Sobre la Revolución Bolivariana y la construcción del Socialismo

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El miércoles 17 de agosto se llevó a cabo el foro titulado La Revolución Bolivariana y la construcción del Socialismo, en el que participó el camarada Alan Woods, conocido teórico marxista británico y principal dirigente de la Tendencia Internacional Marxista a la cual pertenece la Corriente Marxista Revolucionaria. Junto a él participaron dos ponentes por parte de la Alcaldía Metropolitana con un público asistente que superó las 120 personas. Fue un intenso e interesante debate en el que se d se destacó el nivel de las intervenciones de los asistentes, que aprovecharon para plantear preguntas e incluso debatir con los ponentes.

Alan Woods defendió el marxismo en la Alcaldía Mayor de Caracas

El miércoles 17 de agosto se llevó a cabo el foro titulado La Revolución Bolivariana y la construcción del Socialismo, en el que participó el camarada Alan Woods, conocido teórico marxista británico y principal dirigente de la Tendencia Internacional Marxista a la cual pertenece la Corriente Marxista Revolucionaria. Junto a él participaron dos ponentes por parte de la Alcaldía Metropolitana con un público asistente que superó las 120 personas. Fue un intenso e interesante debate en el que se destacó el nivel de las intervenciones de los asistentes, que aprovecharon para plantear preguntas e incluso debatir con los ponentes.

Con un público asistente que prácticamente copó la capacidad del salón dispuesto en la sede de la Alcaldía Metropolitana, el foro se inició con la intervención del compatriota Geudiel, Asesor del Director de Cultura de la Alcaldía Mayor. En su exposición reflexionó sobre algunos puntos académicos del proceso revolucionario y sobre el carácter del Estado Venezolano. Defendió como un modelo de desarrollo los aportes de la Misión Vuelvan Caras, como una muestra del camino a seguir por el proceso venezolano. Seguidamente, Pedro Carvajal, jefe del Gabinete Metropolitano, quien además se presentó como un antiguo combatiente guerrillero, intervino haciendo algunas reflexiones sobre su planteamiento del “Socialismo Bolivariano”, basado en lo que denominaba la “colectivización” sin nacionalización, dado el nivel de burocratización del Estado, e insistió en que tras el fracaso de la Unión Soviética no se podía continuar con planteamientos anticuados.

El camarada Alan Woods inició su intervención haciendo hincapié en el hecho que actualmente se desarrolla una guerra sin cuartel en el mundo entero, en la que no hay posibilidades de acuerdo o de armisticios. Se trata de la guerra entre clases antagónicas y en la que Venezuela tiene el honor de estar en la primera línea de fuego. Reflexionó sobre como la historia nos ha dado lecciones, especialmente como las que hemos visto, que ejércitos numerosos y valientes pero bajo el mando de oficiales incapaces han sido derrotados por ejércitos pequeños pero bien dirigidos. “Eso lo hemos visto muchas veces en la historia, no sólo en las guerras sino también en las revoluciones”. Por ello destacó la necesidad de que el movimiento bolivariano se forme correctamente y adopte un programa claro y consecuente basado en las ideas del Marxismo y del socialismo científico.

En este sentido, hizo un llamado de atención sobre el hecho que hasta ahora nadie ha definido en lo concreto el denominado “socialismo del siglo XXI” y esto mismo ha permitido que algunos voceros y dirigentes del movimiento bolivariano diluyan esta propuesta y transformen este llamado al debate en un intento por continuar con propuestas de los planteamientos del reformismo y de la “Tercera Vía”, postura duramente criticada por el mismo Presidente Chávez en varias alocuciones. Entendiendo el llamado a construir un “socialismo del siglo XXI” como el retomar los planteamientos originales de Marx y Engels y evitar las deformaciones que se dieron en la URSS y los países del este europeo bajo el estalinismo y no como un intento de inventar un “socialismo” completamente novedoso, el camarada Woods indicó que no necesariamente lo nuevo es mejor. Hizo referencia al hecho que la rueda, siendo un invento de la antigüedad, muchísimo más viejo que el marxismo, sigue estando tan vigente hoy en día como hace cientos o miles de años. Poco útil sería una rueda nueva y novedosa si, por ejemplo, fuese cuadrada o rectangular. En este sentido, defendió los postulados del socialismo científico e invitó al público asistente a leer el Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Marx y Engels hace más de 150 años, y darse cuenta que es un texto que hoy más que siempre mantiene plena vigencia y describe perfectamente el mundo en el que aún vivimos.

