Rosario: crisis del transporte público de pasajeros

Como en el resto del país estamos en presencia de una crisis del transporte de pasajeros sin precedentes. Si hay un sector parasitario por excelencia es justamente las grandes patronales del transporte que viven de los subsidios del Estado, en la medida que el gobierno reaccionario de Javier Milei, sacó y saca los subsidios al transporte de pasajeros, estos sostuvieron una conducta a dos puntas que solo perjudica a las y los trabajadores, por un lado sacan servicios, por el otro suben las tarifas del transporte. Acá debemos señalar la participación estatal en el transporte de pasajeros en trenes, que no se aleja de la lógica de los privados.   

En Rosario circulan menos colectivos que en 2022. El dato surge del informe del Observatorio Social del Transporte (OST), donde se relevó que el sistema de movilidad tiene 30 unidades menos que hace dos años, lo que redunda en una disminución diaria de casi 200 vueltas. La explicación es sencilla: mientras que la empresa estatal MOVI sumó 19 coches en este período de tiempo, la empresa privada Rosario Bus retiró de su servicio 49 unidades. “La empresa estatal, que tiene las líneas más deficitarias es la que más pone, mientras que la privada, que tiene las líneas más rentables, quita inversión.”

Con salarios mínimos hoy compra menos de la mitad de los boletos que hace dos años.

El deterioro del transporte público perjudica enormemente a todos los trabajadores, sumamos además los continuos aumentos de boletos.

El Intendente de la ciudad, Pablo Javkin, dijo con el mismo cinismo propio de los capitalistas: “¿Qué empresa puede sostener un servicio perdiendo dinero durante años?”, mostrando su absoluta inacción e incapacidad frente a este problema, que, junto al Gobernador Pullaro, siguen apoyando y votando leyes de quitas de subsidios, entre las cuales están el transporte público, las universidades y la salud pública.

Desde la asunción de Milei que quitó los subsidios del transporte público del interior del país el sistema está al borde del colapso.

El 50% del transporte público de Rosario incumple las frecuencias y algunas tienen retrasos de hasta 54 minutos.

Todo esto ya género un 14% menos de trabajadores que utilizan colectivos, a este porcentaje deberíamos sumarle los despidos en estos 8 meses del año que ya suman 11.000 despidos en Rosario y el Gran Rosario.

La situación es gravísima ya que 26.000 jóvenes entre 15 y 19 años -26,7% de esa población-, no logran terminar el secundario y los altos precios del boleto contribuyen sin dudas a ese abandono.

Los subsidios para el interior siempre fueron desiguales, pero nunca como ahora. Como ejemplo de esa desigualdad entre AMBA y el interior, el 3 de junio pasado debido a la paritaria de los choferes del AMBA el gobierno nacional cubrió a los capitalistas del transporte con una ampliación de subsidios. La semana pasada, el jefe de gabinete Guillermo Francos reafirmó la decisión del gobierno nacional de no enviar más recursos para el transporte del interior del país.

Los propios choferes denuncian que las líneas de colectivos quitan servicios de las calles entre las 9 y las 11.30 de la mañana en días hábiles.

Además los trabajadores del transporte indican que las empresas les ordenan tomar 2 horas y media de descanso en las puntas de líneas con los motores apagados para ahorrar combustible.

Esta reducción de servicios perjudica enormemente a los trabajadores que deben esperar mucho más tiempo en las paradas para ir a trabajar o a estudiar o al médico y viajar en malas condiciones, con coches sucios, parados, ya que se acumulan muchos pasajeros en las paradas, esperando más de ‘40 en vano, con coches que las aplicaciones marcan según la grilla pero que jamás aparecen.
Es evidente que la crisis del capitalismo se traslada al transporte urbano de pasajeros en Rosario y en el país cuyo costo de boleto continúa con su escalada ascendente en la misma proporción que desciende la calidad de los servicios que deja a los trabajadores en una situación insostenible.

Debemos sin dudas tomar cada una de las reivindicaciones de los trabajadores del transporte que va desde salarios acorde a la canasta de alimentos, estableciendo una movilidad de precios salarios. Además de incorporar las demandas de los usuarios que también son trabajadores, que van desde servicios de calidad y frecuencia.

Debemos decir basta a los negociados de los capitalistas del transporte público de pasajeros y a este gobierno que solo apunta a beneficiar a los de arriba.

Solo un transporte gestionado y controlado por trabajadores y usuarios democráticamente determinará uno de calidad y bajo precio.

La expropiación y municipalización de las empresas parasitarias de transporte público es un debate y una acción necesaria para el conjunto de la población trabajadora para poder lograr las demandas de un servicio de calidad, a bajo costo. 

Sin embargo, no podemos pensar en la municipalización si no está ligada al derrocamiento del gobierno reaccionario de Milei y sus representantes en las gobernaciones y municipios. El modelo de administración burocrática estatal no impide los negociados por parte de empresarios y funcionarios; en cambio, los trabajadores y usuarios somos realmente los únicos interesados en el correcto funcionamiento del transporte. Por ello, se hace imprescindible poner en pie un Gobierno de los Trabajadores

Basta de delegar, tomemos en nuestras manos el destino de nuestras vidas.