Venezuela: destitución de Elio Sayago

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La destitución de Elio Sayago como presidente Alcasa, promovida por parte de sectores reformistas, principalmente la FBT, viene a presentar un duro golpe contra el proceso de Control Obrero que se impulsa en las Empresas Básicas de Guayana. Esto implica que el modelo de gestión democrático basado en la elección de los trabajadores y trabajadoras para la dirección de la empresas se verá truncado por la Burocracia aliada del capital trasnacional, cerrando así la posibilidad para los obreros y obreras de dirigir las fábricas en una democracia obrera desde abajo hacia arriba, como germen para la construcción del estado obrero que necesita hoy la revolución bolivariana.  

La contradicción que se ha presentado ante todos nosotros es enorme. Cuando Chávez proclamó el Control Obrero en Guayana en Mayo de 2010, nombrando a través de las mesas de trabajo realizadas en el marco del Plan Guayana Socialista a presidentes trabajadores desde las bases en las respectivas presidencias de las empresas básicas, lanzó un mensaje claro a la burocracia y a las mafias trasnacionales que viven de los negocios del acero y el aluminio. Ahora los trabajadores tendrían el control absoluto de la producción y la administración bajo Asambleas Democráticas donde se abrirían los libros contables de las mismas a fin de rendir cuentas al pueblo y al país.
 
El control obrero ha levantado resistencia en las estructuras capitalistas de las empresas a través de tecnócratas que siguen en puestos de dirección claves, los cuales se han aliado para sabotear esta iniciativa revolucionaria de la toma del poder por los trabajadores y trabajadoras, unificándose con sectores reformistas y de poder económico dentro del PSUV y de las transaccionales del acero y el aluminio, con el objetivo de sabotear y acabar con el control obrero en Guayana y en la revolución. Tal es el caso de Alcasa, donde el ataque de la burocracia ha sido ejecutado por medio de sus operadores políticos de la FBT, corriente burocrática al mando del Ex Ministro del Trabajo José Ramón Rivero, el Gobernador Rangel Gómez y el actual presidente de la empresa recientemente nombrado Ángel Marcano. Aquí ha sido muy clara la intención de acabar con el control obrero y poner la fábrica al interés del capital transnacional.
 
“Boicot de inversión y ayuda financiera”   
 
A inicios del 2011 Alcasa sufrió un saboteo de 34 días por parte de estos sectores apoyados en la burocracia Reformista del PSUV, ocasionando una grave crisis de los niveles operativos y de los niveles de flujo de caja de la fábrica, situación difícil que tuvieron que manejar los trabajadores y trabajadoras en todo el 2011. El sabotaje no sólo fue con el objetivo de parar o arruinar la producción, sino que también tuvo la evidente intención de retrasar toda inversión o asignación de recursos a la empresa, generando un boicot de inversión por parte del gobierno. Con el propósito de atenuar esta grave situación de crisis, los trabajadores de Alcasa tuvieron que esperar casi un mes para poder cobrar sus salarios y sus beneficios contractuales. La situación era verdaderamente difícil e insostenible, pero gracias a la gestión obrera se pudo conseguir el acuerdo con fábricas nacionales y se pudo lograr que estas pagaran las meterías por adelantado, para así cubrir los compromisos con los obreros.
El 25 de febrero, el día siguiente del viaje del presidente Chávez a Cuba, el Vicepresidente de la República, Elías Jaua, a través de un comunicado trasmitido por el canal oficial de estado destituyó a Elio Sayago, presidente trabajador de la empresa postulado por los trabajadores y trabajadoras de base, y nombró a través del manejo realizado por los lobbies de la FBT y de los sectores reformistas de derecha dentro del PSUV a Ángel Marcano como nuevo presidente de Alcasa. Inmediatamente después de realizado el anuncio, se conocieron pronunciamientos de movimientos revolucionarios de base de todo el estado Bolívar  rechazando la inconsulta destitución.
 
Días después del nombramiento de Ángel Marcano, el Ministro de Industrias Ricardo Menéndez hace de conocimiento público en unas declaraciones, la aprobación de 401 millones de dólares por parte de la trasnacional China “Chalieco” y la aprobación de 90 millones de dólares adicionales para el funcionamiento y mejoras de las celdas de reducción. Todo esto evidencia que tras la salida de Elio Sayago se esconden los más oportunistas intereses económicos para tomar el control de las empresas del aluminio y así justificar por todos los medios el sabotaje al control obrero y a la gestión de los obreros y obreras del aluminio.
 
¿Control obrero con nuevo presidente de Alcasa?
 
El nuevo presidente de Alcasa representa un factor reaccionario que aborrece el control obrero y por lo tanto, una de las primeras medidas que tomó fue la de aniquilar la plantilla gerencial de la fábrica elegida producto de la consulta de las bases obreras desde Mayo del 2010, cuando el Presidente Chávez visitó la fábrica.
 
El día martes 07 de marzo de 2012 los trabajadores detuvieron sus operaciones como medida de protesta por los cambios gerenciales que realizó Marcano. Los obreros del área de fundición detuvieron sus operaciones y se dirigieron a la presidencia de la empresa donde protestaron la designación de un delegado sindical del movimiento 21 (FBT) como gerente del área, exigiendo respeto hacia la decisión de los trabajadores de elegir los cargos de dirección dentro de la empresa.
 
En la asamblea de trabajadores, el nuevo titular de Alcasa Ángel Marcano expuso que los gerentes son cargos de libre remoción y por ello defiende la medida bajo argumento de que el nombramiento del tren gerencial de CVG Alcasa figura entre sus competencias, rompiendo así las condiciones de democracia obrera de elección por la base obrera de los gerentes de la factoría y fortaleciendo el modelo de gestión de toda empresa capitalista, en la cual “yo mando y los trabajadores deben obedecer”.
 
Esta acción de Marcano a nuestro parecer demuestra su carácter reformista y antiobrero y anticontrol obrero, al negar la capacidad de los trabajadores y trabajadoras de dirigir las fábricas, como embrión del estado socialista que nos planetamos construir en la Revolución Bolivariana, contradiciendo lo que el camarada presidente Chávez plantea cuando dice que los medios de producción deben de ser gestionados por los trabajadores y trabajadoras.