Las bases militares yanquis en Colombia vendrán armadas hasta los dientes con propaganda magnicida
Las bases militares yanquis en Colombia vendrán armadas hasta los dientes con propaganda magnicida
Este es un momento decisivo para los medios comunitarios y alternativos
Tal cual opera el cinismo del imperio norteamericano (pruebas hay a raudales) se ha iniciado una estrategia mediática insolente y extraordinariamente peligrosa. En unas cuantas semanas, en toda Latinoamérica, se desató con furia la amenaza golpista contra las democracias verdaderas y la moraleja monstruosa del gorilismo. Todo financiado y santificado por las oligarquías y sus mass media. No hay país (salvo Cuba) en el que no se repitan, a mañana tarde y noche (y hasta la náusea), las “bondades” de modelo dictatorial ensayado en Honduras y bendecido por el gobierno yanqui. Tsunami de saliva ponzoñosa destilada por “periodistas”, “comunicólogos” y opinólogos amaestrados con la lógica del entreguismo, el consenso de
Ninguna estrategia diplomática derrotará, por sí sola, las ambiciones golpistas que emanan de las perversiones oligárquicas. Sólo la lucha unida y organizada de las masas de trabajadores y campesinos, con sus movilizaciones en las calles, derrotará a los terratenientes, a los banqueros, a los burócratas y a las sectas reformistas… sólo el movimiento de las masas derrotará al imperio si se arma con un programa socialista. Es preciso frenar las ambiciones Imperiales que en Honduras y en Colombia dan aviso de una etapa dura y peligrosa. Es preciso rechazar cualquier tipo de “negociación” con los golpistas, estén donde estén. Es indispensable la radicalización continental de una organización popular que no necesite pedir permisos ni referéndum a ninguna asamblea de diputados corruptos y si muy por el contrario se convierta en asamblea constituyente y continental ella misma. Sólo así podremos frenar, en esta etapa, los delirios de las oligarquías desorbitadas en su degeneración sanguinaria.
Ni desesperados ni cruzados de brazos
Es impostergable derrotar de inmediato esta aventura de la “Guerra de IV Generación” y es fundamental aumentar la confianza en nuestras fuerzas propias. La contrarevolución dictada desde el imperio yanqui es una escuela de formación histórica, política y estratégica para los pueblos. La contrarrevolución, que se diseña desde el Pentágono, se funda en el cinismo de golpes “cívico-militares” con el apoyo de los partidos políticos corruptos en todo el continente y la complicidad obscena de las jerarquías eclesiásticas abrazadas con los monopolios de los mass media. Este es el plan del establishment contra toda expresión democrática de las bases y se disponen a destruirlas a cualquier costo. No están dispuestos a permitir que sobrevivan las luchas emancipadoras sean de donde sean. La única salida para los pueblos es continuar la movilización contra toda forma de golpe de estado en los hechos y en las cabezas. Es preciso animar la organización de comités en cada centro de trabajo, barrio y pueblo. Es preciso llamar a las filas del ejército, a los soldados de cada país que son también parte del pueblo. Trabajar con las ideas y con la divulgación de un plan continental de defensa contra los efectos de la “Guerra de IV Generación”. Debemos blindar la inteligencia, las emociones y la sensibilidad de los pueblos contra la metralla de falsificaciones y distorsiones que ya se cocinan en los laboratorios psicológicos del imperio.