Descalificó las posturas de los llamados “realistas” que acusan al Marxismo de utópico pero que en el terreno de la práctica han sido ellos quienes resultan los verdaderamente utópicos. Hizo referencia a cómo luego del golpe de Abril de 2002, este tipo de gente presionó al Presidente para que tendiera un puente a los capitalistas y oligarcas, para que abriera las vías a la conciliación. “¿Pero qué fue lo que obtuvo en cambio? ¿Acaso aceptaron el llamado al diálogo?”, inquirió el camarada Alan, obteniendo un contundente “¡NO!” de la audiencia. “Entonces, ¿qué fue lo que hicieron estos señores?”, continuó Woods, a lo que el auditorio contestó “¡El paro petrolero!”, “¡la Guarimba!”.

Ante las críticas de algunos sectores que se oponen a la profundización del proceso revolucionario y su avance en dirección a la construcción del socialismo, desmintió por ejemplo algunas reflexiones defendidas por intelectuales sobre que no podemos tomar medidas radicales pues ahuyentaríamos a la clase media y la alejaríamos del proceso revolucionario. Indicó que efectivamente la revolución necesita contar con el apoyo de amplios sectores, incluyendo a la clase media. Sin embargo, rechazó que una profundización de la revolución ahuyentaría a las clases medias, pues, por ejemplo, a través de la nacionalización de la banca se le podrían garantizar créditos baratos a los pequeños comerciantes y demás sectores comerciales de la pequeña burguesía.

Hizo hincapié en que, al contrario de lo que ocurrió con la colectivización forzada al dar el viraje luego de la NEP a finales de los años 20 en la URSS bajo el estalinismo, nuestros planteamientos de nacionalización no tienen que ver con las pequeñas empresas y comercios, sino sólo con los grandes monopolios y la oligarquía. Defendió que, al contrario de lo que plantea el sector reformista, sólo avanzando decididamente en dirección al socialismo es que se puede garantizar el triunfo y la irreversibilidad de la revolución bolivariana. Mientras no se expropien a los grandes terratenientes, banqueros y capitalistas, el peligro de la contrarrevolución estará presente. Fustigó la idea de que a través de la moderación se pueda frenar la ofensiva contra el imperialismo, pues claramente la sola existencia de un movimiento revolucionario de masas, como el que existe en Venezuela, ya es razón suficiente para provocar al imperialismo.

Respecto a las posturas de los reformistas, de los que dicen que hay que ir poco a poco, con mucho cuidado, el camarada Woods citó de la introducción del Diario del Che en Bolivia unas palabras de Fidel Castro: “Siempre habrá una proliferación de excusas, cualesquiera sean el tiempo y las circunstancias, para no luchar. Y eso significaría que nunca podríamos obtener la libertad.” A lo largo de su intervención animó al público asistente, que en varias ocasiones lo interrumpió para aplaudir con entusiasmo sus propuestas y planteamientos.

La ronda de intervenciones la inició el camarada Pedro Jiménez, del Frente América Rebelde y de la Juventud Socialista Revolucionaria de Barquisimeto, quien planteó sus diferencias con lo esbozado por el primer ponente respecto al carácter del Estado en Venezuela y las tareas presentes que planteaba. Los ponentes quisieron iniciar de inmediato las respuestas a las preguntas y principalmente se dedicaron a disertar sobre sus diferencias con lo planteado por el camarada Alan Woods.

