El 27 de diciembre el ejército Israelí atacó al hospital Kamal Adwan, dejándolo vacío y fuera de servicio, y secuestraron al director, el Dr. Hussam Abu Saffiya. Este ataque barbárico dejó a 75.000 palestinos que siguen viviendo en el norte de Gaza casi sin servicios de salud, mientras que siguen los bombardeos desde Israel. Los palestinos están enfrentando temperaturas invernales en viviendas arruinadas con una escasez de luz y gas, que en estos días está provocando la muerte de múltiples bebés, según la ONU.
Nada de esto preocupa al Poder Judicial, al contrario. El 30 de diciembre la sala III de la Cámara Penal de la Ciudad de Buenos Aires condenó al compañero Alejandro Bodart, dirigente del MST, a seis meses de prisión en suspenso por razón de dos tuits provenientes de 2022 en un caso denunciado por la DAIA, organización vocera de intereses sionistas en la Argentina. El dictado de la mayoría sostuvo que “las expresiones de Bodart constituyen una narrativa que proporciona las bases para deslegitimar la existencia de Israel y realizar un llamado a su destrucción que va más allá de cualquier opinión o crítica contra las acciones tomadas por las autoridades de ese país,” una postura ridícula que ignora quienes realmente son los responsables de violencia y opresión hacia otro pueblo.
Este fallo representa una violación de la libertad de expresión, que pone de manifiesto que, en última instancia, dicha libertad no existe para los explotados bajo el capitalismo. Asimismo, constituye un ataque más a los derechos democráticos básicos, los cuales, bajo el régimen de Milei y Bullrich, han sido sistemáticamente atropellados.. La reciente condena a prisión del compañero César Arakaki por participar en las multitudinarias movilizaciones de diciembre de 2017 contra la reforma provisional de Macri es otro ejemplo, cómo lo son también la detención de 33 manifestantes contra la ley bases el pasado junio y la desproporcionada represión en las marchas que vimos el pasado año.
Cabe mencionar que el marco político general de este fallo es la definición del antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA por sus siglas en inglés). Esta definición, adopdada en varios paises en una ofensiva política ideada por defensores del sionismo, pretende confundir el antisionismo con el antisemitismo, y así calumniar y atacar a la izquierda y a todos que defienden los derechos del pueblo palestino. Puede sorprender que la adopción de esta norma, por parte del Estado argentino,no sea otra instancia más de la actitud servil de Milei hacia el sionismo, u otro ataque a la izquierda por su parte. En realidad esta definición, que hoy sirve a los propósitos persecutorios de Milei, fue adoptada por el gobierno de Alberto Fernandez en 2020, quien incluso reiteró este compromiso durante una visita a Israel ese mismo año.
El Estado burgués entero, desde la presidencia hasta el poder judicial, quedan imputados por su complicidad con el genocidio del pueblo palestino.
En otros países, cómo en Austria y Alemania, compañeros de la Internacional Comunista Revolucionaria han sido víctimas de otras causas predatorias por tan solo compartir la declaración de la ICR ¡Abajo la hipocresía! ¡Defender a Gaza! o defender la consigna de ¡Intifada hasta la victoria!
Sólo un gobierno de los trabajadores podría romper definitivamente con la subordinación de la Argentina al imperialismo, una victoria revolucionaria en nuestro país abriría las puertas a una oleada que barrería con los podridos regímenes capitalistas en América Latina y en todos continentes, incluso en Medio Oriente, dando un poderoso impulso a una Federación Socialista Mundial. La única manera de poner fin al horror de las guerras imperialistas es a través de la toma del poder, por parte de la clase obrera, en un país tras otro y así, construir relaciones globales sobre la base de la paz y la cooperación entre los pueblos del mundo.
La creación de una organización internacional de la clase obrera, una auténtica Internacional revolucionaria que luche por estás ideas, es la tarea del momento.
Nos solidarizamos con Alejandro Bodart, perseguido por denunciar las masacres sionistas y llamamos a organizar su defensa en las calles, sin ninguna confianza en las instituciones del Estado que operan junto a la DAIA, como lo hicieron contra el actor Norman Briski tras su discurso en los premios Martín Fierro o contra la compañera Vanina Biasi del PO imputada en septiembre de 2024 por sus publicaciones en X denunciando el terrorismo y genocidio de Netanyahu.
La mejor defensa que podemos hacer de los compañeros perseguidos es seguir denunciando y luchando contra la complicidad de nuestras propias clases dominantes, y sus representantes en el Estado, en el brutal ataque contra Gaza a la que han convertido en un infierno sobre la tierra.
¡Abajo la represión estatal!
¡Por la absolución a Alejandro Bodart!
¡Libertad a los que luchan!¡Por un gobierno de trabajadores!
¡Por una federación socialista del Medio Oriente y del mundo!