Junto a la discusión del presupuesto del Estado para 2007, gobierno y empresarios están poniendo toda la presión para limitar los reclamos salariales el año que viene. Pretenden fijar arbitrariamente una inflación del 11% para forzar un tope salarial del 13%. Junto a la discusión del presupuesto del Estado para 2007, gobierno y empresarios están poniendo toda la presión para limitar los reclamos salariales el año que viene. Pretenden fijar arbitrariamente una inflación del 11% para forzar un tope salarial del 13%.
Las familias obreras sabemos que la inflación "oficial" subestima descaradamente la inflación real, muchísimo mayor en los productos de consumo básico.
Así, mientras que la inflación "oficial" fue del 0,9% en octubre, un relevamiento de la asociación "Consumidor Libre", sobre 38 productos básicos, registró un aumento del 7,8% ¡sólo en el mes de octubre! Según este informe, en octubre el aceite subió un 5,20%, el arroz un 12,33%, el agua mineral un 14,66%, las gaseosas un 3,18%, los fideos un 19,77%, el jabón en polvo un 13,37% y el jamón un 11,23% (Clarín, 3 de noviembre de 2006).
Ahora, gobierno y empresarios volvieron a reeditar el fraude de los "acuerdos de precios", congelando supuestamente un rango limitado de productos de consumo (que apenas se ofertan en los comercios), mientras suben a voluntad el resto. Por eso debemos rechazar esta maniobra de empresarios y gobierno que sólo tiene por objeto chantajear a los trabajadores y depositar sobre nosotros la responsabilidad por el aumento de los precios, con la excusa de que los aumentos salariales disparan los costos.
La realidad es que los trabajadores exigen aumento de salario sólo después de que aumentan los precios. La participación de los salarios sobre la riqueza nacional no ha hecho más que caer en las últimas décadas, desde un 50% en 1974, a un 32% en el 2001, hasta llegar a un escandaloso 24% actualmente. Ya es hora de que la única clase realmente productora de la sociedad, los trabajadores, vivamos en condiciones dignas, y no llegar al punto de tener que trabajar por un plato de comida, que es la situación a que nos condenan en esta sociedad capitalista.
¡Ningún tope salarial!
¡Por un salario equivalente a la canasta familiar de $2000!
