Tarifazo: El gobierno da medio paso atrás por la presión popular

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Esta medida sólo representa un alivio temporal para los bolsillos de miles de trabajadores de unos meses, y sólo se ha dado marcha atrás con el cargo que se desprendía de la importación de gas a Bolivia (Fondo fiduciario) pero no con el 30% de aumento del m3 consumido. Tampoco se da solución al precio de la garrafa, que está carísima y es usada por los sectores de más bajos recursos. Y continúan los subsidios estatales a las empresas.

Recientemente, el gobierno kirchnerista, acorralado por la presión popular, aplazó hasta octubre el recargo en las tarifas de electricidad y gas que incorporaba el costo de la importación de gas desde Bolivia, que encarecía un 30%-40% la factura final. Si bien no afectaba a los consumos mínimos, sí a numerosas familias de trabajadores y sectores medios.

La decisión fue tomada en medio de un "payasesco" cruce de acusaciones entre el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, que buscaba responsabilizar a las privatizadas, aduciendo que estas  habían cometido una "excesiva cantidad de errores" en la facturación. Mientras que los empresarios declaraban que los aumentos se debían a reajustes tarifarios habilitados por el Gobierno y cargos impositivos para compensar aumento en las importaciones.

Esta medida sólo representa un alivio temporal para los bolsillos de miles de trabajadores de unos meses, y sólo se ha dado marcha atrás con el cargo que se desprendía de la importación de gas a Bolivia (Fondo fiduciario) pero no con el 30% de aumento del m3 consumido. Tampoco se da solución al precio de la garrafa, que está carísima y es usada por los sectores de más bajos recursos. Y continúan los subsidios estatales a las empresas.

La voracidad capitalista

Estas multinacionales no sólo se dedican a saquear vorazmente nuestros recursos sino que obtienen millonarias ganancias que son llevadas al extranjero mientras que no invierten un solo peso en nuestro país, mostrándonos un parasitismo absoluto. Y por si fuera poco reciben de parte del Estado argentino subsidios millonarios que salen nadas más y nada menos que de nuestros bolsillos.

Esto pone en  evidencia el fracaso del modelo energético que está basado en la privatización y la extranjerización de recursos estratégicos y públicos.

La oposición… ¿Contra el tarifazo?

La hipocresía (o el estado de ser hipócrita) es el acto de preconizar cualidades, ideas o sentimientos contrarios a los que en realidad se tienen.

Esta definición pinta de cuerpo entero a la actitud adoptada por sectores de la oposición. Tanto los Radicales, como el PRO, la Coalición Cívica de Carrió, y los peronistas anti-K se manifestaron contra el tarifazo de una manera hipócrita y  oportunista.

Por un lado cuestionaron la suba de tarifas pero no dijeron absolutamente ninguna palabra en contra de las multinacionales y en absoluto cuestionan las privatizaciones, que muchos de ellos  apoyaron fervientemente, a pesar de las tremendas irregularidades que se cometieron durante proceso privatizador del menemismo.

Todos estos personajes no han dicho ni media palabra acerca de cómo las multinacionales han vaciado sistemáticamente las reservas comprobadas de gas, vendiéndolas al extranjero y obligando al Estado a importar gas de Bolivia, producido "casualmente" por las mismas empresas (Repsol, Petrobras). Un negocio redondo.

Por si fuera poco no proponen absolutamente ninguna alternativa, sólo aprovechan el malestar ciudadano para desgastar al gobierno de Cristina y de esta manera sacar algún rédito político ante la opinión pública y así ocultar su programa político, ubicado a la derecha del Kirchnerismo.

Nosotros nos organizamos, ellos retroceden

Sin ninguna duda fue la organización popular que se dio en los barrios la que obligó al gobierno a retroceder parcialmente con los aumentos.

En muchos barrios los vecinos y trabajadores se organizaron creando coordinadoras y frentes contra el tarifazo, también participaron entidades gremiales (CTA, Fetera), organizaciones sociales y de izquierda, etc.

Ha quedado a la vista que no podemos confiar para nada en la vieja política que es cómplice del saqueo, sólo nuestra propia organización y participación en nuestros barrios y lugares de trabajo puede dar marcha atrás con la estafa que nos quieren imponer las multinacionales y los partidos políticos de la burguesía.

Debemos seguir peleando y organizándonos no sólo para dar marcha atrás con el tarifazo si no para lograr la nacionalización de todas las privatizadas de servicios públicos bajo control de los propios trabajadores y usuarios. Solo así lograremos enterrar, de una vez por todas, el eterno fantasma de un nuevo tarifazo.