El día de ayer, 12 de agosto, la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Capital Humano de la Nación intervino en la huelga de los Aceiteros, dictando la Conciliación Obligatoria a pedido de las federaciones patronales de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC) después de que apenas transcurriera una semana de paro.
Esta huelga, impulsada por la Federación Aceitera (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo, se distingue por incluir, además de reclamos económicos y paritarios, reivindicaciones políticas que apuntan a las medidas reaccionarias del gobierno de Milei, como la imposición del impuesto a las ganancias y la contrarreforma laboral. El paro fue cumplido al 100% por los y las trabajadoras aceiteros/as y estuvo acompañado de piquetes en las plantas. La huelga paralizó el polo agroexportador del Gran Rosario y generó pérdidas de ingresos para los patronales, estimadas de US$10 millones según informaron fuentes empresarias.
No sorprende entonces que el gobierno, desesperado por la liquidación de la cosecha y el ingreso de dólares, interviniera en favor de los intereses capitalistas, rompiendo temporalmente el paro. Las federaciones patronales recurrieron a pedir la conciliación después de no poder lograr la devaluación ni la reducción de las retenciones.
Los trabajadores aceiteros, a pesar de su número relativamente pequeño, se pusieron al frente de la lucha contra el gobierno de Milei. Mientras que los capitalistas quieren imponer la totalidad del ajuste sobre los hombros de la clase trabajadora, arrastrando a la pobreza al 55% de la población, el arma más potente de los trabajadores es la unidad en acción para defender sus intereses. El principal obstáculo para que grandes sectores de la clase trabajadora se sumen a la lucha son los jefes sindicales burocráticos, quienes, aferrados a sus sillones, negocian el futuro de los y las trabajadores/as con Milei.
De lo que se trata es de que los compañeros aceiteros que se encuentran en el centro de la pelea del movimiento obrero, y son vistos con atención por el conjunto de nuestra clase, convoquen con la fuerza de la lucha a un plenario nacional de todas y todos los trabajadores. Hace falta una nueva dirección en las Centrales Obreras para enfrentar las políticas reaccionarias de Milei y del conjunto del régimen político, y esta es una buena oportunidad para que sigamos este camino.
Mientras la lacra burocrática persista, los trabajadores tendrán que organizarse desde abajo, en asambleas autoconvocadas y comisiones de fábricas que puedan superar, en los hechos, a la burocracia sindical. La fuerza de la lucha de los trabajadores autoconvocados y el temor que inculcaron en los capitalistas y su gobierno se demostró en los importantes acontecimientos en Misiones en mayo.
¡Por Asambleas de todos los trabajadores que definan democráticamente un plan de lucha hasta derrotar al gobierno hambreador!
¡Por la huelga general!
¡Por un Gobierno de Trabajadores!