Ante lo largo de las respuestas de los dos primeros ponentes, varios asistentes protestaron pues consideraban se estaba limitando la participación del auditorio. Por ello, uno de los asistentes planteó que se permitiera una ronda completa de intervenciones del público asistente, lo cual fue aceptado por el moderador. Cuando se permitió que otros asistentes participaran, inmediatamente se alinearon decenas de personas, deseosas por compartir su entusiasmo revolucionario con el camarada Alan y discrepar fundamentalmente con los primeros ponentes.

El camarada Juan Merchán, dirigente del Frente América Rebelde y uno de los principales promotores de la Juventud Socialista Revolucionaria en Barquisimeto, inició esta ronda de debates, fustigando duramente las propuestas de que no era posible expropiar a la oligarquía venezolana. A pesar de los problemas que empezaron a darse con el sonido y la microfonía, continuó Juanjo López, Secretario General del Sindicato de Estudiantes de España, quien se vio obligado a hablar sin micrófono. Nuevamente defendió las posturas del marxismo revolucionario y criticó duramente la postura de los primeros ponentes, al igual que lo hicieron el camarada José Antonio Hernández, de la Corriente Marxista Revolucionaria y la Juventud Socialista Revolucionaria de Caracas, el camarada Johann Ribas, dirigente sindical de SIRTRA SALUD y militante de la Corriente Marxista Revolucionaria en Caracas, quien dijo que las propuestas planteadas en el foro más que Socialismo del siglo XXI eran de un socialismo del siglo XXIII, lo que agració al público que escuchaba atentamente. Siguieron los camaradas Henry Martínez y José, de la célula de la CMR en Antímano y promotores del Frente Bolivariano de los Trabajadores en el Hospital de El Algodonal. También aprovecharon para intervenir camaradas como Adrián Alvarado del Comité en Defensa de la Educación Pública de México y militante de la Tendencia Marxista Militante, quien llamó a la reflexión sobre el hecho que medidas revolucionarias como la expropiación de los terratenientes y de los grandes capitalistas y explotadores inmediatamente ganaría la simpatía de los campesinos pobres y obreros de toda América Latina y el mundo, particularmente en los propios EEUU, con lo cual no cabía la excusa de “condiciones internacionales no favorables” como pretendían defender los compatriotas Geudiel y Pedro Carvajal. Una interesante exposición hizo la camarada Lisa Barabanova, de la corriente marxista Рабочая демократия (Democracia Obrera) en Rusia, quien señaló claramente que la experiencia que había fracasado en Rusia con el colapso de la URSS a principios de los años 90 no era el socialismo, sino la deformación burocrática que era el estalinismo. Un dirigente popular y antiguo trabajador del Ministerio de Economía Popular (MINEP) comentó sobre la necesidad de la participación de las bases y de los trabajadores e hizo referencia a cómo había sido despedido de dicho Ministerio cuando en el marco de la reestructuración propuesta por el Ministro Elías Jaua había propuesto que era necesaria la participación de los trabajadores en dicho proceso. Seguidamente hablaron Jennifer Castillo y Juan Pablo, ambos del Frente América Rebelde y de la Juventud Socialista Revolucionaria de Barquisimeto, así como un camarada de las Juventudes Comunistas y de la Corriente Marxista El Militante de España. Por último, una joven asistente habló de la necesidad que hay para la construcción del socialismo de dar una dura batalla por elevar el nivel cultural de la clase trabajadora y en general del pueblo, para luego darse una corta intervención de un dirigente popular de la zona.

El público asistente mostró un entusiasta apoyo a los planteamientos del genuino marxismo revolucionario defendidos por el camarada Alan Woods. Las posturas adoptadas por los dos compatriotas de la Alcaldía Mayor, en sus intervenciones finales, lamentablemente adquirieron un tono amargo y trataron de maniobrar para desprestigiar el socialismo científico apelando a los crímenes del estalinismo.

