La madrugada del jueves 29 de noviembre, ante la inminente entrada de la policía y luego de resistir hasta el final, los últimos 20 activistas, especialmente universitarios de Oaxaca, entregaron las instalaciones de Radio Universidad a las autoridades de la institución para evitar que estas fueran ocupadas por la policía. Entre ellos se encontraba un camarada de la Tendencia Marxista Militante, estas son las ultimas notas de previas a la entrega. Como se puede constatar para Militante este no es el f el fin del movimiento, sino el momento de prepararse para la siguiente fase.
Oaxaca
La madrugada del jueves 29 de noviembre, ante la inminente entrada de la policía y luego de resistir hasta el final, los últimos 20 activistas, especialmente universitarios de Oaxaca, entregaron las instalaciones de Radio Universidad a las autoridades de la institución para evitar que estas fueran ocupadas por la policía. Entre ellos se encontraba un camarada de la Tendencia Marxista Militante, estas son las ultimas notas de previas a la entrega. Como se puede constatar para Militante este no es el fin del movimiento, sino el momento de prepararse para la siguiente fase.
Con el fortalecimiento de las fuerzas del marxismo en Oaxaca y en todo México preparamos el momento de saldar cuentas con la burguesía y su estado.
Volveremos y seremos millones!!!
La Revolución avanza.
Al momento de escribir estas líneas nos encontramos rodeados por un ejército de cuerpos represivos del estado. Las barricadas que durante meses han custodiado Radio Universidad, la voz del pueblo, han sido retiradas en horas de la madrugada. Ya no se escuchan más las pláticas al calor de las hogueras, los gritos para llamar a organizarnos, el olor de café caliente para hacer un poco mas tibia la fría madrugada. Los convoyes de vehículos cargados de asesinos y represores, son cada vez más cínicos y osados, al grado de que ya podemos vernos a los ojos unos y otros. Creen oler el miedo que ha provocado su brutal represión sobre el movimiento y se regodean malsanamente sobre ello. Pareciera que el asalto final es inminente, y que solo estamos en espera del desenlace. Para ellos por fin, lo que suceda esta fuera de nuestras manos.
O al menos esto es lo que ocurre en apariencia y les gusta creer.
Al calor de los hechos inminentes la lucha ha pasado a etapas más políticas y apremiantes que nunca. Ya no hay duda, el enemigo a derribar ahora es el gobierno federal, el estado burgués y capitalista, que no hará ninguna concesión a aquellos que han amenazado desde sus cimientos su carácter aparentemente monolítico y permanente. Y las preguntas surgen y revolotean ¿Cómo? ¿Es posible? ¿Qué más tenemos que hacer ahora?
Y aquí es donde se nota la urgencia de una política revolucionaria para el movimiento. Una política que no conceda cuando el estado susurra a su oído, que no tiemble cuando éste alza su garrote y lo blanda, que sea astuta para retroceder y avanzar según la táctica y la estrategia. Se nota la urgencia de hacer crecer la lucha, expandirla, darle un carácter más allá de fronteras y siglas. Por que en los momentos más difíciles vemos que la lucha para poder triunfar necesita más que un cúmulo de buenas voluntades. Necesita organización y trabajo. Solo puedes evitar retroceder cuando la fuerza que has acumulado te permite dar golpes decisivos.
Y el pueblo trabajador de Oaxaca y sus hijos se empieza a dar cuenta de esto.
Nadie de los oprimidos quiere regresar al estado anterior. Nadie de abajo desea regresar al yugo de la sumisión y explotación cuando ha respirado, aunque sea un poco, el soplo de aire fresco que da el poder decidir sobre tu propio destino. La lección que da el saber que la unidad y la organización de muchos nos hace más fuerte que ellos, es grande, y nos permite aprender que las calles son nuestras y que podemos triunfar en ellas. Sí, es mucho todo lo que el pueblo trabajador de Oaxaca ha aprendido en los últimos meses.
Ahora ha llegado el momento para afinar las herramientas de lucha. La prensa, la discusión de perspectivas, la creación de órganos permanentes de poder dual como la asamblea de cada colonia escuela y centro de trabajo. Ahora no sólo un paro… Sino una huelga… muchas huelgas ¡Una huelga general! No solo un Oaxaca, ¡muchos Oaxaca!… No solo una barricada… Sino millones ardiendo por todas partes.
Sí compañeros, la lucha de clases emerge furiosa y ruidosa. Y aun cuando pueden reprimir a unos cientos, los miles restantes ya trabajan para el siguiente asalto. Quizás el topo tenga que esconder un poco la cabeza, pero solo a la espera de que los demás topos sigan su ejemplo y emerjan también a la superficie.
Y aún en los momentos difíciles que toda lucha tiene los Oaxaqueños lanzan al aire su grito. Para que lo escuchen sus hermanos de otros lugares y latitudes. ¡Unidad, Movilización, Todos a luchar!
Desde Radio Universidad, icono de la lucha y emblema del movimiento. Codo a codo con los compañeros de las Barricadas de Brenamiel y Cinco señores que aún permanecen aquí. Con los compañeros Universitarios que han puesto Radio Universidad al servicio de la lucha proletaria y popular para convertirse en un ejemplo. Con el pueblo trabajador que ha defendido este punto como suyo, porque eso es, suyo. Con todos ellos, también la Tendencia Marxista Militante lanza su grito de guerra…
¡APOYO TOTAL A LA LUCHA DEL PUEBLO OAXAQUEÑO!
¡TODO EL PODER A LA ASAMBLEA POPULAR DEL PUEBLO DE OAXACA!