En nuestro artículo reciente sobre la lucha del sindicato United Auto Workers (UAW) para mejorar las condiciones de su convenio, dijimos que sería una gran prueba para Shawn Fain y la nueva dirección del UAW. Explicamos que la pregunta clave sería si los nuevos dirigentes sindicales intentarían dirigir una lucha dentro de los límites de lo que es aceptable para el sistema capitalista, o si desafiarían el mismo sistema que exige salarios y condiciones de pobreza. La huelga de brazos caídos en Flint de 1936-1937 y otras ocupaciones de plantas fruto de la lucha de clases lanzaron el guante a los dueños de las compañías: ¿quién dirige realmente la fábrica: los trabajadores o los propietarios?
Desde que se publicó nuestro artículo, el UAW ha emprendido una huelga limitada, y el propio Fain lanzó lo que, según él, sería la respuesta de esta generación a la táctica de huelga de brazos caídos de la década de 1930: una “huelga de resistencia» [Stand Up Strike, en inglés, NdT]. A las 0:01 am del viernes 15 de septiembre de 2023, el UAW convocó huelga en tres de las grandes ensambladoras de automóviles en Estados Unidos: Wentzville (GM) en Missouri; Toledo, Ohio (Stellantis); y la planta de Michigan (Ford). Estas tres huelgas involucran a alrededor de 12.700 trabajadores, menos del 10% de la afiliación de los trabajadores automotrices del UAW.
¿Que sigan adivinando?
El presidente del sindicato, Fain, ha dicho que en lugar de que todos los trabajadores automotrices se pongan en huelga, los líderes sindicales elegirían qué plantas en particular irían a la huelga en un momento dado. Afirma que esto mantendría a las “tres grandes” [ensambladoras de automóviles] adivinando qué plantas serían las siguientes.
Creemos que esta táctica tiene muchas debilidades graves. Para empezar, tal vez las “tres grandes” no sepan exactamente qué está pasando, pero muchos miembros del UAW también están confundidos. Hay ocasiones en las que el elemento sorpresa puede ayudar a ganar una batalla, pero ¿es éste un buen ejemplo? Cuando tus propias fuerzas están desorientadas, sólo se puede dañar la moral y debilitar la resolución.
En segundo lugar, la única manera de ganar una huelga es detener la producción. Esta es la única manera de impedir que los capitalistas obtengan nueva plusvalía, que es de donde se originan las ganancias. Si el conjunto de los trabajadores sindicalizados en el UAW se declarara en huelga, los trabajadores tendrían claro qué están haciendo y se crearía un verdadero sentido de solidaridad. Al cerrar toda la producción, se impediría a las compañías acumular inventarios, que podrían utilizar para sobrevivir a los trabajadores en una huelga más larga. Con el alcance limitado de la huelga del “Stand Up”, las “tres grandes” pueden mantener la producción y aumentar el inventario mientras sólo tres plantas están fuera de servicio.
Finalmente, ganar una huelga depende de construir la máxima unidad de los trabajadores. ¡Este es el poder de la unión! Si algunas plantas están en huelga y otras no, las empresas explotarán la posible división dentro de la fuerza laboral. Algunos trabajadores reciben su salario completo, más horas extras, mientras que otros sólo reciben el pago de la huelga.
Recordemos que el 97% de los miembros del UAW votaron a favor de autorizar una huelga. Con un poderoso ejército proletario preparado y listo para luchar, ¿por qué enviar sólo unos pocos batallones a la vez? Es mucho mejor dejar que todos sepan exactamente qué está pasando (un cierre total de la producción ) que “dejar que adivinen”.
