Crisis del transporte

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Los trenes deben volver a ser propiedad del Estado, no hay contabilidad que pueda explicar la sangría que nos significan para que den el pésimo servicio al que nos quieren acostumbrar con su cuota de muertes inútiles.

Cuando el “ganado” se rebela

El 15 de mayo por la tarde-noche en la Estación de Constitución, un sin número de humillaciones encontraron una respuesta contundente en la reacción de los pasajeros de la ex Línea Roca.
Una enésima demora, una nueva ausencia de explicaciones y soluciones por parte de la empresa, terminó por hartar a parte de los cientos de miles de trabajadores y trabajadoras, que día a día sufren la humillación de viajar -como ya se denomina naturalmente- "como ganado".
El accionar represivo sólo hizo tomar más bronca a los laburantes, que sin miedo y con mucha impotencia, la emprendieron contra la policía, la guardia de infantería, sus garrotes y sus balas de goma.
El saldo fue de 21 heridos y 16 detenidos, la rescisión de la concesión de la Ex Línea Roca y de la Belgrano Sur a Metropolitano (cuyo dueño es Taselli), y la cobardía de un gobierno que no se anima a reestatizar este servicio esencial para los trabajadores, pese a la simpatía que despertaría esta medida en forma inmediata. Como hace 3 años, cuando le sacó a Metropolitano la concesión de la ex Línea San Martín, el gobierno de Kirchner ha transferido el Roca y el Belgrano Sur a la UGOFE, el consorcio de empresas formado por los concesionarios privados (TBA, Metrovías y Ferrovías), que gestionan las otras líneas del área metropolitana.
Y para peor, porque la Auditoría General de la Nación elevó un duro informe contra la UGOFE por falta de mantenimiento, de control, gastos no autorizados, etc.
Cabe recordar que entre el Belgrano Sur y el Roca, absorbían 18 millones de pesos por mes.
La prensa, como hizo hace 1 año y medio atrás en Haedo, intentó colar por la ventana el accionar de "activistas" pero nada de ello pudo demostrarse.
Pero en menos de una semana hubo más: el 28 de mayo en la estación de La Plata hubo más de 50 pasajeros varados; el 29 de mayo la furia por un nuevo retraso en la línea C del Subte, sin una sola explicación por parte de la empresa, casi desborda y provoca una tragedia, y en la estación Retiro una demora en la ex Línea San Martín, provocó la reacción de un grupo de pasajeros que terminó en la rotura de vidrios de algunas boleterías.
Todo esto ocurre en los prolegómenos de una obra monumental como el Tren Bala a Rosario, que será financiada por el Estado, explotada por empresas privadas, y que será de escasa utilidad para los trabajadores, ya que con el mismo dinero se podría poner en pie casi todo el sistema ferroviario derribado por el menemismo.
Pero deberán tener cuidado los empresarios: lo que subyace tras las reacciones espontáneas como las de Haedo y Constitución, cacerolazos y cortes de calles por falta de luz, gas o agua, no es sólo (si se puede decir "sólo") un pésimo servicio en los servicios esenciales, sino la presión insoportable de condiciones de vida muy duras, con 10/12 hs de trabajo, en negro, abusos patronales, bajos sueldos, aumentos de precios, etc.
Y esto en un contexto de estabilidad económica y grandes negocios para los empresarios y sectores oligárquicos.
Los desbordes en Constitución se repetirán de manera tan cierta, como que los empresarios que concesionen, sean quienes sean, no harán mucho por mejorar el servicio por caso en los trenes que utiliza en su mayoría la clase obrera.
Los trenes deben volver a ser propiedad del Estado, no hay contabilidad que pueda explicar la sangría que nos significan para que den el pésimo servicio al que nos quieren acostumbrar con su cuota de muertes inútiles.

-Por el fin de todos los subsidios estatales a los servicios privatizados;
-Reestatización de los Ferrocarriles bajo gestión y control de los trabajadores;
-Por la puesta en marcha inmediata de un sistema ferroviario nacional de pasajeros y carga, federal, seguro y barato
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