El análisis que ve un conjunto de políticos de la burguesía es que nuestra clase se para en la incertidumbre y en estas condiciones la clase obrera enfrentará la crisis capitalista. Por lo tanto, nuestra tarea como revolucionarios es la de comprender cuales son las condiciones y el terreno en el cual se va a desarrollar la lucha de clases para intervenir y ganar a los mejores hombres y mujeres de la clase trabajadora y la juventud a las ideas del comunismo, es decir de la revolución socialista.
La clase obrera en todo el mundo ha mostrado tener reservas necesarias en las luchas por su supervivencia ante los ataques a las condiciones de vida a la que es sometida. En muchas acciones políticas de masas, la clase obrera sobrepasó a los aparatos de izquierda como lo fue la auto convocatoria docente en Salta, que se replicó posteriormente en Jujuy, para enfrentar la Asamblea Constituyente y las reformas constitucionales. Reformas que hasta el día de hoy continúan siendo repudiadas tanto en Jujuy como también frente al Congreso de la Nación con el acampe y la huelga de hambre de integrantes de pueblos originarios nucleados en el 3° Malón junto a organizaciones sociales. Lejos de sorprendernos, debe llamarnos a la reflexión y a la atención sobre los actores más conscientes de la vanguardia clasista.
Mientras que el capitalismo se muestra como un “monstruo” que todo lo devora, en su fase imperialista, no puede llevar adelante su continuidad sin devorarse a sí mismo. La crisis capitalista mundial empuja a las masas a irrumpir en la escena política ante la magnitud de ajuste en curso.
Sin embargo aparecen candidatos como Milei que claramente quiere dejar al Estado en su mínima expresión, lo cual es un eufemismo para redoblar el ajuste. La burguesía expresa una debilidad a la hora de encontrar su representante para llevar adelante las medidas de ajuste que necesita.
Para el caso de Latinoamérica, los capitalistas han pasado de apoyar a figuras neoliberales o progresistas según sus necesidades políticas, y donde no les sirvió más el progresismo han tutelado golpes institucionales para el recambio de representantes, como paso en Bolivia, Brasil, Perú, etc. Las variantes progresistas siempre fueron, en última instancia, un punto de apoyo del Estado capitalista para desviar los procesos de ascenso de las luchas, y medidas radicalizadas. Como fue el caso en Chile, luego del ascenso de masas de octubre de 2019 donde la clase dominante, ante la ausencia de un partido de izquierda marxista con autoridad de masas, impuso la salida de la reforma constitucional.
Los capitalistas y sus gobiernos, en las últimas elecciones que se desarrollaron a nivel mundial, buscan salidas hacia referentes de ideologías derechistas. Este fenómeno político en ocasiones es acompañado por el voto de sectores de masas. Pero, esto no significa que haya un giro en la conciencia de clase hacia estas ideas. En general este tipo de candidatos consigue su apoyo a través de un discurso aparentemente “anti establishment” Sin embargo, estas variantes de derecha donde ganaron las elecciones, la lucha de clases va en aumento y a medida que pasa el tiempo las mismas se profundizan. La crisis de “representatividad” y la necesidad de llevar adelante un plan de guerra contra la clase obrera es un factor de este fenómeno, que tiene su expresión electoral.
En Argentina la crisis de representatividad también se expresó en las elecciones, con grandes contradicciones que pueden acelerar el proceso de crisis de poder. Los resultados de las PASO han colocado a tres fuerzas políticas partidarias de centro derecha, derecha y extrema derecha como posibles partidos políticos que puedan llegar a disputar la dirección política del Estado. Con la abstención y el voto en blanco como “ganador”.
La primera fuerza política que ganó las elecciones de las PASO, es La Libertad Avanza (LLA), fuerza que se autodenomina Libertaria (por referencia al liberalismo extremo), cabalgando en el desgaste de las figuras políticas de las fuerzas mayoritarias involucradas en el ajuste de los últimos gobiernos.
Si bien es una fuerza sin desarrollo de un aparato nacional, como señalamos, ha logrado canalizar un odio al establishment político con un discurso anti casta y con un programa político económico de ajuste brutal contra la clase obrera, a punto tal que se referencia en su paquetes de medidas económicas con el uso de la motosierra para achicar el gasto público, como la reducción de ministerios o a la dolarización de la economía de la cual finalmente parece haber dado un paso atrás. También se apoya en un fuerte discurso de odio y de exterminio de lo que es la fuerza oficial del Frente de Todos, en particular el kirchnerismo. Logró un 30% del voto positivo y se posiciona como un posible candidato al balotaje.
