Publicamos dos artículos que documentan la posición de principios adoptada por los trotskistas británicos, el Partido Comunista Revolucionario (PCR), contra el plan de partición de Palestina de la ONU de 1947.
Los artículos se publicaron en noviembre y diciembre de 1947 en el periódico Socialist Appeal del PCR, y señalaban el efecto catastrófico que tendría la partición en la lucha de clases contra la intromisión imperialista en toda la región, al exacerbar el derramamiento de sangre comunal y las divisiones en líneas nacionales y religiosas.
El PCR denunció los designios criminales detrás del plan imperialista de partición, y la traición a la causa palestina representada por la criminal decisión de la URSS de apoyarlo, al tiempo que planteaba una posición de clase internacionalista.
Sus advertencias pronto se verían demostradas por los hechos sobre el terreno. La proclamación de Israel sólo fue posible tras una campaña de terror y asesinatos desatada por las fuerzas militares sionistas contra la población palestina, diseñada para expulsarla de Palestina. El Estado de Israel surgió empapado de sangre palestina, a costa de la limpieza étnica de 750.000 palestinos de sus aldeas y hogares. Como se predijo en los artículos, las acciones sionistas también tuvieron un efecto aplastante sobre los vidas de los judíos en todo Oriente Medio, no dejándoles otra opción que abandonar sus hogares y huir a Israel.
La traición abierta del estalinismo a la causa palestina se hizo patente con el reconocimiento del Estado de Israel por parte de la URSS el 15 de mayo de 1948. El apoyo de la URSS a la creación de Israel significaría un desastre para los partidos comunistas de toda la región y más allá, haciendo retroceder al movimiento comunista en la región durante décadas.
Hoy, los comunistas de la CMI heredamos las tradiciones de nuestra organización predecesora.
La partición de Palestina conducirá al derramamiento de sangre
POR S. MUNIR*
Los Jefes de Estado Mayor están dando los últimos toques a los planes para bases alternativas para cuando se produzca la retirada de Palestina. Enormes planes de construcción preparan nuevas bases en Kenia, Somalilandia y Sudán, con bases avanzadas en Chipre para la Marina, y Transjordania e Irak para las fuerzas terrestres.
El periódico estalinista árabe palestino «Al-Ittihad» caracterizó durante muchos años el plan de partición con las siguientes palabras: «El plan malicioso para el que el imperialismo y el sionismo están haciendo propaganda». El periódico estalinista judío «Kol-Ha’am» no tuvo reparos en denunciar la partición con palabras similares. La oposición a la partición era, quizás, lo único en lo que los dos partidos estalinistas de Palestina, el judío y el árabe, estaban unidos.
Sin embargo, ambos tendrán que cambiar de actitud. La partición de Palestina, que siempre ha sido considerada no sólo por nosotros, los marxistas, sino incluso por los estalinistas, y por el Movimiento Nacional Árabe, como un plan imperialista destinado a conducir a Palestina hacia los problemas comunales y el derramamiento mutuo de sangre entre árabes y judíos -este malicioso plan imperialista ha sido aprobado y apoyado en la O.N.U. [Organización de las Naciones Unidas] por Rusia.
El argumento del delegado ruso en la O.N.U, de que la tensión entre judíos y árabes hacía impracticable la creación de un Estado unificado independiente, fue tomado directamente del léxico del imperialismo. En lugar de exigir la unificación de los países del Oriente árabe, divididos por el imperialismo desde hace más de 30 años, la burocracia estalinista ha dado su apoyo a una nueva partición.
Lejos de ser una «solución» al problema de Palestina, la partición sólo agravará la tensión entre árabes y judíos y desviará la lucha de los obreros y fellaheen [campesinos] oprimidos del Oriente árabe de una verdadera lucha por la libertad nacional y social hacia canales antijudíos y chovinistas. La partición de Palestina no sólo significa un peligro para la existencia de la minoría judía en ese país y para las comunidades judías de todo el Oriente árabe: es también un golpe a la lucha de clases del movimiento obrero árabe que surgió del desarrollo de los años de guerra, un golpe a la revolución agraria. Es una cuña en el corazón de los países árabes cuyo progreso sólo puede garantizarse mediante su unificación.
Todas estas consideraciones se han vuelto irrelevantes para la burocracia estalinista, cuando se trata de hacer un trato diplomático con el imperialismo.
Divide y deja que otros gobiernen por ti
¿Cómo explicar la reciente política del Gobierno británico para Palestina? Fue pura hipocresía imperialista cuando el Sr. Creech Jones dijo al Comité de la ONU sobre Palestina que «el Gobierno británico estaba dispuesto a asumir la responsabilidad de dar efecto a cualquier plan acordado por los judíos y los árabes». Quiso hacer creer al mundo que Gran Bretaña había desempeñado en Palestina el papel de conciliador desinteresado.
Pero, ¿cuáles son los hechos? Hace unas semanas, el viernes 24 de octubre, un judío fue detenido en Tiberíades y citado a comparecer ante el Tribunal acusado de «perturbar la seguridad pública», ¡porque había distribuido folletos de la «Liga para la Cooperación Judeo-Árabe» pidiendo la paz entre árabes y judíos!
Al mismo tiempo, oficiales británicos entrenan a los ejércitos de los Estados árabes y los preparan para su tarea en Palestina. Y a la fuerza militar sionista «Hagana», cuya principal razón de ser es combatir al Movimiento Nacional Árabe, las autoridades británicas le permiten hoy la semilegalidad. Un ejército que en tiempos menos propicios para los británicos, fue ilegalizado.
