Para analizar el resultado de estas elecciones y sacar las conclusiones que se derivan de las mismas necesitamos tener en cuenta el contexto político y social que vive el país. La situación política se caracteriza por la división y el enfrentamiento en el seno de la clase dominante, como un reflejo de la aguda crisis del capitalismo argentino y del ambiente profundo de malestar y bronca de amplios sectores de las familias trabajadoras. Para analizar el resultado de estas elecciones y sacar las conclusiones que se derivan de las mismas necesitamos tener en cuenta el contexto político y social que vive el país.
La situación política se caracteriza por la división y el enfrentamiento en el seno de la clase dominante, como un reflejo de la aguda crisis del capitalismo argentino y del ambiente profundo de malestar y bronca de amplios sectores de las familias trabajadoras.
Kirchner necesita por ahora apoyarse en las masas con discursos "izquierdistas" y conceder algunas reformas para dotarse de una cierta base en la sociedad. De esta manera procura sujetar concientemente a las masas en torno suyo para que no vayan más allá de ciertos límites, inundándolas con promesas futuras mientras intenta salvar al capitalismo argentino de sus contradicciones.
Sin embargo, sectores importantes de la clase dominante temen que esta política lo pueda llevar demasiado lejos y que no sea capaz de frenar a las masas en un futuro, particularmente en momentos de aguda crisis social. Esto explica los recientes enfrentamientos en el seno del gobierno entre el Vicepresidente Scioli y Kirchner, y las tensiones calladas entre éste último y Duhalde.
Las elecciones en Capital
La victoria de Aníbal Ibarra sobre Mauricio Macri en las elecciones a la Jefatura de Gobierno de la Capital tiene una gran significación política. A pesar de que Ibarra es un político pequeñoburgués que no despierta entusiasmo entre la población, el apoyo que recibió en el Ballottage del 14 de septiembre expresó el rechazo instintivo de cientos de miles de trabajadores, jóvenes y sectores importantes de las clases medias hacia la clase capitalista rapaz que representa Macri, y a la que responsabilizan de la pesadilla que se instaló en la vida de millones de familias trabajadoras en los últimos años. Ibarra le sacó a Macri 7 puntos de diferencia. El apoyo de Kirchner a Ibarra resultó vital para obtener este resultado, dada la autoridad que Kirchner mantiene entre las masas. Y lo hizo porque necesitaba aumentar sus puntos políticos de apoyo, enfrentado al aparato del PJ que apostó por Macri.
Sectores importantes de la clase dominante apostaron al triunfo de Macri para que sirviera de contrapeso a la figura del presidente. Calculadamente, pensaban que un triunfo de un candidato "derechista" en la capital del país podía ser convenientemente utilizado ante la opinión pública para hacer ver que un sector de la población estaba cansada de los "excesos" del presidente Kirchner y de que convendría que éste se "moderase". Pero calcularon mal el ambiente entre las masas.
El triunfo del peronismo en la provincia
En las elecciones de la provincia se elegían Gobernador, legisladores provinciales, diputados al Congreso e intendentes. La participación no fue muy alta, un 69%. Pero lo más llamativo fue la enorme volatilidad del voto con respecto a las elecciones presidenciales de abril, reflejo de la inestabilidad política y del ambiente cambiante de la población, particularmente de la pequeña burguesía. También es de resaltar el voto "bronca", expresado en los votos blancos y nulos, que llegó al 14%-16%, en torno a un millón de votos, lo que expresa la falta de alternativas para un sector importante de las masas.
El PJ obtuvo el apoyo mayoritario tanto en la elección de Solá como gobernador (el 43,3% de los votos) como en la lista de diputados nacionales (el 40,7%), donde sacaron 240.000 votos menos por la presencia de elementos como Ruckauf o Graciela Camaño vinculados a lo más podrido del peronismo, aunque la mayoría de la gente no sigue la política cotidiana a través de los diarios e ignoraba la inclusión de estos elementos en las listas del PJ. Con 2,5 millones de votos para Solá, el PJ sacó medio millón de votos menos que en las elecciones legislativas de octubre del 2001. Aún así recuperó las intendencias de localidades importantes, particularmente del conurbano bonaerense, y obtuvo 19 de las 35 bancas de diputados.
Kirchner estuvo muy activo en la campaña del PJ y esto influyó decisivamente en los resultados. Los análisis que insisten en asignar a Duhalde el mérito principal por el triunfo del PJ en la provincia no resisten un análisis serio. Estas elecciones fueron vistas por los trabajadores como un plebiscito donde mostrar el apoyo al gobierno de Kirchner, al que vinculaban con la candidatura del PJ, en la medida que no percibían una alternativa de clase con la que identificarse.
Los otros partidos
No sorprende la cantidad de votos recibidos por Patti y Rico, poco más 1,3 millones, ya que eran los únicos nombres que sonaban continuamente en los medios de comunicación, además de Solá. En conjunto sacaron la misma cifra de votos que Menem en las elecciones de abril en la provincia, e igualmente corresponden a una mezcla de sectores de capas medias reaccionarias, trabajadores políticamente atrasados y voto clientelista procedente de elementos desclasados de las zonas más deprimidas de la provincia.
El "salto" de los radicales del 1,1% en las presidenciales de abril al 8%-10% ahora, se debe a la elección simultánea de intendentes en la provincia, donde la UCR conservaba el control de muchos municipios y donde la personalidad de cada intendente juega un papel importante. De todas maneras la mayor parte de estos votos fueron obtenidos en el interior de la provincia, políticamente más atrasado, mientras que en el Gran Buenos Aires y las zonas obreras la UCR sacó menos votos que la izquierda.
La volatilidad de las capas medias explica el desplome del ARI y de RECREAR, de López Murphy. El ARI perdió la mitad de los votos de abril (medio millón) y RECREAR, 800.000, ¡el 80%!. Esto demuestra lo endeble del apoyo de masas a estos partidos.
Kirchner y Duhalde
Duhalde, un político burgués astuto vinculado a la clase dominante, quiere impedir que Kirchner tome el control del aparato y del grupo parlamentario peronista. Pretende someterlo a un estrecho control para limitarle su poder de maniobra. Kirchner, por su parte, necesita tener un espacio político propio, de ahí que intente zafar del control del aparato político del PJ bonaerense y establecer aliados por dentro y por fuera del peronismo. Ambos libran una batalla sorda para hacerse elegir diputados afines en diferentes provincias. Esto anuncia divisiones serias en la bancada peronista en temas clave en los próximos meses.
Superficialmente, las relaciones entre Kirchner y Duhalde parecen cordiales. Pero sólo superficialmente. Ambos se necesitan mutuamente por el momento. Duhalde sabe que para ser aceptado por las masas debe aparecer públicamente junto a Kirchner sin fisuras. Kirchner, por su parte, necesitó estos primeros meses del apoyo político del aparato peronista para sacar adelante su programa de gobierno. Ambos son conscientes, y temen, que una guerra civil abierta por el control del peronismo puede provocar una escisión en el movimiento y una crisis política severa en la Argentina. Por ahora la pelea se desarrolla entre bastidores, pero pronto saldrá a la superficie de manera abrupta.