, el documental mostró una reunión en la fabrica, dónde los camaradas estuvieron debatiendo las tareas de la lucha. En una intervención muy emotiva, uno de los trabajadores explicaba que Sólo somos trabajadores que queremos un poco de dignidad y salvar nuestros puestos de trabajo. La lucha es dura y cansa. Yo prefiero morir de pie que vivir arrodillado!. Entonces, los asistentes interrumpieron el acto gritando ¡La clase obrera unida, jamás será vencida!.
Después de este video, los camaradas argentinos hicieron una charla dónde explicaban que su lucha no había comenzado como una ofensiva, sino al contrario como una batalla defensiva. No fue cuestión de tomar una planta para conseguir poder sino cuestión de salvar los puestos de trabajo. De hecho, la fabrica estaba a punto de cerrarse y los trabajadores en peligro de ser despedidos. En su lucha aprendieron que el único camino era que ellos mismos tomaran la gerencia de la fabrica. No obstante, esto no significaba que fueran a ser los dueños de la empresa. Como dicen, los trabajadores sólo quieren una vida digna, no quieren convertirse en capitalistas. Por eso, exigen que la empresa seria nacionalizada bajo control obrero para que Zanon puede servir el pueblo. Aunque la planta ya se maneja bajo control obrero, todavía están luchando para que el estado Argentino la nacionalice.
En su larga lucha estos trabajadores han aprendido que no pueden poner su confianza en la prensa burguesa. Por eso empezaron una campaña para ganar apoyo en la comunidad, distribuyendo volantes, con manifestaciones, programas de radio, etc. La situación que enfrentaban era que ninguna de las tres confederaciones sindicales de Argentina los apoyaba. Pero como ellos explicaban, la clave de la situación estaba en la unidad de los trabajadores, no solo en su propia fabrica, sino también como clase entera. Por tal razón habían ido a otras fabricas cercanas para recabar apoyo y solidaridad y así habían recibido una respuesta enormemente positiva.
Bajo control obrero, la asamblea de trabajadores es la máxima autoridad en la fábrica y los trabajadores mismos eligen los compañeros que coordinan el trabajo, deciden sobre todas las inversiones, el empleo, etc. También hay una cierta rotación en la fábrica para que todos aprendan nuevas habilidades y conozcan como funcionan todas las maquinas, etc., como se maneja el proceso de producción, etc. Así la productividad esta aumentando.
El último ponente fue Carlos Lánz, presidente de ALCASA, que dio una charla sobre la experiencia de cogestión en la fabrica. Subrayó que la cogestión en ALCASA no es la misma que la cogestión reformista que se implementó en Europa. Dijo que incluso en el mismo gobierno venezolano hay reformistas y aquel punto de vista sobre la cogestión no es algo que ellos compartan en ALCASA. Lánz llama a la cogestión de ALCASA revolucionaria, porque tiene como fin que las relaciones capitalistas de producción sean eliminadas, no sólo en ALCASA sino en la sociedad venezolana en su conjunto.
La cuestión es: ¿Para que producimos? ¿Para beneficiar a una pequeña minoría capitalista o para desarollar la sociedad entera en beneficio del pueblo?. En ALCASA hay mas de 300 delegados elegidos. Las gerentes también son elegidos por parte de los trabajadores. Lánz explicó que era su intención, y la intención del ministerio, extender este control democrático. Lo explicaba al decir, Yo voy a ser el ultimo presidente designado. En el futuro los trabajadores van a elegir la junta directiva y aún al presidente mismo!. Acabó su discurso dejando muy claro que No es posible construir una isla de socialismo en un mar capitalista. Por tal razón necesitamos cambiar la sociedad y el modo de producción entero.
Esta reunión fue de nuevo un testimonio del alto nivel de conciencia y discusión en el movimiento obrero venezolano. La Corriente Marxista Revolucionaria estuvo presente en la reunión con un pequeño stand con libros y cuadernos marxistas, los cuales generaron gran interés entre los trabajadores. Aunque había muy poco espacio y tiempo para ventas, conseguimos vender varios materiales, incluso algunos libros, y recogimos direcciones de trabajadores que quieren discutir más con nosotros y saber más sobre la CMR.
La experiencia del control obrero en las fábricas esta proveyendo de lecciones valiosas a los trabajadores venezolanos. A través de su propia experiencia están aprendiendo que las ideas del marxismo son una herramienta útil en su lucha, no sólo por los reivindicaciones cotidianas sino también por el futuro de todo el proceso revolucionario.
Puerto Ordaz, 27 de enero de 2006