El compatriota Geudiel se limitó a declarar que era imposible una economía planificada en Venezuela y que no había los medios necesarios para emprender una reforma agraria y la expropiación de los terratenientes. Contrario al anterior, Pedro Carvajal intentó desarrollar más a fondo su postura y trató de responder a sus numerosos críticos hablando en contra de lo que denominó “verborrea izquierdista” pues “no han aprendido nada del colapso de la Unión Soviética”. Incluso llegó a plantear que en Venezuela no estaban las estructuras para que se diera un Estado de partido único, algo que ninguno de los asistentes había propuesto o defendido. El compatriota Carvajal hizo hincapié en que las masas en Venezuela eran ignorantes y por lo tanto no eran capaces de llevar el timón de la sociedad. Indicaba que es necesario un largo período de preparación, de educación, pero sobre todo largo, para poder preparar la situación. Finalizando increpó a la audiencia “Estas cosas no se pueden hacer de la noche a la mañana. ¿Acaso la Comuna de Paris se formó de la noche a la mañana? ¿Acaso los soviet en Rusia fueron montados de la noche a la mañana?”

Al tocarle el turno de cerrar el foro, el camarada Alan Woods empezó comentando que le parecía muy positivo que se debatieran los diferentes puntos de vista e insistió que había escuchado las exposiciones de los compatriotas con gran atención pero que discrepaba fundamentalmente de las posiciones que ellos habían defendido en sus intervenciones y que debía aclarar que aún no había escuchado una definición de lo que era el “socialismo del siglo XXI”. De esta manera empezó a refutar uno a uno los argumentos esbozados en contra de sus planteamientos, empezando por aclarar que nadie de los presentes estaba defendiendo esa caricatura burocrática y terriblemente deformada que se dio en la Rusia estalinista. “¡El Socialismo es democrático o no es nada!” sentenció el camarada Woods. Aclaró que el mito de la democracia burguesa, es decir, bajo el capitalismo, no es sino una fantasía pues se trata de un sistema en el que puede opinar sobre (casi) todo siempre y cuando los banqueros y grandes capitalistas decidan lo que realmente ocurre. Aclaró que “Nosotros defendemos una verdadera democracia, una democracia obrera, en la que la dirección de la sociedad esté en manos de la mayoría que son los trabajadores y oprimidos y no en las de un puñado de ricachones parásitos”. En este sentido, el camarada Woods insistió que en ningún momento se plantea la necesidad de un Estado totalitario de partido único. Por el contrario, defendemos un modelo en el que se le garantizarían los derechos democráticos fundamentales. Pero ello pasa por nacionalizar los medios de comunicación, dando acceso a los mismos en tiempo y cantidad proporcional a su representación real que tienen en la sociedad. “Así, por ejemplo, la UNT debería tener una estación de TV y un par de diarios masivos, mientras que el Sr. Cisneros (magnate de los medios) tendría un pequeño periodiquito que podría vender él mismo en las estaciones de Metro, como hacemos con El Militante o El Topo Obrero”. Esta idea obviamente causó gracia al auditorio, que respondió entusiastamente cuando el camarada Alan increpó indicando “Les estaríamos dando exactamente los mismos derechos que ellos nos han dado a nosotros. ¿Qué hay de malo en ello?”

Para placer de los asistentes, el camarada Alan, al contrario de los anteriores ponentes, alabó el nivel de conciencia alcanzado por las masas, en especial porque continúan sacando conclusiones avanzadas de la situación actual. En este sentido hizo referencia a la actuación de los trabajadores y pobres urbanos para enfrentar el golpe de Abril de 2002 así como el paro patronal y el sabotaje petrolero de ese mismo año, lo cual arrancó entusiastas aplausos del público. “Puede que las masas no hallan leído las páginas de El Capital de Marx, que no sepan exactamente lo que es el socialismo científico, pero si hay algo claro es que saben lo que no quieren y eso es más que suficiente para avanzar”, indicó.

