8M: Por un movimiento de mujeres anticapitalista y revolucionario

Volante que estaremos repartiendo, las compañeras y compañeros de la Corriente Socialista Militante, este 8 de marzo en las movilizaciones por el el Día Internacional de la Mujer Trabajadora 2023.


Uno de las mayores acontecimientos políticos y sociales de los últimos años es la presencia masiva de las mujeres, de las lesbianas, trans y travestis en las calles de nuestro país, de nuestro continente y a nivel mundial, reclamando por el fin de los femicidios, también de los crímenes contra lesbianas, trans y travestis que suman a su feminización la disidencia respecto de la heteronorma, con horribles consecuencias del caso, en cuanto al odio y la estigmatización.

Esta violencia asesina se funda en una violencia social que organiza la explotación doméstica, económica, política y social de las mujeres y las personas feminizadas.

Las extensas movilizaciones de los pasados 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, muestra, de una parte, la enorme potencia política de ese movimiento, y, de otra, los límites criminales que el capitalismo y sus formas de existencia cultural y social ponen a las aspiraciones de igualdad, plenitud de derechos, vida digna, justicia y libertad para las mujeres.

Cada año aumenta el número de los femicidios y crímenes de odio, de modo constante se suman los hechos de violencia hacia las niñas, se acrecienta la trata de personas, siendo las mujeres pobres las más afectadas por este horroroso comercio. Las consecuencias de una crisis en el capitalismo local y mundial que parece no tener fondo, son sufridas por los y las trabajadores y trabajadoras, por los y las explotadas del mundo, pero son las mujeres las que llevan sobre sus espaldas los mayores índices de opresión en sus condiciones de trabajo y de existencia, las que viven en mayor medida la privación de los derechos elementales, como la educación, la salud, y la vivienda.

En el marco de un sistema de justicia corrupto, venal y machista, genuflexo ante los poderes fácticos, los derechos de las mujeres sufren ataques incalificables, con frecuencia femicidios, violaciones y abusos permanecen impunes, y, nuevamente, son las mujeres y las niñas de los sectores más empobrecidos quienes soportan las mayores injusticias y violencias.

Es urgente que la lucha de las mujeres se potencie hacia la única posibilidad de terminar con la opresión de la familia patriarcal -que se deriva del surgimiento de la propiedad privada-, su abolición, que en última instancia es la derrota del sistema capitalista que instrumenta la dominación de clases y con ella a todas las formas de violencia, también la que se ejerce contra las mujeres y las personas feminizadas. Es preciso entonces que el movimiento de mujeres camine en una perspectiva revolucionaria, y junto a todos los explotados construya las bases de un mundo sin violencias y con igualdad y libertad sustantivas.

El 8 de marzo nos recuerda la lucha sostenida de las mujeres obreras textiles estadounidenses desde mediados del XIX, su conciencia y solidaridad de clase, y también nos muestra la brutalidad capitalista que provocó cientos de muertes de mujeres trabajadoras en Nueva York, en 1911, en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist.

Fueron justamente mujeres socialistas revolucionarias, como Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, quienes impulsaron la conmemoración de este día en 1910 en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague, atando el destino de las mujeres trabajadoras al derrumbe del capitalismo y la creación de una nueva sociedad.

En palabras de Rosa Luxemburgo “es preciso dar vuelta un mundo”, la lucha de las mujeres es la lucha de clases, es la lucha contra la violencia estructural del sistema capitalista, es el camino hacia una sociedad libre e igualitaria. Una sociedad Socialista.

Volante de la Corriente Marxista Internacional en Argentina