Hay una alternativa para la dirección del UAW
Los trabajadores de la industria automotriz pueden obtener una victoria convincente, pero no deberían tomar esta lucha a la ligera. Las últimas décadas muestran que la clase capitalista estadounidense no se rendirá a menos que se enfrente a una clase trabajadora que muestre su poder real. Las leyes económicas del sistema capitalista exigen de la patronal la presión a los trabajadores para que trabajen más por menos; no es una elección, es simplemente la forma en que funciona este sistema. La huelga de Flint en la década de 1930 fue llevada a cabo por trabajadores decididos a vencer al enemigo de clase contra viento y marea. Se enfrentaron a policías armados, matones de la empresa y a la Guardia Nacional.
El UAW podría paralizar todas las operaciones de los tres gigantes del automóvil. También pueden pedir ayuda en esta batalla a la clase trabajadora en general y al movimiento sindical en su conjunto. Pueden extender la lucha a sectores no sindicalizados de la industria automotriz, invitándolos a organizarse con el UAW, para también poder obtener pensiones, salarios más altos y mejores condiciones laborales. Se pueden organizar piquetes y manifestaciones masivas con otros trabajadores en huelga: guionistas y actores, SAG-AFTRA, Amazon, Starbucks y muchos otros.
El UAW también puede declarar públicamente que no sólo se negarán a dejarse intimidar por las leyes antisindicales, sino que, si cualquiera de estas leyes se utiliza en su contra, convocarán y organizarán una reunión nacional del movimiento sindical para presentar candidatos sindicales independientes en las elecciones del próximo año. Esto cambiaría completamente la política en Estados Unidos. Los sindicatos independientes organizarían a los trabajadores para luchar tanto contra los Demócratas como contra los Republicanos, que son extremadamente impopulares, pero no tienen una competencia real.
No hay ayuda proveniente de Biden o de Trump
A medida que se acerca el año electoral, los dos partidos principales están interviniendo cínicamente para ganar votos.
Biden, quien se ha autoproclamado “el presidente más pro-sindical de la historia de Estados Unidos”, se ha negado a respaldar la huelga. En lugar de ello, expresó esperanzas de un acuerdo en el que todos salieran ganando y formuló concesiones legalistas al “derecho” de huelga de los trabajadores automotrices. Uno podría preguntarse dónde estaba ese “derecho” cuando él y los Demócratas ilegalizaron una inminente huelga ferroviaria el año pasado. Lejos de actuar contra la patronal, él y el resto de su partido utilizan su control del gobierno para obligar a los huelguistas a regresar al trabajo y derrotar cualquier intento de los trabajadores de recortar las ganancias corporativas.
Trump, por su parte, advierte a los trabajadores automotrices que hacer huelga para obligar a los tres gigantes del automóvil a mejorar los salarios y los beneficios simplemente conducirá al cierre de sus plantas y a que la producción se traslade al extranjero para explotar fuentes más baratas de mano de obra. El mensaje de Trump a los trabajadores automotrices es claro: dejen de pelear, acepten lo que les den las empresas y agradezcan que no sea peor.
¿Dónde está el liderazgo político que apoye plenamente los esfuerzos de los trabajadores para defender nuestros medios de vida contra la carrera hacia el abismo provocada por la crisis del sistema? Ese partido aún no se ha construido, pero ya existen todos los requisitos previos necesarios.
Una oportunidad histórica
Pequeños grupos de trabajadores comunistas y socialistas se unieron para construir el UAW contra todo pronóstico hace un siglo, y lo lograron. Los trabajadores estamos hoy en una posición mucho más fuerte para organizar nuestro poder colectivo que nuestros predecesores en la década de 1930. Lo que falta es una dirección clasista audaz y decisiva. Más que palabras, los trabajadores necesitan liderazgo decisivo comprometido con tácticas de lucha de clases que golpeen al único lugar que realmente daña a los patrones: sus bolsillos.
Los líderes del UAW tienen ante ellos una oportunidad histórica. Una victoria del UAW impactaría en todo el movimiento sindical. Todos los trabajadores que reconocen esta oportunidad y desean aprovecharla deben organizarse juntos, y los invitamos a unirse a los comunistas de la CMI para ayudarnos a llevar estas ideas al movimiento sindical.