El pasado 20 de julio falleció en Londres nuestro camarada Ted Grant, a la edad de 93 años. La muerte del camarada Ted representa para los marxistas de todo el mundo una gran pérdida. Ted era un gigante, un revolucionario insobornable que dedicó toda su vida a la causa del proletariado, a la revolución socialista mundial y a la construcción de las fuerzas que la hicieran posible.
Ted Grant, comenzó su militancia política en el Partido Comunista sudafricano en 1928, a los 15 años de edad, y en 1929 adhirió a la Oposición de Izquierda Internacional, creada por León Trotsky para luchar contra la degeneración burocrática de la URSS y de la Internacional Comunista. Ted fue el último representante vivo de una generación excepcional, una generación de gigantes revolucionarios que lucharon bajo la bandera de León Trotsky y que salvaron el honor de la Revolución de Octubre, que preservaron su herencia y la mantuvieron intacta e inmaculada para la nueva generación.
Somos perfectamente conscientes del enorme aporte que nuestro camarada Ted Grant ha realizado al arsenal teórico del marxismo en momentos decisivos y trascendentales. Fue el genuino continuador de la obra teórica y práctica de ese gran mártir del proletariado mundial, León Trotsky. Como su maestro, Ted Grant educó a una nueva generación de revolucionarios en las ideas del marxismo frente a todo tipo de adversidades, y su profundidad teórica fue el arma más importante para luchar contra las tendencias revisionistas y ultraizquierdistas en el movimiento trotskista tras la 2ª Guerra Mundial.
Con su tenacidad, fruto de su confianza en la capacidad revolucionaria de los trabajadores, Ted logró reagrupar las fuerzas que dieron lugar posteriormente a lo que hoy es la Corriente Marxista Internacional (CMI) de la que la Corriente Socialista El Militante forma parte. Sin su tremenda contribución nunca hubiera sido posible para la CMI haber alcanzado los grandes logros del momento presente.
Su coraje, su conocimiento de la teoría marxista, la audacia que desplegó en todas las situaciones por más difíciles que fueran y, por supuesto, su excelente sentido del humor, fueron una escuela extraordinaria para la formación de toda una generación de revolucionarios.
Todo el dolor que hoy sentimos por la muerte de Ted Grant tiene que servir para redoblar nuestros esfuerzos y compromisos en la construcción del Partido Mundial de la Revolución. Sabemos que el mejor tributo a Ted es continuar su obra con todas nuestras fuerzas, pues toda su dedicación a la causa de la liberación de los trabajadores está viva en la voluntad de cada uno de nosotros.
Ted Grant ha muerto pero sus ideas siguen vivas en todos los trabajadores y jóvenes conscientes del mundo. Continuaremos su obra de la única manera que merece la pena ¡Asegurando el triunfo de la revolución socialista mundial!