Hace pocas semanas, el embarazo de una niña doce años en la provincia de Jujuy conmocionó al país. La niña que fue violada por un vecino de sesenta años y le fue negado su derecho al aborto. Una niña de origen pobre que tuvo su inocencia y su niñez descuidadas por la irresponsabilidad de un Estado retrógrado, religioso y decadente, que sólo aumenta la polarización de clases y que no se conecta en nada con las necesidades de la clase obrera; por el contrario, descarga en los trabajadores una crisis que fue fabricada por la burguesía
Recientemente, un importante y conocido periódico argentino, publicó un editorial, titulado” “Niñas madres con mayúsculas”; un editorial claramente antiabortista, donde los autores defienden que menores de edad que hayan quedado embarazadas víctimas de abusos, mantengan el embarazo y desarrollen su “instinto maternal”. En un país donde ocurren casi 400.000 abortos clandestinos al año y donde el Ministerio de Salud y el Ministerio de Desarrollo Social están unificados en virtud de un intento de recortar gastos del gobierno, y donde la tasa de violaciones y feminicidios sólo aumenta cada día, la situación llega a ser inhumana.
Este 8 de marzo llega después de una lucha intensa por la legalización del aborto, llega en la recta final del gobierno Cambiemos de Mauricio Macri que fabricó más de un millón de pobres y que fue marcado por huelgas y manifestaciones populares, como la lucha por los derechos de las mujeres, que en el 2016, tras el asesinato de Lucía Perez se conoció como el movimiento #NiUnaMenos; la lucha contra la reforma previsional en 2017; la lucha por el derecho al aborto y la huelga universitaria en 2018; también en ese año, en el mes de septiembre, se realizó uno de los mayores paros generales con casi el 90% de adhesión.
Este 8 de marzo llega también, después de un año en que la inflación cerró el 47,6%, la más alta en 27 años. Para el 2019 el gobierno Macri prevé bajar la inflación al 23%, sin olvidar el acuerdo con el FMI, eso significa degradar aún más las condiciones de vida de la clase obrera. Por ejemplo en el inicio de 2019 el valor de la energía eléctrica y del gas aumentó 55%, sin contar el aumento del 38% en el transporte previsto para este mes de marzo.
Por eso, en este paro del próximo día 8 de marzo es importante recordar, que para la burguesía no existe derecho para las mujeres, no existe niñez, ni solidaridad. Por eso, el 8 de marzo no es sólo un día de lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras, es un día de lucha y de movilización de toda la juventud y de la clase trabajadora, mujeres y hombres. Para luchar contra los ajustes del gobierno Macri y contra el FMI. Nuestros enemigos no son de género o de raza, son de clase, hay que luchar contra este sistema que condena a todos, mujeres, niñas, hombres y niños a la indigencia y la pobreza extrema, y que nos arranca todo lo que nos pertenece, hasta el derecho de decidir sobre nuestros propios cuerpos |