En respuesta a las preguntas finales del compatriota Carvajal, el camarada Alan recordó que efectivamente tanto la Comuna de Paris como los soviets en Rusia fueron establecidos más o menos de la noche a la mañana. Recordó cómo los trabajadores parisinos, sin la existencia de un partido, sin una organización previa, establecieron esa magnifica experiencia de democracia obrera en marzo 1871. Igual sucedió con los soviets rusos. Alan recordó que “Nadie le dijo a los trabajadores rusos que establecieran los soviet. Fueron una expresión maravillosa del olfato revolucionario de la clase y de la capacidad creadora de las masas en una revolución.” Por ello, es que los marxistas revolucionarios consecuentes debemos tener plena confianza en la masas y en su capacidad creadora y de movilización espontánea. “Una revolución siempre se basa en el movimiento espontáneo de las masas. Esa es la fuerza motriz de cualquier revolución y es el principal motor de la revolución en Venezuela. ¿Acaso no es tiempo de que tengamos un poco de confianza en las masas, aunque sea sólo un poco?”, increpó el camarada Woods.

Sobre el problema de la burocracia, hizo hincapié en que efectivamente se trata de un inmenso peligro para la revolución, por el sabotaje y la labor contrarrevolucionaria que realizan al tratar de frenar todas las iniciativas revolucionarias. Recordó las condiciones básicas expuestas por Lenin en su gran obra El Estado y la Revolución no para el Socialismo sino para el día en que la clase obrera toma el poder: 1) Libres elecciones de todos los funcionarios públicos y revocabilidad en cualquier momento; 2) Ningún funcionario puede ganar más que el salario de un obrero calificado (una condición que siempre arranca aplausos entusiastas y vítores del público que lo escucha); 3) No una policía y un ejército permanentes, sino el pueblo en armas; y 4) Poco a poco, a medida que el aumento de las fuerzas productivas lo permitan, que todos los cargos sean rotativos, ya que como decía el propio Lenin “Si todos somos burócratas por turnos, a la final ninguno es un burócrata”.

Para concluir su intervención final, Alan Woods insistió en el apoyo que como marxista daba a ese gran revolucionario que fue el Libertador Simón Bolívar. “Yo apoyo con entusiasmo el gran ideal de Simón Bolívar, la unificación de América Latina. Pero luego de 200 años de dominio de la oligarquía, debemos preguntarnos: ¿es esto posible bajo el capitalismo? A lo largo de dos siglos los grandes terratenientes, banqueros y capitalistas han traicionado la visión de Bolívar. Han dividido el cuerpo vivo de América Latina y la han puesto a merced del imperialismo. Por lo tanto, tenemos todo el derecho de concluir que la única vía para llevar a cabo el sueño de Bolívar es que la clase trabajadora tome el poder (aplausos). La Revolución Venezolana por lo tanto debe ser el primer paso en la lucha por una Federación Socialista de América Latina y éste debe ser el primer paso en la lucha por un mundo socialista”. Estas palabras recibieron una entusiasta ovación con muchos de los asistentes aplaudiendo de pie.

Al finalizar el foro, el camarada Alan se despidió de los otros ponentes, agradeciéndoles la paciencia y la oportunidad para el debate. Antes de irse, se le acercó Oscar Negrín, un profesor que fue dirigente de la lucha en la Escuela Juan Bautista Alberdi y que recibió el apoyo solidario del camarada Alan Woods así como de la campaña internacional Manos Fuera de Venezuela.

Durante el evento, los camaradas de la Corriente Marxista Revolucionaria estuvimos vendiendo nuestra literatura marxista, la cual fue recibida con gran interés por los asistentes. Quienes se acercaron a ver nuestro material se interesaron especialmente por los libros clásicos del marxismo, en particular material de León Trotsky y el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels. Los documentos más comprados fueron nuestros Cuadernos de Formación Política, particularmente Los Marxistas y la Revolución Venezolana, de Alan Woods, así como Introducción al Socialismo, de Jonathan López y Hermann Albrecht, al igual que nuestra revista teórica El Militante en su No. 3 que contiene el documento “Perspectivas para la Revolución Venezolana”. El libro que el camarada Alan escribió junto al gran teórico marxista revolucionario Ted Grant Lenin y Trotsky, qué defendieron realmente fue rápidamente agotado.