Venezuela: Propuesta de los marxistas ante el congreso fundacional del PSUV

Nuestro Congreso se está celebrando en un momento decisivo. Tras el resultado del referéndum de la reforma constitucional el imperialismo y los capitalistas venezolanos están intensificando su estrategia de acoso y sabotaje contra la revolución. Su objetivo es minar el apoyo social a la revolución. Al mismo tiempo que se apoyan en la quintacolumna burocrática para frenar hoy la revolución se preparan para intentar acabar mañana con el proceso revolucionario. La conformación del PSUV está suponiendo un acontecimiento histórico. Más de 5 millones de personas se inscribieron, y casi 2 millones han participado en los debates para elegir a los voceros, comisionados y delegados. Un proceso de participación y construcción de un partido de masas desde la base, como éste, no tiene precedentes en las últimas décadas y demuestra el enorme potencial revolucionario existente. Todos los que estamos participando en este proceso congresual, ya sea como aspirantes, comisionados, voceros o delegados vemos el clamor que existe en los batallones y las bases revolucionarias contra el capitalismo y la burocracia.
Nuestro Congreso se está celebrando en un momento decisivo. Tras el resultado del referéndum de la reforma constitucional el imperialismo y los capitalistas venezolanos están intensificando su estrategia de acoso y sabotaje contra la revolución: desabastecimiento, incremento de precios, intensificación de la campaña nacional e internacional de calumnias contra el Presidente Chávez, ataques utilizando a la oligarquía colombiana, la denuncia de la Exxon…Su objetivo es minar el apoyo social a la revolución. Al mismo tiempo que se apoyan en la quintacolumna burocrática para frenar hoy la revolución se preparan para intentar acabar mañana con el proceso revolucionario y echar a Chávez.

Construir el PSUV para defender y completar la revolución en el socialismo, expropiando a los capitalistas y sustituyendo el Estado burgués por un Estado revolucionario

Sin embargo, el que no hayan podido lanzarse de frente para intentar tumbar al gobierno sino que tengan que recurrir a esta táctica de desgaste se debe a que saben que su victoria fue pírrica y que la correlación de fuerzas entre las clases en la calle sigue siendo favorable a la revolución.
La causa fundamental de la derrota del referéndum fue el cansancio de sectores de las masas al no ver medidas decisivas contra el desabastecimiento, el sabotaje, el burocratismo o la corrupción; y sentir que, tras casi diez años de revolución, –aunque hubo avances importantísimos como las Misiones, el incremento de los gastos sociales, etc- lacras como la pobreza, el déficit habitacional, la economía informal, el empleo precario o la inseguridad siguen sin ser erradicadas. Sólo sobre esa base la campaña de la contrarrevolución, combinada con el sabotaje interno de la quintacolumna, pudieron impedir la aprobación de la reforma. Pero que nadie se engañe: el ambiente entre las masas, y más aún entre los activistas y militantes del PSUV, no es de bajar la cabeza sino de rabia e indignación contra el sabotaje capitalista y burocrático y ganas de luchar con más fuerza si cabe para llevar la revolución hasta el final y acabar con el capitalismo en Venezuela. Pese a lo que plantean sectores reformistas y burocráticos no fue la falta de conciencia del pueblo lo que llevó a la derrota, sino el que no se tomaran medidas decisivas contra los capitalistas y los burócratas.
El Presidente Chávez planteó que la ideas de Bolívar y Marx estaban muy cercanas. Dijo que había un diálogo pendiente entre ambos. Desde las páginas de nuestro periódico “El Militante” hemos venido defendiendo un planteamiento muy similar desde el inicio de la revolución bolivariana. Las propuestas bolivarianas de justicia social, unidad latinoamericana, soberanía, etc. son imposibles de alcanzar en el marco del sistema capitalista. El sabotaje económico que están organizando los capitalistas es la mejor prueba de ello. Cuando El Libertador dijo “he arado en el mar”, expresaba de un modo intuitivo esta idea.
La revolución bolivariana, para poder cumplir todos sus objetivos, debe acabar con el capitalismo y construir el socialismo, tal y como ha planteado el propio Presidente en varias ocasiones. Esto, en las condiciones actuales sólo puede lograrse aplicando un programa socialista que expropie a los capitalistas, arrebatándoles el poder económico y político que conservan y utilizan para atacar a la revolución. Junto a ello resulta imprescindible desmantelar el actual Estado (que en esencia sigue siendo burgués y está controlado por una burocracia que tiende a fusionar sus intereses con los de los capitalistas) y sustituirlo por un genuino Estado revolucionario, basado en Consejos de Trabajadores, comunales, estudiantiles, formados por voceros elegibles y revocables en todo momento.
Si el gobierno aplicase estas medidas despertaría el entusiasmo de las masas, incluida la mayoría de quienes no acudieron a votar el 2 de diciembre, cansados de que lacras como el desabastecimiento, la pobreza, inseguridad, burocratismo o corrupción sigan existiendo. También demostraría a los sectores menos concienciados e ideologizados que ellos salen ganando con el socialismo y los únicos que pierden son la minoría parásita de oligarcas que lleva siglos saqueando a nuestro pueblo.

¿Cómo lograr la unidad de los revolucionarios?

Una política y un programa correctos, que den satisfacción a las aspiraciones de las masas, también es la mejor manera (la única efectiva, realmente) de forjar la unidad del partido y del conjunto del movimiento revolucionario. El factor fundamental que debilita la unidad revolucionaria es la actuación de la quintacolumna burocrática y de los sectores reformistas, que no aplican las políticas que el pueblo necesita e intentan oponerse al intento de las bases de participar. En nada favorecen a la revolución y al PSUV los insultos y acusaciones públicas que dan armas a los enemigos de la revolución. Frente a eso, la unidad de los revolucionarios sólo puede lograrse con una política genuinamente socialista y revolucionaria, que erradique las lacras del capitalismo, y mediante el debate democrático de ideas en el seno del partido, garantizando que cada camarada o grupo de camaradas puede presentar sus propuestas y que sean las bases, en asamblea en los batallones o mediante sus voceros y delegados elegibles y revocables en el congreso, las que toman todas las decisiones.
Para hacer estas ideas, métodos y programa realidad dentro del PSUV es urgente que todos los que los defendemos nos agrupemos para construir el Partido y luchar dentro de él por estas ideas.