El peronismo en el Frente de Todos (FdT), ante el agotamiento de sus figuras, como Cristina Kirchner, Alberto Fernández y compañía, ya no poseen referentes fuertes para la burguesía nacional, pero el Peronismo aun juega un factor de apoyo para la clase dominante al momento de la necesidad de una contención de las masas para llevar adelante el ajuste que pide el Fondo.
La presencia del FdT en la convención de Jujuy más allá de haber convalidado la votación de una reforma constitucional anti obrera, que restringe o encapsula la lucha ante el Estado capitalista, cuando se produjo el levantamiento popular jugo un rol importante en apagar la lucha y desviarla hacia canales institucionales y salidas democráticas electorales en carrera a las PASO presidenciales.
El PJ se ha mostrado eficiente en momentos en que la burguesía lo necesitó ante levantamientos populares para llevar adelante una represión sangrienta apoyada en el aparato represivo estatal, tanto de fuerzas militares como policiales, como se vio en las ocupaciones de tierras y los desalojos. También cuenta con el apoyo sindical de una parte de los jefes sindicales, ya que en estos momentos comienzan a dividirse entre los que se agrupan en favor de Milei de LLA (Gerardo Martínez de la UOCRA y Luis Barrionuevo de Gastronómicos) y las centrales mayoritarias como CTA-CGT que aún se encuentran con Sergio Massa.
El Frente de todos, está llevando adelante un juego bastante peligroso, con relación a desatar un fenómeno hiperinflacionario. ¿Por qué decimos esto? No solo por la amenaza de las Leliq, sino por la fuerte intervención estatal en subsidios junto a otras medidas que se anunció en estas semanas en un intento de levantar la actividad económica interna y el consumo. Debemos tener en cuenta que luego de las PASO Massa hizo una devaluación del 22%, y al ser Massa, candidato a presidente por Unión por la Patria (UP) y actual ministro de economía, resta saber si los anuncios le suman puntos en el corto plazo, o las medidas económicas, ante el ajuste que vienen aplicando, no mueven demasiado la aguja.
Podríamos estar ante un caso similar al mito de la piedra de Sísifo, esta acción de subir la roca a la cima es en vano, ya que finalmente no podrán con el peso del sistema, aunque implemente un paquete de medidas diarias tratando de recuperarse, para salir de ese tercer puesto, y posicionarse al balotaje en estas condiciones adversas.
Hasta el momento anunció un aumento del refuerzo mensual para jubilados, suma fija para empleados del sector público y privado, refuerzo para trabajadores de casas particulares, diferimiento en pago del mono tributo, el Pre Viaje 5, un refuerzo en la Tarjeta Alimentar y otro en el Potenciar Trabajo, como la eliminación del Impuesto al salario, la creación de la Facultad de Pilar y de las Madres de Plaza de Mayo. Las fuentes locales de información estiman a través de la consultora dirigida por Marina Dal Poggetto, el gasto llega a $862.496 millones, el equivalente total al 0,46% del PBI.
Juntos por el Cambio (JxC) luego de las PASO logro imponer como candidato a presidente a Patricia Bullrich. Esta alianza política ubicada en una de las variantes de la derecha obtuvo un 28,3%. Por detrás de la extrema derecha de LLA, pero no por mucho margen. Esta facción de JxC, ha dado respaldo al gobernador de Jujuy en su reforma constitucional. Una constitución a medidas de empresarios, saqueadores de recursos naturales y que prevé una plena acción represiva sobre las luchas en curso en defensa de la tierra y los recursos naturales, el salario y las condiciones laborales.
Si bien esta fuerza política en desarrollo económico pareciera menos lesiva en comparación con la brutalidad del plan de gobierno de Javier Milei, al igual que todas las fuerzas lleva adelante la necesidad de una reforma laboral. En cuestión económica esta fuerza política si bien también plantea en cierta medida “achicar el estado”, su planteo principal es la dualidad de la moneda de curso legal: dólar/peso. JxC- UP, coinciden en una cosa, que la próxima presidencia solo podrá gobernar sostenida por un frente de unidad nacional para llevar adelante los planteos y las exigencias que reclama el Fondo Monetario Internacional (FMI), recetas que solo pueden ser aplicadas a fuerza de garrote y mayor miseria.
