UN GRAN PASO ADELANTE DEL ACTIVISMO OBRERO ANTIBUROCRÁTICO QUE HAY QUE FORTALECER Y DESARROLLAR

El sábado 10 se dio un importante paso en la unificación del sindicalismo clasista y antiburocrático. Con un homenaje a Agustín Tosco y al “petiso” Páez, se inició a media mañana el 2° Encuentro Nacional de Trabajadores en el que los sectores participantes conformamos el Movimiento Intersindical Clasista (MIC), sobre la base de los 14 puntos acordados el 6 y 7 de agosto pasado. También se constituyó una mesa provisoria, integrada mayoritariamente por los compañeros con las posiciones sindicales más rmás relevantes del Movimiento, y de la cual surgirá una mesa ejecutiva. En los próximos meses se debe dar el paso de organizar también mesas regionales y provinciales.

Se formó el Movimiento Intersindical Clasista

El sábado 10 se dio un importante paso en la unificación del sindicalismo clasista y antiburocrático. Con un homenaje a Agustín Tosco y al “petiso” Páez, se inició a media mañana el 2° Encuentro Nacional de Trabajadores en el que los sectores participantes conformamos el Movimiento Intersindical Clasista (MIC), sobre la base de los 14 puntos acordados el 6 y 7 de agosto pasado. También se constituyó una mesa provisoria, integrada mayoritariamente por los compañeros con las posiciones sindicales más relevantes del Movimiento, y de la cual surgirá una mesa ejecutiva. En los próximos meses se debe dar el paso de organizar también mesas regionales y provinciales. El carácter provisorio apunta a que en el desarrollo y extensión del Movimiento vaya surgiendo una dirección representativa.

Entre los participantes podemos mencionar al Suteba Bahía Blanca, ATE Sur del GBA, delegados del Subte y trabajadores de las tercerizadas, motoqueros, ferroviarios de zona oeste del GBA, trabajadores de la universidad, colectiveros, comercio, petroleros, de la carne, metalúrgicos, bancarios, docentes, estatales, telefónicos, organizaciones de desocupados, agrupaciones como el Encuentro Sindical de Base-El Mortero, etc. Se espera que se sumen, previa consulta a las bases, los trabajadores ceramistas de Zanón, del Hospital Garrahan y docentes de Amsafe – Rosario, entre otros.

Recordemos que los 14 puntos se apoyan en la idea de erigir un sindicalismo clasista, de base, antiburocrático, independiente, democrático, internacionalista y defensor de la unidad de todos los trabajadores (ocupados, desocupados, en negro, precarizados, jubilados, activos, contra la discriminación a la compañeras trabajadoras, extranjeros, etc.) que recupere las organizaciones y herramientas de clase para los trabajadores: cuerpos de delegados, comisiones internas, sindicatos, etc. hoy en manos de la burocracia y al servicio de políticas pro patronales o conciliadoras.

Las primeras actividades públicas de la intersindical serán alrededor de algunas campañas que se aprobaron el sábado: por aumento salarial al nivel de la canasta familiar ($ 1.800), por el 82% móvil para los jubilados, por la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo para que todos los desocupados obtengan empleo. También se acordó impulsar una campaña nacional por el cese de la persecución judicial a los luchadores procesados y de la judialización de la protesta. Y se decidió participar en la conmemoración del argentinazo en una columna encabezada por los motoqueros, de participación protagónica en las jornadas del 19 y 20 de diciembre.

Reconociendo la importancia del paso dado el sábado pasado creemos que es necesario dar avances claros en la conversión del Movimiento Intersindical Clasista en una genuina corriente sindical de oposición unificada en todos los sindicatos de la CGT y de la CTA. No se trata de un problema de nombres o denominaciones del espacio, sino de su funcionamiento orgánico y su capacidad de intervenir en el seno de la clase obrera y sus organizaciones.

Por las características propias que se esbozaron en el Encuentro y que tendrá el Movimiento, apunta a ser un espacio preferentemente integrado por seccionales, comisiones internas y cuerpos de delegados, que en este proceso se han recuperado de las manos de la burocracia. De ahí el acento puesto en la coordinación de los sectores combativos. Consideramos que reunir en un mismo espacio y dar pasos en la coordinación de las luchas de los sectores más avanzados de nuestra clase, es un gran paso adelante del movimiento. Pero con esto no se acaba la cuestión pues, como reconocieron muchos compañeros, los sectores clasistas y combativos somos minoría en la clase trabajadora, y aunque su coordinación es progresiva debe fijarse el objetivo de extenderse a cada vez más sectores de la clase, principalmente al nuevo activismo obrero que surge de estas luchas salariales, por lo cual creemos que tendría que ser completado con una política sindical activa hacia la clase obrera, para difundir nuestras ideas y métodos en la lucha sindical y así brindarles una bandera y un espacio en el cual organizarse ante la “pasividad” o el sabotaje de la burocracia sindical.

Nuestra concepción del MIC como una Corriente Sindical implica un acuerdo de mayor compromiso del adoptado inicialmente, que permita salir hacia el conjunto de la clase con una identidad única y de clara oposición a la burocracia. Y no quedarse en una coordinación de los que ya participan, o los que se vayan acercando. Ni permanecer en la actual situación en la que cada sector clasista trabaja por su cuenta, aisladamente, frente a la patronal, el Estado y la burocracia sindical.

