La crisis migratoria: ¿hay solución?
Los tiempos en los que nos toca vivir reina la sinrazón de este sistema económico y social, el capitalismo. Esta sinrazón avanza junto con su cada vez mayor decadencia. En vez de buscar una respuesta coherente y científica que dé respuesta a lo que está sucediendo, se encuentran soluciones totalmente demagógicas para no aceptar el lastre que supone para la sociedad tener este modelo económico y social.
Estamos viviendo en una continua crisis. Una crisis tras otra, característica inherente al capitalismo. En esta ocasión nos encontramos frente a una crisis humanitaria. Tenemos, en mitad del Mediterráneo, una enorme nave con 134 inmigrantes a bordo. Unos inmigrantes que huyen de la miseria y las guerras que sufren sus países; lo único que desean es poder vivir en paz dignamente, y ya que en sus países es imposible, huyen a otros con el propósito de encontrarla.
Sin embargo, estos países se muestran reacios a su acogida. Se les rechaza abiertamente a pesar de que están más desarrollados económicamente y, supuestamente, no deberían de tener ningún problema. Pero no, no encuentran acomodo para ellos, no saben cómo hacer para que esa fuerza de trabajo potencial que espera cobijo de países europeos sea productiva en sus respectivos países. La clase capitalista se muestra incapaz de encontrar una solución a este problema. No hay que ser cínico. Lo que quieren es que vuelva a ocurrir una catástrofe como la que ocurrió en Lampedusa en 2015.
Lampedusa, recordemos, es sinónimo de una de las mayores tragedias que han ocurrido en Europa. Murieron más de 800 inmigrantes. Se ahogaron en las aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa en el Mediterráneo. Esa tragedia ocurrió en abril del 2015. Hoy, los países europeos, comandados por el ministro del interior italiano Matteo Salvini, parecen no haber aprendido nada. Se muestran arrogantes ante la llamada de auxilio y niegan el asilo a la nave de Open Arms. Prefieren verlos navegar a la deriva hasta que ocurra un accidente en su ruta. En ese caso no dudaremos ni un solo segundo y señalaremos al gobierno italiano, con Salvini a la cabeza como asesinos, verdugos despiadados que esperaban pacientemente, con el beneplácito de la Unión Europea, la catástrofe.
Pero volvamos, de nuevo, a estudiar el perfil de los inmigrantes que huyen hacia Europa. Todos provienen de Oriente Medio y África, países que están en una situación de miseria y pobreza límite. Muchos de esos países se encuentran en plena guerra, con innumerables muertos a sus espaldas: Irak, Libia, Siria, Afganistán, Paquistán, Yemen… Todos estos países están siendo bombardeados, son territorio de combate, están inmersos en sendas guerras generadas por potencias imperialistas que han obligado a esas personas, en su mayoría de clase trabajadora, a huir de su tierra. Estas guerras son el resultado de los intereses económicos de la clase capitalista de las potencias imperialistas, que buscan y defienden nuevos mercados cueste lo que cueste. Los imperialistas correspondientes de cada país tienen la responsabilidad de todos los crímenes que se han cometido. Y ahora, parte de los países responsables de generar las guerras, como son las potencias europeas, quieren hacer pagar a toda la población que intenta escapar de ella negándose a dar asilo. El Estado español también tiene su responsabilidad: ha llevado portaviones a la zona de combate, ha vendido armas a países como Arabia Saudi (con el Rey como negociador), a sabiendas de que iban a ser usadas para desestabilizar a otros países, es decir, haciendo negocio de la guerra. Así que, si tenemos que señalar a los causantes de esta barbarie, el Estado español no debe de quedar fuera.,
En medio de esta vorágine en la que nos encontramos, tenemos diferentes políticos protagonistas atendiendo al país en el que nos situemos. Los partidos mayoritarios de todos los países europeos están en contra de que estos inmigrantes que van a bordo de la nave de Open Arms pisen tierra, incluyendo a Pedro Sánchez, presidente en funciones del gobierno del Estado español que según palabras textuales del dirigente de Open Arms, Óscar Camps, se ha negado a tener una reunión con él. Ahora ha aceptado dar asilo, pero después de 20 días en donde ha reinado un silencio absoluto, y donde no es seguro que el Open Arms pueda llegar a tiempo para salvar todas las vidas que alberga. Que se llene la boca diciendo que “España siempre actúa ante emergencias humanitarias” muestra la hipocresía de Sánchez y del PSOE, muestra un profundo oportunismo. No hay que olvidar que una de las primeras cosas que hizo Sánchez al convertirse presidente fue abrir el puerto de Valencia para acoger refugiados- ahora vemos que era una acción de cara a la galería, para sacarse la foto posando como un dirigente de izquierdas.