Por su lado la izquierda se ha presentado en las elecciones fraccionada en tres variantes democratizantes. El FIT-U está constituido por los aparatos más numerosos como PTS, PO, MST y una fuerza minoritaria con poca expresión territorial como la IS, pero no menos importante. Este frente asistió a internas abiertas para dirimir sus candidaturas en dos bloques. Por un lado, PTS-IS y por el otro, PO-MST, Mirian Bregman le ganó a Gabriel Solano, logrando un 2,7%. Una interna que se encuentra lejos de proponer un debate programático hacia la clase obrera.
En el marco de una crisis capitalista histórica, capitalizar las acciones de lucha en la dirección de lograr una mayor cantidad de votos para conseguir representantes en el parlamento, para desde allí impulsar las reformas que necesitan los y las trabajadores y la juventud, es algo que las masas laboriosas no están discutiendo.
El pueblo trabajador, la clase obrera está sumergida en la miseria, pelea día a día contra la burocracia, impulsa acciones aisladas por medio de auto convocatorias buscando emanciparse de la tutela política de la clase capitalista.
Los dirigentes de la izquierda no han llevado siquiera un debate en las perspectivas de desarrollar órganos deliberativos y ejecutivos que impulsen la unificación de las luchas y su coordinación por medio de un congreso obrero, donde a través de la democracia directa o democracia obrera, se impulse un trabajo consciente hacia la huelga general. Esto que señalamos les ha costado un retroceso significativo en el campo electoral y que si no producen un giro de 180°, van a una bancarrota política en términos de ser quienes puedan conducir a la clase obrera hacia la toma del poder.
Se presentó también Política Obrera. Esta fracción política, conformada como tendencia. Uno de los puntos de su ruptura fue la caracterización de la crisis capitalista y que la misma tiene que ser enfrentada por la clase trabajadora en la dirección de una asamblea constituyente soberana y con poder: un “soviet”.
En principios pareciera que se estaría explicando el proceso de la conquista de un gobierno obrero de transición, pero en su plataforma política el partido PolíticaObrera deja ver claramente que su posición, es reformista y electoralista. Por un lado, plantea que la consigna “asamblea constituyente soberana y con poder” solo es posible si la mayoría de los trabajadores la acompañan con su voto para que ésta cobre vida. Un órgano de poder emergido del seno del poder parlamentario de la burguesía. Sorpresivamente vemos un bandazo de 180º, luego de que esta fuerza política no perforara el piso para llegar a las PASO, al producirse un giro en sus consignas volviendo nuevamente al congreso obrero y la huelga general; consigna que había sido abandonada sin un balance conocido, hacia un bandazo anti electoralista o abstencionista. Algunos referentes políticos de Política Obrera, han hecho público su llamado a no acompañar a la izquierda en las elecciones generales, un berrinche infantil izquierdista, señalando al resto de la izquierda como un activo tóxico dentro de la clase obrera.
Sea cual sea el resultado de las elecciones generales, desde la extrema derecha a la izquierda, coinciden que las condiciones sociales son explosivas y que vamos a choques inminentes entre clases. El proceso de lucha de los trabajadores de Jujuy no se ha cerrado, y confirma que es el preludio de lo que avecina al conjunto de la clase obrera. Las masas en Jujuy siguen desarrollando medidas de fuerza como un paro de 24 por la intersindical (agrupamiento de trabajadores estatales), el Malón por la Paz continua la lucha contra la reforma constitucional reaccionaria con acampes en Buenos Aires.
Las limitaciones de la izquierda se deben profundamente al abandono del programa revolucionario y su constante adaptación al régimen burgués y al parlamentarismo, en lugar de marcar y clarificar que este sistema de organización política, social y económica capitalista ha llegado a su fin, que es un régimen caduco y que ya no puede dar nada más para los trabajadores.
Las elecciones en este cuadro de derrumbe capitalista no van a resolver nada, es nuestro deber como revolucionarios, como comunistas, sumar a la experiencia de las masas obreras el análisis científico del marxismo. Ser parte, y en colaboración con los nuevos órganos de acción directa como las asambleas que vayan surgiendo en el seno de la clase obrera, señalar que la organización colectiva es la única que nos permite desarrollar un programa de transición e impulsar a las mismas hacia la acción directa para disputar el poder a la burguesía y así instaurar una nueva legalidad, una nueva sociedad y organización política y económica bajo la dirección de los que vivimos de nuestro trabajo. Estas son las bases para desarrollar una amplia discusión en el movimiento obrero ante la carestía, miseria y explotación sin fin del sistema capitalista que va a seguir más allá de las elecciones.
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