Esto no impide que Sir Alan Cunningham, el Alto Comisionado británico, «advierta» hipócritamente a judíos y árabes de que la evacuación británica podría provocar el caos y el derramamiento de sangre.
El imperialismo británico se ha debilitado hasta tal punto que ya no puede permitirse gobernar todos los países del Oriente árabe directamente con sus fuerzas militares. Se ha hecho necesario un reajuste estratégico y hay que encontrar gobernantes locales que estén dispuestos a desviar la lucha de clases hacia el mayor número posible de problemas comunales. Tras una educación de casi 30 años bajo el mandato británico, tanto los dirigentes sionistas como los señores feudales y capitalistas árabes parecen considerarse adecuadamente entrenados para la tarea.
La clase obrera de Oriente Medio y la británica deben frustrar estos maliciosos planes. Ningún acuerdo diplomático entre el imperialismo norteamericano y la burocracia estalinista impedirá a los trabajadores del Oriente árabe luchar por la plena unificación de los países árabes, con igualdad de derechos y autonomía para los judíos en una Palestina unida. Los grupos trotskistas en Egipto y Palestina continuarán desenmascarando la política oculta de los Altos Comisionados y enviados militares británicos, para sumir al Oriente Árabe en un derramamiento de sangre comunal.
¡Trabajadores británicos! Exigid la retirada de todas las tropas y militares belicistas comunales
de Oriente Medio!
(Socialist Appeal, órgano del Partido Comunista Revolucionario, mediados de noviembre de 1947)
*S Munir era el seudónimo de Gabriel Baer (1919-1982). Activista trotskista en su juventud, fue miembro de la sección alemana de la IV Internacional. En 1933 marchó a la Palestina del Mandato. Se hizo miembro de los Hugim Marxistiim(Círculos Marxistas), el grupo juvenil de una facción del Poale Zion de Izquierdas, el movimiento sionista obrero, pero lo abandonó en 1937 con el trotskista Tony Cliff para fundar la Brit Kommunistim Mahapchanin (Liga Comunista Revolucionaria), una sección de la Cuarta Internacional en Palestina. A finales de la década de 1940 abandonó Palestina para trasladarse a Gran Bretaña, donde se afilió al Partido Comunista Revolucionario, escribiendo varios artículos en su periódico Socialist Appeal.
Palestina: La partición enfrenta a árabes y judíos
El plan imperialista de repartirse Palestina ya ha provocado un derramamiento de sangre en Palestina y manifestaciones de protesta en todo el Oriente árabe.
Tras la huelga general de protesta de tres días anunciada por los árabes, se han producido numerosos muertos y heridos en ambos bandos. Se han incendiado tiendas judías y reina un tremendo rencor entre los dos pueblos. Se han producido manifestaciones contra el imperialismo británico y americano en Siria, Egipto e Irak.
Los estudiantes han lanzado el llamamiento «Abajo Rusia» debido al apoyo dado por la burocracia estalinista al plan imperialista de partición. El gobierno que representa a los capitalistas y terratenientes árabes de Siria ha aprovechado la situación para prohibir el Partido Comunista.
Los trotskistas advirtieron
La partición de Palestina tiene el mismo efecto calculado que la partición de la India. En el «Socialist Appeal» se predijo este resultado inevitable. En el folleto «Oriente Medio en la encrucijada», que analiza exhaustivamente los problemas de Oriente Medio. el camarada T. Cliff escribió:
«Incluso si se llega a esta ‘solución’ … será sólo un aplazamiento temporal de corta duración del entierro del sionismo. Los judíos de Palestina y los árabes sólo se verán envueltos por este plan en terribles sacrificios, enfrentamientos y derramamiento de sangre. Un paso inmediato hacia la solución para los trabajadores judíos de Palestina es salvar el abismo entre ellos y las decenas de millones de pueblos orientales, renunciando a los sueños sionistas de dominación.»
Solución imperialista
El objetivo de la partición es enfrentar a las masas árabes con los judíos para que el imperialismo pueda mantener su dominio sobre Oriente Próximo y dominar a ambos. El imperialismo norteamericano y el británico son corresponsables de esta política. La burocracia estalinista, jugando al juego de la política de las potencias, ha apoyado plenamente la vivisección de Palestina. Esto está en absoluta contradicción con la política del marxismo e incluso con la política que la propia burocracia ha proclamado como un loro en las últimas décadas. Obedientemente pisándole los talones al Kremlin, el Partido «Comunista» Británico ha dado otro salto mortal de 180 grados y se ha declarado partidario de la partición de Palestina.
Desvía la lucha real
La partición de Palestina es reaccionaria desde todos los puntos de vista: ni los judíos ni las masas árabes tienen nada que ganar con ella. Enfrenta a judíos y árabes, desvía la lucha contra el imperialismo hacia una lucha entre aquellos cuyo interés común es luchar contra el imperialismo. Hace el juego a los terratenientes y capitalistas árabes desviando la atención de los campesinos y obreros árabes de sus explotadores. La única solución al problema de Palestina y Oriente Próximo es la anulación de los planes imperialistas de partición, la retirada inmediata y completa de todas las tropas de Palestina y Oriente Próximo. No puede haber verdadera independencia ni seguridad para los judíos ni para los árabes en la Palestina dividida.
Socialist Appeal, órgano del Partido Comunista Revolucionario, diciembre de 1947