Después de una muy exitosa gira por la parte occidental de Venezuela, Alan Woods habló el lunes 23 de noviembre en la enorme fábrica siderúrgica de SIDOR, situada en el este de Venezuela, en Puerto Ordaz, Estado Bolívar. Alan destacó que la revolución venezolana se encuentra en una fase muy crítica. En cada punto de inflexión decisivo, las masas bolivarianas han luchado con todas sus fuerzas para defender la revolución. Ahora debe completarse la revolución.
Alan destacó que la revolución venezolana se encuentra en una fase muy crítica. En cada punto de inflexión decisivo, las masas bolivarianas han luchado con todas sus fuerzas para defender la revolución. Ahora debe completarse la revolución.
Después de una muy exitosa gira a lo largo de la parte occidental de Venezuela, que abarca Caracas, Barinas, Portuguesa y Mérida, Alan Woods habló el lunes 23 de noviembre en la enorme fábrica siderúrgica de SIDOR, situada en el este de Venezuela, en Puerto Ordaz, Estado Bolívar.
La reunión fue organizada por la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) en cooperación con el Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos (FRTS), que ha llevado a cabo una lucha constante por la aplicación de un verdadero control de los trabajadores en SIDOR. Antes de la reunión se acompañó a Alan a una visita guiada para ver las gigantescas instalaciones de la acería, que es la segundo más grande de América Latina y emplea a 15.000 trabajadores y empleados subcontratados. También tuvo la oportunidad de tener una reunión con los compañeros del FRTS que estaban muy entusiasmados con visita de Alan y le explicaron detalladamente cómo están llevando a cabo el trabajo revolucionario en la fábrica.
Después de la tres y media de la tarde, se inició el acto en el gran teatro de SIDOR. Asistieron 250 trabajadores y jóvenes. Entre los participantes se encontraban trabajadores de SIDOR, ALCASA y CARBONORCA. También hubo un número importante de jóvenes de Ciudad Bolívar, estudiantes de la Universidad Bolivariana y de la UNEFA (Universidad de las fuerzas armadas).
Después de dos breves introducciones de Pino de Jesús, uno de los líderes del FRTS y fr Elisabeth Alves, de la CMR-Bolívar, Alan dio su discurso. Hablando sobre el tema "La crisis capitalista mundial y la Revolución Bolivariana", Alan explicó cómo la economía mundial ha entrado en la peor crisis desde la década de 1930 y cómo este hecho se refleja en todos los rincones del mundo. Si bien los estrategas de la burguesía estaban eufóricos hace 20 hace con la caída del Muro de Berlín, ¡ahora esas ilusiones se han convertido en polvo! Lo que hemos presenciado no es un desarrollo pacífico y armónico del capitalismo, sino un período de turbulencia, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones.
Alan continuó para subrayar que la revolución venezolana se encuentra en una fase muy crítica. En cada punto de inflexión decisivo, las masas bolivarianas han luchado con todas sus fuerzas para defender la revolución. Alan dirigió a la audiencia la pregunta siguiente; "En 2002, quién derrotó el golpe de Estado y salvó a la revolución?" La audiencia gritó, "¡el pueblo, la gente! Alan nuevamente preguntó quién derrotó el paro patronal de diciembre del 2002, y el público gritó: "Los trabajadores, los trabajadores!"
Sin embargo, mientras que las masas han sido la fuerza motora de la revolución, ahora hay signos graves de descontento en las bases de la Revolución Bolivariana y del PSUV en particular. Las masas desean una acción clara y decisiva para derrotar a la contrarrevolución y completar la revolución socialista.
En cuanto, específicamente, a los trabajadores SIDOR, Alan señaló que él había visitado la fábrica por primera vez en junio de 2008, sólo dos meses después de la nacionalización de la planta, y explicó; "en mi última visita vi un enorme entusiasmo como resultado de los discursos de Chávez, que había insistido en la necesidad de una "fábrica socialista" administrada y dirigida por la propia clase obrera. Pero un año más tarde, hay que hacer un balance general. Los camaradas aquí me han dicho que los administradores son los mismos burócratas de antes que permanecen en su lugar. Este no es el camino a seguir. Tenemos que luchar por un verdaderi control de los trabajadores. Los trabajadores son capaces de dirigir la fábrica bajo su propio control y administración". Esta idea encontró un eco particularmente fuerte entre los trabajadores que presentes.
"No soy un extremista", agregó Alan. "Yo me considero un hombre muy moderado. No quiero nacionalizar pequeñas tiendas, ni la pequeña propiedad de los campesinos ni de otras personas. Sólo estoy proponiendo la nacionalización de tres cosas: los latifundios, los bancos y la gran industria. "
Después del discurso, varios participantes de la audiencia intervinieron con preguntas y comentarios. Un trabajador de SIDOR, que es responsable de la seguridad industrial, intervino. Dijo que el discurso de Alan refleja exactamente lo que él y muchos trabajadores estaban pensando. Estaba particularmente encantado con el análisis de Alan de la burocracia y el hecho de que él había citado el Estado y de la revolución de Lenin como una guía para luchar contra ella.
Un compañero de la Universidad Bolivariana pidió a Alan que hablara sobre las provocaciones del imperialismo y sobre el Plan Colombia en particular. El camarada preguntó si Alan considera que una intervención militar contra Venezuela sería probable.
En su respuesta, Alan respaldó firmemente la propuesta de Chávez de armar al pueblo en defensa de la revolución: "Lo que se necesita son milicias populares, compuestas por trabajadores, campesinos, estudiantes, y las mujeres. Cada fábrica, cada barrio obrero, cada escuela y cada universidad, debe ser un baluarte de la revolución. Hay muchos oficiales calificados en el ejército venezolano que pueden dar instrucción militar a las masas. Esta es la mejor manera de defender su revolución, no sólo contra el enemigo externo, sino también contra el enemigo interno, la Quinta Columna burguesa, que es mucho más peligrosa".
Alan fue aclamado con gran entusiasmo y al final los trabajadores hicieron cola para conseguir un ejemplar de su libro "Reformismo o revolución" firmado por el autor.
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