La revolución andina entra en una etapa decisiva

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En Bolivia, la única manera de responder a las provocaciones contrarrevolucionarias de la oligarquía es mediante la movilización de los trabajadores y campesinos. Así lo han entendido las masas, que han comenzando a tomar la situación en sus propiasmanos. En Ecuador, ahora la pelota está en la cancha de Correa, quien será puesto a prueba por las masas. La elaboración de una nueva Constitución en la AC no resolverá por sí misma los problemas de las masas. Lo que se necesita es llevar adelante una traa transformación revolucionaria de la sociedad, decretando la nacionalización de los monopolios, los bancos y la tierra, bajo el control democrático de los trabajadores y campesinos, con su participación activa en estas medidas.

Bolivia y Ecuador

UN AÑO DEL GOBIERNO DE MORALES: LAS MASAS PASAN A LA OFENSIVA

El primer año del gobierno de Morales, vio crecer la polarización social. Su victoria electoral fue un subproducto de la lucha revolucionaria de los trabajadores y campesinos. Y también fue un voto a favor de la llamada Agenda de Octubre, que incluía la nacionalización de los hidrocarburos, la reforma agraria, juzgar a Sánchez de Lozada y convocar una Asamblea Constituyente.
El gobierno intenta avanzar en algunos de estos temas, mientras procura conciliar con la oligarquía y las multinacionales.
Así ocurrió con la nacionalización de los hidrocarburos. Aunque fue una medida parcial que no implicaba la expropiación de las multinacionales, éstas reaccionaron con una presión despiadada. El intento de aplicar una reforma agraria limitada que sólo incluye "latifundios improductivos" y la distribución de algunas tierras del Estado, provocó una respuesta furiosa de los terratenientes, que organizaron grupos paramilitares para defender sus propiedades.
El conflicto minero por la explotación de yacimientos entre cooperativistas (algunos vinculados a multinacionales mineras) y los mineros de la estatal COMIBOL terminó en un acuerdo precario, con la estatización de algunas minas y el pase de 4.000 cooperativistas mineros a COMIBOL.
Con relación a la Asamblea Constituyente, se alcanzó un acuerdo con la oposición para que limitara sus demandas de "autonomía" (reivindicación reaccionaria que prepara la futura secesión de Bolivia de las provincias ricas gobernadas por la oligarquía para garantizar el saqueo de sus recursos naturales por las multinacionales), a cambio de volver a la mayoría de dos tercios para aprobar los artículos de la futura Constitución. En la Asamblea Constituyente el MAS sólo tiene poco más del 50%.
Todas estas vacilaciones animan a la derecha y siembran la confusión entre las masas. Reflejan, dentro del gobierno, las presionesde clase opuestas en su interior. Un ala del gobierno refleja las presiones de las bases; y otra ala, representada por el Vicepresidente García Linera, refleja las de la burguesía. Así, éste se jactaba diciendo: ”en este año no hubo una sola medida que haya afectado a las clases medias, e incluso a las clases altas de Bolivia” (Clarín, 25 febrero).
La única manera de responder a las provocaciones contrarrevolucionarias de la oligarquía es mediante la movilización de los trabajadores y campesinos. Así lo han entendido las masas, que han comenzando a tomar la situación en sus propias manos.
En enero, una insurreción popular tumbó al prefecto del departamento de Cochabamba, Reyes Villa, que apoyó la demanda de la "autonomía" de la oligarquía. Pese a la dura represión con dos campesinos asesinados y decenas de heridos, Reyes Villa huyó, y se estableció un gobierno departamental formado por delegados de 15 organizaciones. Pero lejos de apoyar esto, el gobierno del MAS hizo un llamamiento a Reyes Villa y a las organizaciones sociales para que “se sentaran alrededor de la mesa y acercaran sus posiciones mediante el diálogo". Hace semanas, los pobladores de la ciudad sureña de Camiri tomaron un campo de gas exigiendo su nacionalización. La reciente decisión de nacionalizar sin indemnización la siderúrgica VINTO, privatizada por Sánchez de Losada, refleja estas presiones y muestra el camino correcto.
Cualquier vacilación y compromiso con la oligarquía sólo sembrarán la confusión y la desilusión en el movimiento de masas, y animará a la oligarquía a pasar a la ofensiva, como demuestra claramente toda la experiencia de los últimos 12 meses.

ECUADOR: LAS MASAS IMPONEN LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

La proclamación de Rafael Correa como Presidente es un cambio cualitativo en la situación. Correa ha presentado un programa radical de reformas, como desmantelar la base militar de EEUU, no firmar el Tratado de Libre Comercio con EEUU, y convocar una Asamblea Constituyente (AC). También declaró su apoyo al proyecto del "Socialismo del Siglo XXI" defendido por Chávez. Esto demuestra el impacto profundo que está teniendo la revolución venezolana en todo el continente.
En un primer momento, la oligarquía intentó maniobrar en el Congreso para evitar la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Pero, con un certero instinto revolucionario, las masas rodearon y asaltaron el Congreso, obligando a los políticos burgueses a decretar su convocatoria.
Ahora la pelota está en la cancha de Correa, quien será puesto a prueba por las masas. La elaboración de una nueva Constitución en la AC no resolverá por sí misma los problemas de las masas. Lo que se necesita es llevar adelante una transformación revolucionaria de la sociedad, decretando la nacionalización de los monopolios, los bancos y la tierra, bajo el control democrático de los trabajadores y campesinos, con su participación activa en estas medidas.
Igualmente, se establecerá una lucha paralela contra los burócratas y reformistas que, dentro del gobierno de Correa, intentarán obstaculizar el avance de la revolución, intentando conciliar con la oligarquía y el imperialismo de EEUU.
Por eso es necesario que las organizaciones obreras y campesinas tomen la iniciativa de impulsar desde abajo medidas revolucionarias y socialistas para acelerar el proceso hasta su conclusión final.