Italia: Berlusconi al ataque. El Partido Demócrata y las cúpulas sindicales le despejan el camino

0
107

El gobierno de Berlusconi en su primer mes de vida se ha lanzado al ataque contra el movimiento obrero y los inmigrantes. Junto a la ofensiva de la derecha, vemos otro desplazamiento más hacia el “centro” de los sindicatos CGIL, CISL y UIL y del Partido Demócrata. De la derrota electoral de abril, estas damas y caballeros han sacado las lecciones equivocadas: la sociedad gira a la derecha, los obreros votan a Berlusconi y a la Liga Norte, y por eso hay que seguirles en el mismo terreno. El gobierno de Berlusconi en su primer mes de vida se ha lanzado al ataque contra el movimiento obrero y los inmigrantes. Su mayoría parlamentaria ha aprobado un decreto sobre seguridad, que aumenta el período de retención de los inmigrantes sin papeles en los centros CPT hasta 18 meses. La derecha introduce un agravante en las penas, que serán un 33% más severas, si quien comete el delito es inmigrante. Se debatirá en el parlamento el ‘delito de inmigración clandestina" y los alcaldes tendrán poderes especiales para lidiar con la ‘alarma seguridad". En suma, tratan de equiparar legalmente la inmigración con la delincuencia. Sin tiempo que perder, la policía ha comenzado a hacer redadas en las principales ciudades italianas, arrestando a multitud de inmigrantes.

También en Nápoles, en el caso de la emergencia-basura, el gobierno está utilizando mano dura: dando amplios poderes a un comisario extraordinario, suspendiendo el derecho de huelga y calificando a los nuevos e improvisados vertederos como "áreas de interés militar" custodiadas por el ejército. Trasladan la basura acumulada durante meses en las calles de la ciudad a estos vertederos, sin preocuparse en absoluto por el entorno. "El Estado no se echará atrás" ha dicho Berlusconi. La policía lo ha demostrado apaleando salvajemente a una decena de manifestantes que se oponían a la construcción de un vertedero cerca de la ciudad.

En todo caso, la actitud autoritaria de la derecha no va a servir de mucho, ya que la solución que plantea no es renunciar a las privatizaciones de las empresas de limpieza urbana, sino multiplicar los vertederos, ignorando cualquier reciclaje o recogida diferenciada. El Partido Demócrata (PD), ‘oposición" en el parlamento, pero que gobierna en la región de Nápoles junto con Rifondazione Comunista, ha avalado estas medidas del gobierno. El gobernador Sassolino se ha declarado dispuesto a colaborar con Berlusconi.

La propaganda del gobierno y de los medios contra los inmigrantes, los gitanos, y contra quienes se movilizan y hacen huelga, ha envalentonado a la extrema derecha y sus bandas fascistas. Un joven fue asesinado por unos skins nazis en la ciudad de Verona a principios de mayo. A finales del mismo mes, los cachorros de la derecha atacaron tiendas de inmigrantes. En pleno día, militantes de Forza Nuova han acuchillado a estudiantes de izquierdas en la universidad. La conquista de la derecha del Ayuntamiento de Roma ha creado un clima favorable a estos crímenes, y en todo el país se multiplican las amenazas y agresiones de los neofascistas.

El gobierno y la patronal preparan más ataques

Berlusconi tampoco ha perdido el tiempo en el frente laboral. En la asamblea de Confindustria (patronal italiana) aseguró a la nueva presidenta, Emma Marcegaglia: "vuestro programa es el mismo del gobierno". Y ha empezado por quitar los impuestos que pagan los patronos por las horas extras.

La victoria electoral de la derecha ha favorecido las negociaciones entre la patronal y las cúpulas sindicales hacia la contrarreforma de los convenios laborales nacionales. La burocracia sindical está sustancialmente de acuerdo con restar contenido a los convenios nacionales, condicionando los salarios a la productividad, y trasladando a nivel provincial y de cada empresa la negociación de buena parte de los convenios: organización laboral, horarios, flexibilidad, salud y seguridad. Esto es particularmente grave, ya que allana el camino para el desmantelamiento de los derechos colectivos de la clase obrera. La negociación entre patronos y cúpulas sindicales empezará este mes, y la burocracia sindical ya está lista para entregarse sin presentar batalla.

Junto a la ofensiva de la derecha, vemos otro desplazamiento más hacia el "centro" de los sindicatos CGIL, CISL y UIL y del Partido Demócrata. De la derrota electoral de abril, estas damas y caballeros han sacado las lecciones equivocadas: la sociedad gira a la derecha, los obreros votan a Berlusconi y a la Liga Norte, y por eso hay que seguirles en el mismo terreno.

Los trabajadores italianos necesitan un programa de clase

El PD comparte el endurecimiento de las ‘medidas de seguridad" sobre inmigración, con excepción de la que tipifica a la inmigración clandestina como delito. En este caso la principal preocupación de Veltroni, secretario del PD, no es de principios, sino que… ¡no hay cárceles suficientes para encerrar a todos los inmigrantes arrestados!

La izquierda salió muy mal parada de las elecciones. El experimento de la Sinistra Arcobaleno (Izquierda Arcoiris) ha acabado con cada uno de los cuatro partidos componentes yéndose por su cuenta. Solamente están de acuerdo en la búsqueda de una nueva alianza con el PD. Los Verdes ya han entrado en la órbita de Veltroni, también la Izquierda Demócrata, y los comunistas italianos lanzan la consigna de la ‘unidad comunista" pero sin desvincularse de la política practicada por el anterior gobierno de centro-izquierda y por el PD.

Rifondazione Comunista está inmersa en un congreso decisivo para su futuro. Es la supervivencia del partido la que está en juego: una parte de la mayoría dirigente, ligada a Bertinotti, habla abiertamente de la ‘superación" del partido. En este congreso, la Corriente Marxista de Rifondazione Comunista, Falce Martello (Hoz y Martillo), presenta su propio documento, Por un giro obrero hacia la nueva refundación comunista. En el centro de nuestra batalla congresual está la absoluta negativa a disolver el partido y un cambio radical de su programa y estrategia. La independencia de clase y la oposición a todo acuerdo con el PD constituyen el corazón de nuestra propuesta de ruptura con el reformismo, junto con un giro del partido que lo encamine a echar raíces entre la clase obrera.

El período que tenemos enfrente no será fácil. La crisis ecónomica, política y social italiana, somterá a una dura prueba a los comunistas, pero forjará también a una nueva generación de militantes libres de las incrustaciones del pasado. Y hacia allí nos orientaremos, para poder jugar un papel protagonista durante los próximos capítulos del enfrentamiento entre las clases en este país.