Estamos en un momento de histórico de auge de luchas reivindicativas que enseguida chocan con los obstáculos interpuestos por la dirigencia sindical atornillada a sus cargos y genera un fuerte sentimiento antiburocrático en amplios sectores de la clase trabajadora. Consideramos esta situación como muy propicia para canalizar en una herramienta unificada, clasista y democrática toda la bronca acumulada contra la burocracia de cada sindicato y así comenzar a tener una influencia masiva entre los trabajadores.

No debemos temer a la participación masiva de los trabajadores ni cerrar los espacios por miedo a perder el control de las pequeñas zonas de influencia que hoy tenemos dentro de la clase obrera. Debemos superar estos temores que pueden obstaculizar el crecimiento de nuestra influencia, en el camino de disputar la dirección del movimiento obrero a los actuales líderes de las centrales sindicales. Esto permitiría pasar de la lucha defensiva y de acompañamiento a luchas aisladas, a una ofensiva del conjunto de la clase contra la patronal, el Estado y la burocracia.

En este sentido sería muy importante que, de ahora en más, todos los activistas, integrantes de Cuerpos de Delegados, de Comisiones Internas, Sindicatos y agrupaciones sindicales de nuestro Movimiento salgan a la lucha bajo la bandera del Movimiento Intersindical Clasista, popularizando su nombre entre los sectores más avanzados de la clase y en aquellos lugares donde todavía no estamos insertados. Cada integrante de un cuerpo de delegados, de una Comisión Interna o de la Comisión Directiva de un sindicato que forma parte del Movimiento debería trazarse el objetivo en los próximos meses de conseguir la adhesión de dichos organismos al MIC. Habría que hacer un llamado público a los más amplios sectores de la clase obrera en lucha a que adhieran al MIC, ya sean integrantes de organismos sindicales o trabajadores individuales.

Por último, habría que dotarse de una plataforma reivindicativa amplia que contemple, entre otros, reclamos como un salario equivalente a la canasta familiar ($1.800), la jubilación del 82% móvil, la reducción de la jornada laboral, un seguro de desempleo universal para todos los desocupados, la nacionalización bajo control obrero de las empresas privatizadas, el no pago de la deuda externa, estatización de las AFJP sin compensación, etc. Desde la Corriente Socialista El Militante también consideramos importante defender la nacionalización de las palancas fundamentales de la economía, bajo el control de los trabajadores y sin indemnización, como los bancos, los monopolios y los latifundios, para así planificar los recursos de la nación en interés de la inmensa mayoría de la sociedad, que formamos los trabajadores y el resto del pueblo pobre. Además, habría que popularizar demandas de democracia sindical como: elección y revocabilidad inmediata por las bases de cualquier dirigente o cargo sindical; que ningún representante sindical perciba un sueldo superior al salario promedio de un obrero calificado, congresos sindicales anuales y democráticos, apertura de los libros de contabilidad de los sindicatos para su fiscalización por las bases, ningún pacto social con la patronal, pleno poder de decisión para las asambleas de trabajadores en las empresas en todo proceso de lucha, etc.

Para avanzar hacia la estructuración interna del Movimiento, la actual Mesa Provisoria del MIC debería fijarse el objetivo de llamar a la convocatoria de un nuevo plenario en un plazo no mayor a 3 meses para avanzar en la discusión de los temas y puntos que quedaron pendientes, algunos de los cuales hemos señalado anteriormente. En este sentido, hay que dar pasos claros hacia la conformación del Movimiento por regiones y provincias, estableciendo un mecanismo claro y democrático para su implementación sobre la base de criterios objetivos; por ejemplo, el contar con una presencia mínima a determinar de sindicatos, integrantes de Comisiones Directivas gremiales, de Cuerpos de delegados y Comisiones Internas, pero también de trabajadores individuales de empresas y sectores. Esto sería lo más conveniente, para evitar la adopción de criterios subjetivos o arbitrarios en la conformación de dichas regionales. Además, los plenarios nacionales del Movimiento deberían convocarse al menos una vez cada 3 meses.

Algunos sectores participantes quieren apurar una definición política de todo este espacio, lo que nos parece apresurado. Por supuesto, no consideramos a la lucha sindical y política por separado, sino como unidad en la lucha de clase general de los trabajadores. No existe el sindicalismo “apolítico”, siempre se lucha desde una determinada concepción de la sociedad y del papel de la clase obrera en la misma. Esto es: desde una cierta concepción política. Los que defienden sólo la lucha económica, hacen eternas las relaciones capitalistas y dan por lógicas la explotación y demás; y quienes consideran la lucha económica como pequeñeces con respecto a la lucha política, ignoran la dinámica del despertar de la clase trabajadora, su gimnasia y recomposición, y cómo la lucha económica es un puente necesario e ineludible que lleva a aquélla. Pero pensamos que forzar una definición política del Movimiento podría dificultarnos el acceso a los trabajadores comunes, a la inmensa mayoría que aún no se considera anticapitalista ni socialista pero que sí comparte con los que hoy participamos la necesidad de unirnos en la lucha reivindicativa y contra la burocracia sindical. Consideramos que la discusión sobre el paso a la construcción de una herramienta política debe plantearse entre aquellos sectores del Movimiento que estén de acuerdo con la misma, pero de manera paralela a la construcción del Movimiento Intersindical Clasista, no identificando o suplantando una con el otro.

El Movimiento Intersindical Clasista está dando sus primeros pasos después de meses de discusiones y debates ¡Es un gran logro! Y no es casualidad que sea visto con enorme desconfianza y suspicacia por las actuales direcciones sindicales, el Gobierno y la patronal. Ahora tenemos unos meses por delante para estructurar el Movimiento y fortalecerlo.

Activistas obreros de la Corriente Socialista El Militante, dentro del Encuentro Sindical de Base-El Mortero