De todas maneras, los que más énfasis han puesto en sus campañas en contra de darles asilo son los partidos de extrema derecha. En Italia, el partido Liga Norte y su líder Matteo Salvini que es el vicepresidente y el ministro del interior de su país. En Francia está el partido Frente Nacional, su lideresa Marine Le Pen estuvo compitiendo de cerca con Macron y estuvo a punto de arrebatarle la victoria para así conseguir ser la presidenta de la República francesa. En España se encuentra el partido Vox que, a pesar de que no haber tenido el respaldo suficiente para alcanzar el poder, ha conseguido una considerable suma de votos. En Polonia, en Hungría y en otros países más también existen estos partidos de extrema derecha con repercusión en el parlamento y en la vida política. Todos estos partidos tienen una clase a la que servir y es la clase capitalista.
Estos partidos de extrema derecha que tienen un contenido anti-inmigración, son fomentados por la clase capitalista y la manera que utiliza la clase burguesa de echar gasolina al fuego son sus medios de comunicación. Los usan a discreción para avivar el racismo, desviando la atención de la clase trabajadora de las cuestiones sociales realmente importantes y enfrentándola entre sí. Los lemas que utilizan son los ya repetitivos “nos quitan el trabajo”, “nos roban” o “vienen por los servicios sociales”. Este tipo de mensajes calan en la sociedad debido a la nula capacidad de dar una respuesta contundente de la izquierda reformista o socialdemócrata de estos países, como en España con Unidas Podemos o PSOE, porque en esencia estos partidos no quieren romper con el capitalismo. Los partidos de extrema derecha azuzan estos mensajes para captar más votantes y los medios de comunicación les dan cobertura con sumo gusto, inundando con esa propaganda la opinión pública. De ahí su auge.
En el Estado español, las declaraciones de una dirigente de Vox llamada Isabel Pérez Moñino se han popularizado. Esta concejal y portavoz de Vox en el ayuntamiento de Fuenlabrada, colgó en Twitter un video que se hizo viral rápidamente. En él criticaba a Jordi Évole y a Richard Gere por mandar un mensaje en el que pedían solidaridad con los inmigrantes de la nave de Open Arms. Dice textualmente el video que “es muy fácil ser solidarios con el dinero de todos, es muy fácil querer acoger inmigrantes en tu país” haciendo énfasis en que están a favor de acoger a los inmigrantes solo por quedar bien. Después empieza a decir que, si quieres acogerlos que los acojas tu en tu propia casa, un argumento típico de las personas que no tienen argumentos sólidos, llevando a la ridiculez su compromiso social e intentar asociarlo al interés personal por quedar bien sin tener en cuenta las finanzas del estado.
Lo primero, intentar dar a un problema social una solución individual cuando es un problema del conjunto de la sociedad es absurdo. Lo segundo, si tenemos claro que no se puede comprender la sociedad sin entender las relaciones económicas existentes, que la clase dominante es la burguesía, y que ésta hace y deshace en base a sus intereses, deja claro la nula capacidad para solucionar la realidad que tienen estos grupos de extrema derecha. No pueden ir al origen de la injusticia e irracionalidad en la que vivimos porque la raíz en donde se sustenta todo es el mismo sistema capitalista que ellos protegen a capa y espada.
Bien es cierto que Jordi Évole y Richard Gere son adalides de las causas sociales, pero, también es cierto que si hay que poner en duda el sistema capitalista y construir un sistema económico diferente que dé de verdad solución a este drama que estamos viendo continuamente cada vez que ponemos la televisión, leemos un periódico o en nuestro día a día recularían sin ningún tipo de problema y se pondrían bajo el sol que más calienta, es decir, se acurrucarían de lado de la clase burguesa. Aun así, no hay que despreciar a estos personajes, puesto que en esta ocasión se encuentran en el lado correcto de la situación y se han mostrado contrarios de que el barco del Open Arms con 134 personas a bordo continúe dando vueltas por el mediterráneo.
Los responsables del desgarro y la barbarie en la que viven esos países no son para nada personas individuales, son unas guerras que han sido creadas por los intereses económicos de la clase capitalista para sustentar su dominación de estas regiones para explotarlas y saquearlas. La clase burguesa, apoyándose en sus gobiernos títeres, han desestabilizado, directa o indirectamente, países a conciencia para, simple y llanamente, aumentar sus beneficios. El problema de esta sociedad no es la inmigración. Su principal enemigo es la clase burguesa. Recordemos, las personas que vienen a Europa son, en su mayoría, de la clase trabajadora, son las que han sufrido las inclemencias y la barbarie de la clase burguesa, ya sea la de su lugar de origen o la internacional. Es por ello que debemos mostrar nuestra solidaridad y acabar con esta situación irracional que crea el capitalismo. Si continuamos dentro de este marco económico, los barcos llenos de inmigrantes desesperados continuarán saliendo de sus tierras sin ninguna seguridad de llegar a buen puerto como ocurrió en Lampedusa en 2015. No dejemos que vuelva a suceder. Acabemos con este sistema que está en plena podredumbre, es la única salida.