Desde la Corriente Socialista Militante (CMI-Argentina), repudiamos la cobarde represión a los trabajadores y trabajadoras del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), que se movilizaron ayer contra 97 despidos en la planta Fate, cuyo dueño es uno de los empresarios más ricos del país, Javier Madanes Quintanilla.
Los obreros de Fate se movilizaron, junto a sus compañeros de Pirelli y Bridgestone, a la Plaza de los Dos Congresos y a la Secretaría de Trabajo de la sede Callao. La medida de lucha se daba en el marco de una nueva audiencia entre representantes de la empresa y del gremio, y fue acompañada por organizaciones sindicales, políticas, estudiantiles, de jubilados y asambleas barriales, que también vienen sufriendo y organizándose contra el brutal ajuste de Milei y los capitalistas.
La movilización fue atacada con un desproporcionado operativo represivo de la Policía Federal, que con hidrantes, gases y escudos, intentó impedir la manifestación pegando palazos y disparando balas de goma. Fue la firme determinación de los trabajadores la que logró cumplir con la acción de protesta frente a la Secretaría.
La actitud cobarde de la Policía fue de tal magnitud que incluso retuvieron en los micros a los trabajadores cuando disponían a retirarse a sus hogares, ya que muchos de ellos debían ingresar a trabajar en el turno noche. Incluso, tras la represión, detuvieron a un trabajador fletero que transportaba las banderas del sindicato.
La violencia desproporcionada está calculada para infundir miedo en la clase obrera y quebrar su voluntad de luchar contra los planes de la clase dominante, que hoy se apoya en Milei para llevar adelante una política de saqueo contra las familias trabajadoras y la juventud.
También recae la responsabilidad, ante la represión, en los jefes sindicales de la CGT, la CTA y la UTEP, que no movilizan y aíslan a las organizaciones que luchan, facilitando el ataque de la policía contra los trabajadores.
La angustiante y desesperante situación de los despedidos de Fate es la misma que hoy están sufriendo miles y miles de trabajadores y trabajadoras a lo largo y ancho del país. Solo en el primer trimestre del año se cerraron 275.000 cuentas sueldo.
La combinación de despidos con recesión se está convirtiendo en una amarga pesadilla para las familias obreras. Estamos ante despidos masivos en el sector público y privado. La actividad económica se encuentra en caída libre, al igual que el consumo. Crece la pobreza y la indigencia.
Ante esto, la respuesta del Gobierno es incrementar la represión, como vimos el 25 de mayo cuando la policía de Córdoba disparó balas de goma y lanzó gases lacrimógenos contra los trabajadores que protestaban ante la presencia de Milei en la provincia.
Es por esto que resulta indispensable poner en pie un frente único que, de manera democrática, se dé la tarea de organizar grupos de autodefensa en las calles. Es nuestro deber organizarnos y luchar para proteger la integridad física de nuestros compañeros y compañeras frente a la represión indiscriminada del Estado.
A la reacción, el ajuste y la represión solo los derrotaremos en las calles a través de la lucha de clases.
¡Basta de represión, organicemos la autodefensa!
¡Reincorporación inmediata de todos los despedidos!
¡Basta de despidos en todo el movimiento obrero!
¡Reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores, sin afectar el salario!
¡Abajo la Ley Bases y el Gobierno del hambre!
¡Ocupemos los lugares de trabajo que suspendan, despidan o cierren!
¡Por la Huelga General!
¡Por un Gobierno de Trabajadores!