Frente electoral de izquierda: Se perdió otra oportunidad

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Lamentablemente, una vez más, las direcciones de los grupos de izquierda más relevantes demostraron su incapacidad para ponerse a la altura de las circunstancias frente a los desafíos que va imponiendo la realidad de la lucha de clases. El Frente deIzquierda tan mentado y discutido entre los sectores más avanzados de la clase obrera y la juventud, que honestamente esperaban verlo hecho realidad por una vez, parece haber sido para algunos sólo una excusa para ganar tiempo mientras se pensaba en las elas elecciones de Octubre como una carrera en la cual largar en la mejor posición, de manera mezquina y estrecha. Un desprecio a las expectativas creadas

Lamentablemente, una vez más, las direcciones de los grupos de izquierda más relevantes demostraron su incapacidad para ponerse a la altura de las circunstancias frente a los desafíos que va imponiendo la realidad de la lucha de clases.

El Frente de Izquierda tan mentado y discutido entre los sectores más avanzados de la clase obrera y la juventud, que honestamente esperaban verlo hecho realidad por una vez, parece haber sido para algunos sólo una excusa para ganar tiempo mientras se pensaba en las elecciones de Octubre como una carrera en la cual largar en la mejor posición, de manera mezquina y estrecha.

Y eso pese a que asistimos a un sostenido y creciente auge de las luchas obreras y de un fenómeno que se está conociendo entre sectores de vanguardia como el "nuevo clasismo". Un fenómeno que, como el conflicto del Garrahan, está crispando los nervios políticos del gobierno Kirchner, y que debería haber servido de estímulo e inspiración para aunar esfuerzos en pos de ofrecer un alternativa de izquierda lo más unitaria posible.

Algunos, como la dirección del PC y la dirección del MST, buscaron refugio electoral en personalidades aisladas (Alicia Castro y otras) o de controvertido bagaje político (Mario Cafiero), y de paso rompieron Izquierda Unida. Otros, como la dirección del PO, se dedicaron a agitar por algo que no estaban dispuestos a concretar en los hechos; esto es: vincular una campaña seria por un Frente de Izquierda a una clara posición de Frente Único en las importantes luchas que hoy están dando importantes sectores de trabajadores, e interviniendo en ese mismo sentido en las instancias que éstos se están dando (como la Corriente Sindical).

Experiencias como el conflicto de los trabajadores del Hospital Garrahan, que ha generado un apoyo unánime de todos los grupos de izquierda, organizaciones sociales y de desocupados, demuestran que era posible.

No aceptamos el chantaje

Desde la Corriente Socialista de El Militante pensamos que no es aceptable someter a la militancia socialista y revolucionaria ni a la gran periferia de trabajadores y jóvenes avanzados, de activistas sociales y populares, que conforman la izquierda argentina, al chantaje de tener que elegir por una u otra opción electoral de izquierda, cuando podían haber acordado una lista única con un programa común, y cuando los intereses supremos de la clase obrera y del resto de capas oprimidas exigían la necesidad impostergable de un genuino Frente Único de Izquierda para desnudar la demagogia y falta de alternativas de las distintas ofertas electorales burguesas y antiobreras.

Es verdad que la condición para que tal Frente electoral se conformara y se convirtiera en un polo de referencia significativo para miles de activistas y trabajadores es que previamente se hubiera conformado un verdadero Frente Único genuino en todas las luchas y todas las instancias de organización que la clase obrera va conformando, con métodos de funcionamiento e intervención honestos y democráticos, alejados del sectarismo y del ultraizquierdismo. La ausencia de esto último inevitablemente condenaba a muerte, o convertía en la mayor de las hipocresías, cualquier tentativa de avanzar en un frente electoral de la izquierda.

El espectáculo que vemos ahora no puede ser menos edificante: desde los grupos más relevantes hasta los grupitos más insignificantes, se dedicaron a montar cada uno su sello electoral que, en un despilfarro de medios, sacrificios y esfuerzos, en general, pasarán desapercibidos para millones de trabajadores.

En esta situación, inevitablemente el voto de la militancia y la periferia de izquierda se dividirá entre diferentes listas, y a nosotros sólo nos deja la opción de hacer un llamado general para votar críticamente a la izquierda, sin comprometernos con ninguna lista específica.

Sacar lecciones

Esto, desde ya, es muy poco para las expectativas de los activistas, de los militantes de los grupos de izquierda, de miles de trabajadores que empiezan a luchar, a organizarse sindicalmente, y que empiezan a preguntarse incisivamente cuál es la herramienta política para dar la lucha política contra el orden capitalista, para acabar con la explotación del hombre por el hombre.

Sin embargo somos optimistas, ya que podemos ver que los sectores más avanzados de los activistas, militantes y los nuevos dirigentes sindicales, van haciendo una experiencia incluso desde la aproximación, desde la prueba y el error, desde justos balances, desde métodos sanos y de verdadera democracia obrera.

Y desde allí creemos que es hora de plantearse seriamente la construcción de un verdadero partido obrero de masas, basado en la experiencia de la lucha sindical clasista y antiburocrática -y por ende en los sindicatos recuperados que esa lucha vaya dando-, con métodos democráticos que permitan intervenir de cara a las amplias masas de trabajadores, sin sectarismo, con un programa socialista, que tenga como claro norte la transformación socialista en Argentina e internacionalmente. En este camino comprometemos nuestros máximos esfuerzos los compañeros de la corriente socialista de El Militante.